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Excerpta 4 _4 Dibujar - Javier Seguí de la Riva

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56. Kitaro Nishida. Pensar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> nada (2) (31-08-07)<br />

Siguense, 2006<br />

La lógica <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> <strong>la</strong> nada...<br />

La religión es un hecho <strong>de</strong>l espíritu.<br />

Nuestro yo es activo. Se re<strong>la</strong>ciona. La re<strong>la</strong>ción es una mutua negación (que engloba una mutua<br />

afirmación).<br />

Las cosas que se re<strong>la</strong>ción forman una unidad (¿una forma?). La negación constituye <strong>la</strong><br />

individualidad (lógica <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los contrarios).<br />

Un ser activo es movido y es capaz <strong>de</strong> mover.<br />

La vida es actividad en un tiempo irreversible.<br />

La vida es irrepetible.<br />

El mundo, en <strong>la</strong> contradictoria i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> lo múltiple y lo uno, se constituye como infinito proceso<br />

<strong>de</strong> lo formado a lo formante.<br />

Que algo es activo significa que es formante (teleológico).<br />

La vida, articu<strong>la</strong>ndo lo interior y lo exterior, se mueve <strong>de</strong> los formado a lo formante.<br />

La dirección <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia es el tiempo.<br />

Toda actividad posee una direccionalidad (un objetivo, un sentido, una articu<strong>la</strong>ción) es <strong>de</strong>cir el<br />

tiempo posee su propio contenido. (teleología).<br />

La actividad suscita el choque (<strong>de</strong>sve<strong>la</strong>miento) <strong>de</strong> lo exterior, que al ser negado (atacado,<br />

<strong>de</strong>sp<strong>la</strong>zado, ais<strong>la</strong>do), crea <strong>la</strong> interioridad, en <strong>la</strong> que el transcurrir <strong>de</strong> <strong>la</strong> actividad (hacia <strong>la</strong><br />

mente o hacia cualquier objetivo) <strong>de</strong>sti<strong>la</strong> el tiempo. El acrecentamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> conciencia<br />

(rebote) se concreta en un viaje <strong>de</strong> lo formado (pasivo) a lo formante (activo).<br />

La actividad genera lo otro, lo múltiple y lo uno.<br />

Vivir es no po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> dar sentido hasta al sinsentido (errancia). La actividad autoreflejada<br />

<strong>de</strong>sve<strong>la</strong> lo interior, lo formante, lo transformador.<br />

*<br />

Hay. El verbo haber, ha, han. Es mas básico que el “ser”(verbo, sustantivo).<br />

Hay es <strong>la</strong> constatación <strong>de</strong> una aparición con pretensión <strong>de</strong> existencia. Hay es existe, parece<br />

que pue<strong>de</strong>, un ente, ser. Hay es el inicio <strong>de</strong> lo “siendo” en algún ámbito situacional (“un<br />

lugar”, una khorá).<br />

El mundo histórico (representación y voluntad). Existe espacialmente, se autoniega, pasa <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminado a lo que <strong>de</strong>termina y así es infinitamente activo y temporal. Es un mundo creador<br />

(visto como formador). Pasando <strong>de</strong> lo formado a lo formante se va haciendo infinitamente a si<br />

mismo (“auto<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l presente absoluto”).<br />

La reflexión pasa por <strong>la</strong> <strong>de</strong>scripción (que es una forma automática <strong>de</strong> asignar formación (<strong>la</strong><br />

sintáctica)) hasta llegar a <strong>la</strong> búsqueda <strong>de</strong> <strong>la</strong> “formación”, <strong>de</strong> <strong>la</strong> génesis conformativa <strong>de</strong> todo.<br />

Pero esta pregunta pue<strong>de</strong> hacerse sustancialmente, como si todo funcionara como una maquina,<br />

autónoma y externa, o “activamente” como si lo observado, que se somete a <strong>la</strong> causalidad<br />

inevitablemente, no pudiera nunca llegar a ser in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> propia actividad interior<br />

(autoreflexiva y autocrítica), en su lucha negadora reafirmadora con <strong>la</strong>s cosas que se “hal<strong>la</strong>n” en<br />

<strong>la</strong>s situaciones don<strong>de</strong> <strong>la</strong> vida se autoexpresa.<br />

Nuestro mundo consciente es una i<strong>de</strong>ntidad espacio-temporalmente contradictoria, en <strong>la</strong> que lo<br />

interior <strong>de</strong>fine lo exterior y lo exterior lo interior, en <strong>la</strong> que el yo expresa en si al mundo y es punto<br />

formante <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoexpresión <strong>de</strong>l mundo.<br />

Para que haya expresión ha <strong>de</strong> haber reciprocidad: <strong>de</strong>l otro al yo. L<strong>la</strong>mamos “yo” al reflejo <strong>de</strong>l yo<br />

en el “si mismo”, <strong>la</strong> consciencia tiene lugar en un yo abierto sobre sí.<br />

Dos observaciones.<br />

El niño evoluciona negando y mintiendo, jugando con <strong>la</strong>s convenciones ambiéntales. Pero<br />

niega y miente frente al otro. Sin el otro no hay reverberación autopoeitica. La conciencia<br />

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