DE MESTIZAJES, INDIGENISMOS, NEOINDIGENISMOS Y OTROS ...
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Poner la historia del lado de la ficción no parece lo más usual en un escritor que reafirma, acto<br />
seguido, su creencia en “la VERDAD”, en “carne y esencia”. Sin embargo, me interesa subrayar el<br />
hecho de que es con otra intencionalidad a la de Repete “que representa el fiel reflejo de la vida del<br />
autor y de los soldados del Regimiento durante la guerra del Chaco”, que Lara escribe las auto-<br />
nominadas “novelas quechuas”, apuntando a un otro afán: la circunscripción al tema indígena<br />
quechua desde el espacio del género novelesco. Realidades y verdades expuestas, pues, como<br />
ficción y que perseguirán un “efecto” de sentido y, añadamos, estético.<br />
Dado que el referente de estas narraciones es el mundo del indio y estas novelas 4 se inscriben<br />
dentro de lo que se conoce como “literatura indigenista” como Raza de bronce., sírvanos la<br />
calificación también aquí como punto de partida para la reflexión. La genealogía de los relatos<br />
literarios indigenistas bolivianos se remonta a los primera década de 1900. Efectivamente, el<br />
cuento de Ricardo Jaimes Freyre, “En las montañas” o “Justicia india” es publicado por primera<br />
vez en la revista tucumana Revista de Letras y Ciencias Sociales en 1906 5 . Según se dice, es uno de los<br />
primeros en Latinoamérica y en Bolivia que toma como tema el enfrentamiento entre indios y<br />
blancos 6 ; empero, Wata Wara de Alcides Arguedas le toma la delantera pues —como ya vimos—<br />
se publica en Barcelona en 1904.<br />
Lara inicia sus novelas quechuas con Surumi, en 1943 y la última, Sujnapura, es de 1971, o sea<br />
que escribe estas novelas entre 24 y 46 años después de Raza de bronce (1919), además, las escribe<br />
antes y después de otros hitos históricos bolivianos: la Revolución de 1952 y de la Reforma<br />
Agraria (2 de agosto de 1953), la medida más importante de esa revolución cara a los indígenas.<br />
En este lapso, la narrativa del autor establece un margen opinante diferente y paralelo al discurso<br />
populista, que ya se iba gestando en los años previos a la revolución y, después de la Reforma<br />
4 Dice J.J. Coy: “Estas seis novelas (Yawarninchij, Surumi, Yanakuna, Sinchikay, Llalliypacha y Sujnapura)<br />
constituyen una especie de fresco gigantesco, al modo de Rivera y Orozco, sobre las aventuras y desventuras<br />
del indio quechua del valle cochabambino”.<br />
5 Datos sacados de “Cuento precursor” de Carlos Castañón Barrientos, en VV AA, Jaimes Freyre.<br />
6 José Ortega (“Indigenismo y alienación en la letras bolivianas”) hace una apretada síntesis de las teorías<br />
racistas en Bolivia antes de la Guerra del Chaco. La realidad económica y social de nuestro país hasta el año<br />
1950 puede ser seguida a través del informe de Naciones Unidas, conocido como el “Informe Keenleyside”. A<br />
éste nos remite, por ejemplo, Mariano Baptista (Historia).<br />
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