el jugador - texto
el jugador - texto
el jugador - texto
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
es justamente lo que yo no quiero, no quiero esos asombros ni esas incomp<br />
re n s i o n e s .<br />
— Usted decía que esa esclavitud le resultaba d<strong>el</strong>iciosa. Yo también lo cre í a .<br />
— Usted lo creía —exclamé con una extraña voluptuosidad—. ¡Qué b<strong>el</strong>la<br />
ingenuidad la suya! Pues bien, sí, la esclavitud que usted me hace sufrir es una<br />
d<strong>el</strong>icia para mí. Se halla un d<strong>el</strong>eite en <strong>el</strong> último grado de bajeza y de humillación<br />
—continué, como si desvariase—. ¡Quién sabe! Es posible que se<br />
sienta ese mismo d<strong>el</strong>eite cuando <strong>el</strong> k n u tse abate sobre la espalda y lacera la<br />
carne... Pe ro acaso yo quiero experimentar otros goces. Hace un momento,<br />
en la mesa, <strong>el</strong> general me regañó ante usted por setecientos rublos al año que<br />
acaso nunca llegará a pagarme. El marqués Des Grieux, frunciendo las cejas,<br />
me miró fingiendo al mismo tiempo que ignoraba mi presencia. Y yo, por<br />
mi parte, acaso desee apasionadamente agarrar de la nariz al marqués De s<br />
Grieux ante usted.<br />
—¡Eso son bravatas! En cualquier situación, uno puede comport a r s e<br />
con dignidad. La lucha <strong>el</strong>eva, no humilla.<br />
— Habla usted con máximas. Supone solamente que no sé mostrar mi<br />
dignidad. Que, aun cuando sea un hombre digno, no sé comportarme con<br />
dignidad. ¿Cree usted que esto puede ser? Pe ro todos los rusos son así, ¿y sabe<br />
usted por qué? Po rque los rusos están dotados demasiado rica y dive r s a m e n t e<br />
para encontrar en seguida una forma que les convenga. Aquí lo que import a<br />
es la forma. No s o t ros los rusos estamos, por lo común, tan ricamente dotados,<br />
que nos falta genio para encontrar una forma conveniente. Y con frecuencia<br />
carecemos de genio, porque <strong>el</strong> genio, por lo general, es muy raro. En<br />
los franceses, y acaso también en algunos otros europeos, la forma está tan<br />
bien determinada, que se pueden tener actitudes extremadamente dignas aun<br />
siendo <strong>el</strong> hombre más indigno d<strong>el</strong> mundo. He aquí por qué la forma tiene<br />
tanta importancia para <strong>el</strong>los. El francés soporta sin parpadear una ofensa, una<br />
ofensa profunda, ve rdadera, pero no soportará un p<strong>el</strong>lizco en la nariz, porque<br />
significa una derogación de los convencionalismos admitidos y de la<br />
forma tradicional. Si los franceses tienen tanto éxito con nuestras muchachas<br />
es porque tienen buenas formas. En cuanto a mí, por lo demás, no veo en<br />
<strong>el</strong>lo forma alguna, sino un gallo, le coq gaulois. Sin embargo, no puedo<br />
c o m p render esto: no soy mujer. Quizá los gallos tengan algo bueno. Pe ro<br />
e s t oy diciendo tonterías y usted no me detiene. Deténgame con más frecuencia.<br />
Cuando hablo con usted, tengo deseos de decir todo lo que se me<br />
o c u r re, todo, todo. Pi e rdo toda clase de formas. Re c o n o zco incluso que no<br />
solamente no tengo formas, sino que estoy desprovisto de todo mérito. Lo<br />
http://www.scribd.com/Insurgencia<br />
Page 29