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La cañada <strong>de</strong> La Tronca en los años sesenta, se caracterizaba por ser poco poblada. Los pri-<br />
meros habitantes fueron los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los indígenas que habían sido expulsados <strong>de</strong> otras tie-<br />
rras y procedían <strong>de</strong> las vecinda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Yúcul, Uluse y otras zonas.<br />
En la visión, muy particular <strong>de</strong>l señor Armando Valenzuela, terrateniente propietario <strong>de</strong> la<br />
hacienda San Francisco, la formación <strong>de</strong>l latifundio empezó <strong>de</strong> la siguiente manera, “el campesino, el<br />
indio mejor dicho, agarraba un hacha y un machete y se metía, llegaba a un lugar que estaba libre, entonces encarrila-<br />
ba cuatro lados. Entonces <strong>de</strong>cía, voy a agarrar veinticinco, cincuenta manzanas. Entonces, ese indio <strong>de</strong>spalaba ahí.<br />
Hacía un rancho y ya tenía un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> posesión”.<br />
Uno <strong>de</strong> los problemas que generó confusión y fue aprovechado por el latifundista, eran las<br />
condiciones <strong>de</strong> legalidad <strong>de</strong> las tierras en posesión <strong>de</strong>l campesinado.<br />
En las sesiones <strong>de</strong> entrevistas con Benigna Mendiola, ella lo recuerda <strong>de</strong> la siguiente manera,<br />
“en ese tiempo casi nadie tenía escrituras, la gente se metía nada más. Fíjese que cuando mi familia se metió ahí, eran<br />
unos gran<strong>de</strong>s latifundios, eran <strong>de</strong> los indios, entonces la gente se fue metiendo, así fue como la gente se fue haciendo <strong>de</strong><br />
las tierras. Entonces llegaron los burgueses, los terratenientes y agarraron hasta don<strong>de</strong> les dio la gana”.<br />
Los primeros terratenientes en “adquirir tierras”, fueron Jimmy Haslam, Rudy Hawkin, Uli-<br />
ses Leclaire, Francisco Castro y su hermano Onofre, don Teófilo Valenzuela y sus hermanos. Estos<br />
fueron los primeros que llegaron a “comprar tierras” o mejor dicho llegaron a <strong>de</strong>nunciarlas.<br />
Como en ese tiempo casi nadie <strong>de</strong> esos habitantes tenían escrituras, el terrateniente procedió<br />
a poner la <strong>de</strong>nuncia en la Jefatura Política <strong>de</strong> Matagalpa. En esas oficinas, eran colocados unos carte-<br />
lones durante un mes, para saber si no había parte afectada para que reclamara sus <strong>de</strong>rechos.<br />
Si no había oposición, al cabo <strong>de</strong> uno o dos meses, la Jefatura Política le adjudicaba esas tie-<br />
rras y le daba permiso al terrateniente, para que buscara un agrimensor que midiera las tierras <strong>de</strong>nun-<br />
ciadas.<br />
Cuando el terrateniente llegaba con el agrimensor a medir las tierras, hasta entonces se pro-<br />
ducía la protesta <strong>de</strong>l campesino. Pero como no tenía papeles y no había hecho la <strong>de</strong>nuncia en la Jefa-<br />
tura Política, la ley <strong>de</strong> tierras, favorecía al primero que lo hiciera y llenara todos los requisitos y su<br />
respectivo papeleo.<br />
El campesino, teniendo años <strong>de</strong> poseer esas tierras, había estado ajeno a todo el proceso <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> sus propias tierras. El terrateniente como parte interesada, para “subsanar el problema”,<br />
compraba el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> posesión al campesino.<br />
El gobierno solamente adjudicaba a cada <strong>de</strong>nunciante <strong>de</strong> tierra cincuenta manzanas, que se<br />
entregaban a cada cabeza <strong>de</strong> familia, esa era la ley. Así, <strong>de</strong> esa manera, don Teófilo, sus hermanos<br />
Sebastián, Narciso y otro hermano, recibieron por medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nuncia, cincuenta manzanas <strong>de</strong> tie-<br />
rra cada uno <strong>de</strong> ellos.<br />
De cincuenta en cincuenta y con la compra <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> posesión, los hermanos Valen-<br />
zuela, se hicieron <strong>de</strong> una propiedad aproximadamente <strong>de</strong> dos mil manzanas <strong>de</strong> tierras.<br />
9.2. La formación <strong>de</strong> las haciendas Los Ángeles, El Trébol y San Francisco<br />
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