Libro de Charreria - Yamil, El Orgullo de México
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En el arreglo <strong>de</strong>l casco <strong>de</strong>be tenerse muy en cuenta su naturaleza y<br />
también su disposición y aspecto.<br />
No <strong>de</strong>ben recortarse <strong>de</strong>masiado los ángulos <strong>de</strong> inflexión ni los<br />
candados, porque el casco adquiere una forma <strong>de</strong>primida, muy bajo atrás y<br />
alargado por la parte anterior.<br />
Igualmente constituy una falta imperdonable el calentar <strong>de</strong>masiado<br />
las herraduras. Actuando durante un gran trato este calor sobre casco hace, se<br />
hace éste muy frágil y pier<strong>de</strong> su elasticidad. Tampoco conviene <strong>de</strong>sgastar la cara<br />
externa <strong>de</strong>l casco que impedía su <strong>de</strong>secación y se vuelve quebradizo, al mismo<br />
tiempo que<br />
queda también sin protección contra la humedad.<br />
Las herraduras <strong>de</strong>masiado gruesas no son convenientes, porque<br />
prescindiendo <strong>de</strong> su duración, como son muy pesadas, necesitan clavos gran<strong>de</strong>s,<br />
los cuales <strong>de</strong>sgarran fácilmente la masa córnea <strong>de</strong>l casco. Por otra parte, se<br />
originan las herraduras pesadas un andar torpe e inconveniente, se pier<strong>de</strong>n con<br />
facilidad y nunca se afirman bien. En los casos normales no <strong>de</strong>ben emplearse<br />
ramplones muy altos, porque <strong>de</strong>terminan un andar inseguro.<br />
En terreno llano y durante el verano son muy a<strong>de</strong>cuadas las<br />
herraduras planas, sin pestañas ni ramplones, para los caballos <strong>de</strong> tiro ligero.<br />
Durante el invierno conviene proveer las herraduras <strong>de</strong> ramplones en H (figura<br />
66), para los caballos ligeros, porque se <strong>de</strong>sgastan por igual y no tienen, por<br />
consiguiente, el <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong> otros que se <strong>de</strong>sgastan por un solo lado y obligan al<br />
caballo a marchar inclinado, lo cual lastima con frecuencia al animal.<br />
Los ramplones en H impi<strong>de</strong>n que resbale el caballo aun en los suelos<br />
pulimentados, porque los bor<strong>de</strong>s permanecen siempre cortantes. Para los caballos<br />
<strong>de</strong> tiro pesado se recomienda a<strong>de</strong>más guarnecer las herraduras con ramplones<br />
pequeños y cónicos. (figs.67 y 68).<br />
Estos últimos tienen la ventaja <strong>de</strong> que pue<strong>de</strong>n extraerse fácilmente<br />
con una herramienta a<strong>de</strong>cuada con el objeto <strong>de</strong> afilarlos. Rara vez suelen caerse.<br />
Se colocan fácilmente con un ligero martillazo. Estos accesorios son superfluos<br />
drante el verano, aun tratándose <strong>de</strong> caballos <strong>de</strong> tiro pesado.<br />
La longitud <strong>de</strong> la herradura <strong>de</strong>be ser la necesaria. En general, dicha<br />
longitud <strong>de</strong>be ser tal, que una línea que <strong>de</strong>scienda por el bor<strong>de</strong> posterior <strong>de</strong>l casco<br />
encuentre a dicha herradura.<br />
Los cascos topinos necesitan herraduras largas. En este caso es<br />
suficiente que tales herraduras lleguen al talón.<br />
Si las herraduras son excesivamente largas arrastran al andar, y el<br />
paso resulta pesado. Por el contrario, las herraduras muy cortas <strong>de</strong>jan sin