Libro de Charreria - Yamil, El Orgullo de México
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vibrar <strong>de</strong> las reatas <strong>de</strong> Chavinda), sombreros, cinchos, machetes, anqueras,<br />
frenos, vaquerillos, chaparreras, bozales, pachuqueñas, botanaduras, sarapes,<br />
fajas, corbatas, rebozos y otros más.<br />
Don José Ramón Ballesteros afirma que «el traje <strong>de</strong> charro es<br />
auténticamente mexicano», aunque el atuendo, los arreos y las monturas fueron,<br />
entre otros muchos, objetos traídos por los españoles en los tiempos <strong>de</strong> la<br />
Colonia. Sin embargo, las or<strong>de</strong>nanzas impusieron muchas prohibiciones al<br />
indígena y al mestizo. Este último, dotado <strong>de</strong> un gran ingenio, diseñó su propia<br />
vestimenta, así como los menesteres necesarios y útiles para montar; también con<br />
el tiempo fue perfeccionando los ejercicios ecuestres.<br />
Por otro lado, no sólo la literatura, sino también la litografía y la pintura, nos<br />
muestran los diferentes trajes y prendas que usaron durante esa época.<br />
I<strong>de</strong>ntificando los tipos populares, en el siglo XVIII el ranchero causó admiración<br />
luciendo con orgullos su traje, esto se <strong>de</strong>bió al florecimiento <strong>de</strong> la economía rural.<br />
Como provincianos ricos, en algunos lugares, a los rancheros se les llamo<br />
charro o payo, por sus trajes llenos <strong>de</strong> adornos y por sus modales rústicos. Para<br />
finales <strong>de</strong> la Colonia, las prendas y atavíos <strong>de</strong> los charros eran artesanías <strong>de</strong> gran<br />
calidad; <strong>de</strong>stacaban los bordados, filigranas, repujados, herrajes con plata y oro.<br />
A mediados <strong>de</strong>l siglo XIX se fue <strong>de</strong>finiendo el traje <strong>de</strong> charro, que hasta la<br />
actualidad conserva rasgos esenciales <strong>de</strong> su diseño. Como ya mencionamos<br />
anteriormente, Ballesteros señala que el traje popular lo impusieron los hermanos<br />
<strong>de</strong> la hoja o los charros contrabandistas <strong>de</strong> la rama, que fueron los protagonistas<br />
<strong>de</strong> la novela <strong>de</strong> Inclán, Astucia, en uno <strong>de</strong> cuyos pasajes se <strong>de</strong>scriben tipos y<br />
costumbres que usaron los citados charros.<br />
Es importante precisar que el traje <strong>de</strong>l lancero, el <strong>de</strong>l chinaco y <strong>de</strong>l típico<br />
charro tienen algunas semejanzas. La chaquera fue siempre la chaqueta, lo<br />
mismo que el pantalón y el sombrero, pero como ya se apuntó, las prendas fueron<br />
adornándose con más lujo y con materiales <strong>de</strong> mejor calidad <strong>de</strong> acuerdo a la<br />
posición social <strong>de</strong>l charro.<br />
La artesanía charra resulta en el espectáculo, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la charrería se<br />
organizó como tal en los centros urbanos, son los lienzos o villas charras sitios<br />
propios <strong>de</strong> su ejecución, los lugares don<strong>de</strong> se lucen las pachuqueñas, los<br />
sombreros, las espuelas <strong>de</strong> rodajas con su atractivo tintineo, las lujosas<br />
chaparreras, los alegres sarapes, las elegantes corbatas, las chaquetas, los<br />
botines y pantalones. En fin, se siguen usando las prendas que el mestizo<br />
popularizó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo pasado, pero con cierto clasicismo, elegancia y<br />
sobriedad.<br />
En el estado <strong>de</strong> <strong>México</strong> es famoso por su variada y creativa artesanía<br />
charra elaborada en lana, palma, barro, plata, cuero, entre otros materiales. En