Ana Mendez Ferrell – Regiones de Cautividad - Ondas del Reino
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<strong>Ana</strong> Mén<strong>de</strong>z <strong>Ferrell</strong> / 198<br />
LA LIBERACIÓN DE PHILIP<br />
GABRIEL y ROSE DU ROl<br />
(PSEUDÓNIMOS)<br />
Rescatado <strong>de</strong> Autismo y Deficiencia Mental y Física<br />
LO S po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> las tieneblas están sumamente<br />
conscientes <strong>de</strong> la importancia que tiene afectar<br />
a un ser humano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su tierna infancia. Es en<br />
este tiempo <strong>de</strong> gran fragilidad que tratan <strong>de</strong><br />
poner ganchos en el alma <strong>de</strong> los niños, para usarlos<br />
más tar<strong>de</strong> y arrastrarlos así hacia sus <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes<br />
planes.<br />
199/<strong>Regiones</strong> <strong>de</strong> <strong>Cautividad</strong><br />
El embarazo <strong>de</strong> mi esposa Rose fue <strong>de</strong> alto riesgo;<br />
Tuvo varias pérdidas <strong>de</strong> sangre en diferentes periodos,<br />
pero siempre tomamos la autoridad en Cristo Jesús y<br />
el médico nos animaba diciéndonos que todo iba a<br />
salir bien.<br />
Llegó el momento en que nació nuestro hijo Philip.<br />
No hubo problemas en el parto y el niño era hermoso<br />
y se le veía muy sano. Sin embargo, como al año<br />
notamosquenoseestaba <strong>de</strong>sarrollandonormalmente.<br />
Tenía la mirada perdida, no podía sostener la cabeza<br />
<strong>de</strong>recha, cada vez que le dábamos comida sólida,<br />
no la podía tragar y la escupía, tenía reacciones<br />
emocionales <strong>de</strong>scontroladas y sin explicación. Poco<br />
a poco llegamos a la conclusión que ninguno <strong>de</strong> sus<br />
cinco sentidos funcionaba correctamente, sus bracitos<br />
estaban caídos y sin fuerza y sus piernas tampoco lo<br />
sostenían. Casí no producía ningun sonido cuando<br />
intentábamos hacerlo hablar. A nivel <strong>de</strong>l alma, era un<br />
total caos, era como si no tuviera sentimientos, y<br />
entraba en estados <strong>de</strong> pánico por cualquier cosa. Su<br />
capacidad <strong>de</strong> comprensión también estaba<br />
totalmente afectada. Cada día era una pesadilla<br />
diferente. Su hipersensibilidad y sus reacciones<br />
extremas hacían muy difícil el convivir cotidiano.<br />
Sabíamos que no <strong>de</strong>bíamos per<strong>de</strong>r la esperanza y<br />
el Espíritu Santo nos llevaba a ver la situación a través<br />
<strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> Dios. Siempre hablamos bendición<br />
sobre Philip, profetizando cada día que los planes <strong>de</strong>l<br />
Altísimo se realizarían en su vida. Estábamos<br />
<strong>de</strong>terminados a fijar nuestra mirada en Dios y no <strong>de</strong>jar<br />
que el enemigo nos robara el gozo <strong>de</strong> tener a nuestro<br />
hijo en nuestro hogar. Pero, por más que tratábamos<br />
<strong>de</strong> perseverar en la oración, las <strong>de</strong>rrotas eran