Ana Mendez Ferrell – Regiones de Cautividad - Ondas del Reino

Ana Méndez Ferrell / 160
que está presente en el momento de la liberación;
pero en muchos casos las celdas están sin celador. El
diablo se da por satisfecho de tenerlos encarcelados
y usa sus demonios para otras tareas. Esto facilita el
rescate.
Una vez que la persona está fuera, es establecida
en lugares celestiales y todos los demonios que la
atormentaban ya no están con ella. Quedaron atrás,
en las regiones de cautividad.
Los resultados, en esta forma de liberación, son
mucho más poderosos y sumamente fáciles de llevar
a cabo.
PROCESO DE LIBERACION DE LOS
CAUTIVERIOS
A) Por fe y declarando la Palabra.
No todos tienen la habilidad profética de ver el
Reino de Dios y el reino de las tinieblas. Esto se debe a
enseñanzas erróneas. La verdad es que todo aquel
que tiene al Espíritu Santo de Dios, puede entrar a las
dimensiones proféticas. El Espíritu Santo es
NECESARIAMENTE PROFETICO. No existe tal cosa como
tener al Espíritu Santo y no tener esta manifestación.
y en los postreros días, dice Dios,
derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;y
vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros
viejos soñarán sueños: Y de cierto, sobre
mis siervos y sobre mis siervas, en aquel/os
días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Hechos 2:17-18
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¿Lo ve? Todos tienen la unción profética. Luego, si
usted tiene el Espíritu de Dios, créale y desarrolle esta
habilidad.
Para conocer la cautividad de una persona hay
que escucharla, y luego dejar que el Espíritu Santo a
través de sus dones de Palabra de Ciencia y Profecía
nos guíe, para saber en qué clase de cautiverio está
atrapada.
En todo caso, supongamos que no consigue ver el
mundo espiritual, o se encuentra en una situación en
que no tiene el tiempo necesario para entrar en las
profundidades del Espíritu. Puede haceruna liberación
por la fe. Al oír la problemática en la que se encuentra
la persona, usted sabrá que está cautiva en algún
lado. ¿Donde? Dios lo sabe.
Usted, simplemente recurre a la verdad establecida
en Isaías 49... Para que digas a los presos: Salid. Ya los
que están en tinieblas: Mostraos.
En estos casos, lo que yo hago es hablarle a la
persona de su cautividad y llenarla de fe, para que
crea que Dios la puede sacar en ese momento. Luego,
la hago sentar en una silla y le pido que cierre los ojos
y que sienta ese lugar donde está presa. Yo me
concentro en mi espíritu y le digo: estoy frente a la
prisión donde estás atrapada y estoy abriendo la
puerta.
En ese momento la tomo físicamente de las manos
y la levanto de la silla, haciendo la moción, como si
estuviéramos saliendo de algún lugar. Me aseguro
que esté sintiendo cómo está saliendo, continuando
mi diálogo con ella. En ocasiones, las almas cautivas