Ana Mendez Ferrell – Regiones de Cautividad - Ondas del Reino

Ana Méndez Ferrell/ 82
Dios. Nuestra fe y amor hacia Dios, el tiempo que
pasamos a solas con El, nos hace pasar del otro lado.
Ahí, El se hace visible, audible y nos colma de grandes
revelaciones.
De esta forma, el Apóstol Juan tuvo éxtasis
extraordinarios en los que vió a Jesús en Su Gloria. No
sólo fue arrebatado al tercer cielo, sino que también
le fueron mostradas algunas de las regiones del reino
de las tinieblas.
Entre más conozcamos el cielo y estemos
habituados a hacer de éste una realidad, mayor
revelación tendremos, y Dios nos dará a conocer los
lugares secretos de nuestro enemigo.
Veamos ahora cómo, estando en la presencia de
Dios, le son reveladas a Juan varias de estas regiones
espirituales de las que trata este libro.
El, esllevado al cielo para verlo que iría a acontecer,
y a partir del Capítulo 13 del Apocalipsis, vemos al
Apóstol Juan ser trasladado de un lugar a otro,
empezando por el mar. Este no es algún océano
terrenal, sino un mar espiritual, desde donde observa
el surgimiento de la bestia. Quiero que note que él
está presenciando el reino de las tinieblas.
y yo me paré sobre la arena del mar, y
vi una bestia subir del mar, que tenía siete
cabezas y diez cuernos: y sobre sus cuernos
diez diademas: y sobre las cabezas de ella
nombre de blasfemia.
Apocalipsis 13:1
En este lugar le es revelado todo lo que esta bestia
hace en medio de la tierra. Después de esto, es
83 / Guerra de Alto Nivel
trasladado a un lugar donde se funden la tierra y el
infierno, para ver surgir ahí la segunda bestia.
Después vi otra bestia que subía de la
tierra: y tenía dos cuernos semejantes a los
de un cordero, mas hablaba como un
dragón.
Apocalipsis 13:11
En el Capítulo 17, un ángel lo conduce a otro sitio
de las tinieblas, llamado "el desierto", donde satanás
gobierna desde la gran Babilonia. Juan describe esta
ciudad espiritual, como una habitación de demonios,
guarida de todo espíritu inmundo y albergue de toda
ave inmunda y aborrecible. (Apocalipsis 18:2)
y vino uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas, y habló conmigo,
diciéndome: Ven acá, y te mostraré la
condenación de la grande ramera, la cual
está sentada sobre muchas aguas: ... y me
llevó en Espíritu al desierto: y vi una mujer
sentada sobre una bestia bermeja llena de
nombres de blasfemia y que tenía siete
cabezas y diez cuernos.
Apocalipsis 17:1 y 3
Jesús también habla de ese desierto, ya que El
mismo instruye a los discípulos, diciéndoles que los
demonios habitan en lugares desiertos y secos.
Cuando el espíritu inmundo ha salido
del hombre, anda por lugares secos,
buscando reposo, y no lo halla.
Mateo 12:43