Ana Mendez Ferrell – Regiones de Cautividad - Ondas del Reino
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<strong>Ana</strong> Mén<strong>de</strong>z <strong>Ferrell</strong>/ 200<br />
inminentes.<br />
En una ocasión escuchamos el mensaje <strong>de</strong> <strong>Ana</strong><br />
Mén<strong>de</strong>z <strong>Ferrell</strong> acerca <strong>de</strong> la liberación <strong>de</strong> las prisiones<br />
<strong>de</strong> cautividad y quedamos muy tocados con esa<br />
enseñanza. Sabíamos que a lo que nos enfrentábamos<br />
en el caso <strong>de</strong> Philip era más allá <strong>de</strong> la liberación<br />
tradicional o <strong>de</strong> la sanidad divina que se practica hoy<br />
en día.<br />
Entonces le pedimos a <strong>Ana</strong> y a su esposo que nos<br />
ayudaran a entrar en el Espíritu y ver dón<strong>de</strong> estaba<br />
cautivo nuestro pequeño. Ellos accedieron y<br />
procedimos a penetrar las dimensiones proféticas. Al<br />
poco tiempo se manifestó el Señor en medio <strong>de</strong> su<br />
trono y nos abrió el ámbito <strong>de</strong>l Espíritu para empezar<br />
nuestra anhelada búsqueda.<br />
Lo primero que vimos fue una cámara cuyas<br />
pare<strong>de</strong>s eran <strong>de</strong> sangre, había cadáveres por todos<br />
lados pero no veíamos a Philip. El señor nos instruyó<br />
que esa era tan sólo la entrada, que teníamos que ir a<br />
lugares más profundos. Llegamos a un lugar don<strong>de</strong><br />
había una montaña llena <strong>de</strong> grietas y en éstas, miles<br />
<strong>de</strong> maldiciones que venían <strong>de</strong> generación en<br />
generación. Yo empecé entonces a pedir perdón por<br />
la inquidad <strong>de</strong> nuestros antecesores y a cancelar las<br />
maldiciones. Estas fueron <strong>de</strong>sapareciendo en la<br />
medida que yo oraba. El Señor nos condujo a un lugar<br />
lleno <strong>de</strong> membranas carnosas que formaban como<br />
cárceles, fue ahí don<strong>de</strong> vimos a nuestro hijo. Parte <strong>de</strong><br />
su espíritu estaba atrapado atrás <strong>de</strong> esas membranas<br />
y luchaba <strong>de</strong>sesperado como un guerrero por salir <strong>de</strong><br />
ahí. Tomé autoridad como su padre y le or<strong>de</strong>né a esa<br />
prisión que se abriera y llamé con gran fuerza a Philip<br />
para quesaliera a libertad. Lasmembranas empezaron<br />
201 / <strong>Regiones</strong> <strong>de</strong> <strong>Cautividad</strong><br />
a ce<strong>de</strong>r y como pellejos <strong>de</strong>sgarrados se fueron<br />
abriendo. En ese momento <strong>Ana</strong> tomó al niño<br />
espiritualmente para sacarlo <strong>de</strong> su encierro, pero un<br />
enorme <strong>de</strong>monio <strong>de</strong> muerte se le interpuso. Ella peleó<br />
cuerpo a cuerpo en una lucha <strong>de</strong>saforada contra el<br />
<strong>de</strong>monio hasta que el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Jesús en ella lo venció.<br />
El niño salió envuelto en sangre, como si estuviera<br />
siendo parido <strong>de</strong> ese lugar. Entonces, lo tomé en mis<br />
brazos y lo bendije como mi hijo como si estuviera<br />
naciendo en ese momento.<br />
Or<strong>de</strong>namos a su espíritu que se integrara en todo<br />
su ser y que se alinearan con él su alma y su cuerpo.<br />
El Señor nos hizo enten<strong>de</strong>r que durante el embarazo,<br />
el espíritu <strong>de</strong> Philip no había podido ensamblarse con<br />
su alma y su cuerpo porque había quedado cautivo.<br />
Nos mostró cómo el espíritu es al alma y al cuerpo, lo<br />
que la mano al guante. Si el espíritu no llena ciertas<br />
partes éstas quedan como un globo <strong>de</strong>sinflado o<br />
como un guante que es usado por una mano a la que<br />
le faltan <strong>de</strong>dos. Esto produjo que hubiera partes <strong>de</strong>l<br />
cuerpo y <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong> Philip que estaban vacías y que<br />
tenían que ser llenadas por su espíritu, que finalmente<br />
había sido liberado.<br />
Esta experiencia la llevamos a cabo en el Espíritu<br />
sin que nuestro hijo se encontrara presente en la casa.<br />
Cuando lo trajeron <strong>de</strong> regreso sus abuelitos,<br />
establecimos sobre él lo que había sucedido en el<br />
mundo invisible.<br />
Esa noche se fue a dormir sin que viéramos nada<br />
inmediato. Pero a la mañana siguiente se levantó<br />
llorando como un bebé recién nacido. Los cambios<br />
se empezaron a ver aceleradamente. Comió por<br />
primera vez comida sólida. Recuperó su equilibrio y se