Ana Mendez Ferrell – Regiones de Cautividad - Ondas del Reino

Ana Méndez Ferrell / 50
pronto, como si el Señor me introdujera dentro de una
visión, aparecí en un lugar que era una de estas
regiones del mundo de las tinieblas. Era un cuarto
lúgubre, oscuro y frío, yen él estaba el hermano, en la
misma cama de hospital, con los mismos tubos, una
réplica exacta de lo que era la realidad visible. Este
lugar estaba lleno de demonios que hablaban cosas
sobre el enfermo. El era un hombre de gran santidad,
un siervo de Dios, que el diablo quería matar.
Le pregunté al Espíritu Santo, dónde nos
encontrábamos y el me respondió: En las cámaras de
los diseños del infierno. "Quiero que te acerques a
escuchar lo que dicen los demonios, te quiero enseñar
algo", añadió.
Me acerqué, y oí con claridad cómo todos a una
voz decían: iOH, Satanás, Satanás, hágase tu voluntad
en la tierra, así como es en el infierno!
Me quedé sin habla, mientras el Espíritu del Señor
me explicaba cómo en el reino de las tinieblas el
Diablo tiene hechos diseños en contra de todos
nosotros que continuamente los seres del averno los
están estableciendo sobre la tierra. Mientras que la
mayoría de los cristianos jamás oran por atraer sobre
sí, los diseños de Dios, ciertamente los demonios oran
para que los del diablo sí prosperen.
La oración del Señor conocida como "El Padre
nuestro", es un diagrama poderosísimo para establecer
apostólicamente en la tierra los diseños de Dios. No
como una repetición recitada, sino como el
entendimiento de cómo atraer todas las cosas que
pertenecen al Reino de Dios hacia nosotros.
Se empieza por entrar en Su presencia, en profunda
adoración y exaltación al Padre celestial, y una vez
51 / Guerra de Alto Nivel
ahí debemos jalar de los cielos a la tierra todo lo que
El ha diseñado para Sus hijos.
Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro,
que estás en los cielos, santificado sea Tu
nombre. Venga Tu reino. Hágase Tu
voluntad, como en el cielo, asítambién en
la tierra...
Mateo 6:9-10
El diablo, quien es un imitador, conoce la forma de
unir lo invisible con lo visible, y usa el poder de las
palabras de maldición para establecer sus diseños
sobre la tierra.
Ahora, volviendo a la escena donde me encontraba
en esa cámara diabólica, le pregunté al Señor, qué
debía hacer. El me respondió:" El hijo de Dios fue
manifestado para deshacer las obras del diablo, no
sólo en la faz de la tierra sino hasta lo profundo del
infierno, donde tienen su origen. La palabra de fe
decretada desde un espíritu que se ha unido a Jesús
no se detiene en la superficie de la tierra, tiene poder
para penetrar los cielos, el infierno y todo el mundo
invisible"
Así que declaré esa palabra con todo el poder de
Dios y en ese instante aquel lugar se deshizo ante mis
ojos, y todos los demonios salieron expelidos. Habiendo
hecho esto, mi espíritu volvió al cuarto de hospital
donde estaba el hermano. Toda la atmósfera de
muerte que lo rodeaba había desaparecido, su rostro
empezó a llenarse de la vida de Jesús que moraba en
él, yen un par de días lo dieron de a Ita, perfectamente
sano.