POESIA Y PROSA EN LA OBRA DE SAN JIJAN ... - Fundación Speiro
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<strong>POESIA</strong> Y <strong>PROSA</strong> <strong>EN</strong> <strong>LA</strong> <strong>OBRA</strong> <strong>DE</strong> S. JUAN <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> CRUZ<br />
que es la tenebrosa nube<br />
que a la noche esclarecía;<br />
por eso quien lo sabía<br />
queda siempre no sabiendo,<br />
toda sciencia trascendiendo».<br />
Santa Teresa interpreta de modo parecido su experiencia mística:<br />
«El entendimiento, si entiende, nó se entiende cómo entiende;<br />
al menos no puede comprehender nada de lo que entiende;<br />
a mi modo no me parece que entiende, porque —como digono<br />
se entiende; yo no acabo de entender esto» (67).<br />
36. La búsqueda de lo esencial o retorno a ello se advierte<br />
también en otro aspecto del misticismo sanjuanista: el aniquilamiento<br />
de las potencias o, mejor dicho, de su actividad, en contraste<br />
con la concepción corriente del ascetismo, que hace hincapié<br />
en «la consideración laboriosa de lós divinos misterios, la<br />
mortificación de las pasiones y el ejercicio metódico de las virtudes<br />
y de las prácticas piadosas» (68). La peculiaridad del carmelita<br />
estriba no sólo en la supresión de cualquier acto de los sentidos<br />
o del espíritu, sino en la importancia que da a dicha supresión,<br />
hasta convertirla en clave de un sistema místico y, pór<br />
ende, de una antropología. Rehúye por principio ideas, intuiciones,<br />
deseos, satsifacdones, luces o aficiones, en pos siempre de<br />
la nada de la intelección, la nada de la memoria y la nada de la<br />
(67) Vida, cap. XVIII, § 14. ANTOIÍNEZ, en su comentario citado,<br />
coincide con nuestra interpretación, aunque no de forma muy clara: Amores<br />
de Dios y el alma, págs. 212 y sigs. En cambio, sor Cecilia del Nacimiento<br />
sí se refiere inequívocamente a la comunicación substancial, prescindiendo<br />
de las potencias anímicas:<br />
«... el alma que de amor está inflamada,<br />
y viene a quedar ciega<br />
quedando sin ver nada,<br />
la ciencia trascendida y alcanzada...<br />
»•Está (el alma) puesta en sosiego,<br />
ya todas las imágenes perdidas,<br />
y su entender ya ciego,<br />
las pasiones rendidas,<br />
con fuerza las potencias suspendidas».<br />
Véase también el comentario a los versos transcritos, en Tratado de la<br />
transformación del alma en Dios, I, canción segunda, §§ 14 y sigs.; sexta,<br />
§§ 7 y sigs.<br />
(68) JUAN GONZÁLEZ ARINTERO: La evolución mística (Madrid, 1959),<br />
pág. 17.<br />
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