POESIA Y PROSA EN LA OBRA DE SAN JIJAN ... - Fundación Speiro

MARIO SORIA -
42. San Juan acoge estos puntos de vista. El conocimiento
casi ontologista de Dios se transmite a la canción quinta del Cántico,
lo que le permite al poeta convertir la realidad material en
una especie de mensajero, resquicio o reflejo de lo alto, con todas
las consecuencias místicas y semánticas que aparecen en sus libros.
La profunda afinidad entré el hombre y Dios es, pues, un
principio que,. a nuestro juicio, se -i puede rastrear en la: tácita
antropología sanjuanista. Así, el doctor carmelita no sólo llama
al alma. «hermosísima y acabada imagen de Dios» (104)> sino que
le concede una capacidad tan grande, a ella y a sus., potencias
(memoria, inteligencia y voluntad), .«que no se llenan con menos
que infinito», son capaces de bienes sin cuento y «cuando
están vacías y limpias, es intolerable la sed y hambre y ansia del
sentido espiritual; porque, como son profundos los estómagos de
estas cavernas, profundamentepenan, porque el manjar que echan
menos también es profundo, qué, cómo digo^ es Dios» (105). Es
de notar que- San Juan llama «cavernas»; a las facultades anímicas,
haciendo gráficamente hincapié, con una sola palabra, en la
cabida, desocupación y vacío de las mismas.
Asimismo, la teoría, de la actividad directa y principal del
Espíritu Santd, por su poderoso sentido místico, debió de seducir
a Yepes. En éste, ciertamente, el influjo hagiopneumático no
aparece al principió con tanta claridad como correspondería a la
rotundidad de las tesis de Baconthorp; pero, con todo, no hay
que olvidar que el alma, según el doctor de Fontiveros, empieza
su peregrinar, o ascenso, «con ansias en amores inflamada» (106),
amor que sin duda suscita el Espíritu Santo, al que San Juan
llama «austro que recuerdas los amores», «porque cuando este
divino aire embiste en el alma, de tal manera la inflama toda y
lá regala, y aviva y recuerda la voluntad, y levanta los apetitos,
qué antes estaban caídos y dormidos al amor de Dios, que se
puede bien decir que récuerda los amores de él y de ella» (107).
(Ya vimos hace un momento rcómo ese influjo actúa a lo largo de
todo el proceso místico, desde el comienzo hasta la unión suprema).
43. En el mismo orden de transmisiones o concordancias
doctrinales, aunque refiriéndonos a otro autor, ¿hay- algún parecido
del carmelita abulense con ciertáá ideas de fray Bartolo-
(104) Subida, I, 9, § 1.
(105) Llama, III, § 18,
(106) Subida, I, 14; Noche, I, 11,
(107) Cántico, XVII, § 4.
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