Género en la historiografía andaluzaBalance de resultados y ...

que no es nuevo, pero que en el siglo XVIII es defendido por la Iglesia y la Ilustración y desde el
siglo XIX por la revolución liberal burguesa que, al promulgar un nuevo orden social y económico,
lo establece sobre la base de: las mujeres en casa y sin salario, y, si trabajan fuera, dirigirlas
hacia determinados sectores y prohibirles los demás. Pero la realidad era otra, por eso se legisla
y se oculta. Esta es la mentalidad que hay detrás de la elaboración de los censos.
El ideal burgués dignifica el trabajo le quita el aspecto negativo de la sociedad estamental que se
basaba en la vinculación de un patrimonio que se hereda y no en el esfuerzo y las ganancias
personales. Pero una vez que el trabajo es algo que transmite mérito social, que dignifica a la
persona, al hombre burgués, se convierte en algo indigno para las mujeres. El trabajo se
identifica con los derechos políticos esto es lo nuevo en la segunda mitad del siglo XVIII: “El
nuevo interés en los trabajadores y la promoción de una nueva organización del trabajo incluida
como una de las claves elementales de la división del trabajo basada en el género” 15 .
La agricultura, en la que siempre habían trabajado mujeres y hombres, acaba definiéndose
como trabajo masculino y la industria manufacturera doméstica como trabajo femenino. La
manufactura doméstica tiene la ventaja de que no hay “límite de tiempo”, las mujeres debía hilar
en su tiempo libre en casa (Campomanes) hilar es el símbolo del la mujer que trabaja en casa y
desde siempre fue compatible con el trabajo agrario “… en los días de lluvia o cuando a causa
de los fríos o las heladas la mujer no pueda realizar al aire libre el trabajo del campo, que se
retire al telar…” 16 .
Una prohibición bastante común, aunque con escaso éxito, fue que las mujeres vendieran en el
mercado. Oficio siempre mal visto para las mujeres, aunque fuera uno de los más
característicos, por el hecho de desempeñarse en la calle, de tener que tratar con todo tipo de
personas, y por las relaciones que se podían establecer entre venta y seducción: “holgazanear,
sociales, políticas de género y su aplicación en Málaga en el primer tercio del siglo XX”, en María Dolores
RAMOS y María Teresa VERA, (coords.): Discursos, realidades y utopías. La construcción del sujeto
femenino en los siglos XIX y XX, Barcelona, Anthropos, 2002, pp. 252-284; Cristina BORDERÍAS: “El
papel de las instituciones en la segmentación sexual del mercado de trabajo en España (1836-1936), en
Revista de Trabajo, Buenos Aires, Año 4, 6, 2008, pp. 15-35.
15 Carmen SARASÚA: “The role…”, p. 350.
16 Columela citado por Cándida Martínez, “Los espacios…”, p. 187
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