Gestualidad y Estructura Narrativa - Saber ULA - Universidad de ...

escripción, explicación) por sus características inherentes. Todo discurso, dice Van Dijk (2000),
es, en primer lugar, una forma de utilización del lenguaje. Esta utilización de la herramienta
omún a todos los hombres debe tener unos componentes que respondan a las interrogantes de
uién utiliza el lenguaje, cómo se utiliza, por qué y cuándo se hace (Van Dijk 2000). Además de
esta característica, Van Dijk señala el poder que tiene el discurso para que los seres humanos
omuniquen creencias y pensamientos. Pero estas creencias no son enviadas in vacuo; para ello,
los seres humanos deben interactuar verbalmente. Así, en una aproximación superficial, el
analista holandés sugiere que el discurso tiene tres dimensiones principales: el ser una forma de
utilización del lenguaje, el ser instrumento de comunicación de ideas y creencias, y tomar parte
en la interacción humana, específicamente en la interacción verbal.
Ahora bien, los discursos deben estar delimitados. La delimitación del discurso es, sin duda,
la tarea más intrincada del analista, pues muchas veces conseguimos textos que parecieran
proseguir entre unos temas y otros sin que haya límites claros. Podemos encontramos en una
onversación en donde el tema inicial sea la composición orgánica del suelo, y su tema final, las
olimpíadas de Pekín. Ciertamente, para pasar de un tema a otro, es necesario que entre ellos
exista una conexión; pero, ¿de dónde a dónde podemos establecer que hay un discurso? ¿En el
rincipio y fin de la interacción verbal o en el principio y fin de cada unidad textual en donde se
trataba un tema diferente?
Las narraciones, más específicamente las orales, pueden hacer patente este problema de
delimitación. Esta tarea del analista del discurso se hace más 'sencilla' en textos narrativo s
literarios, en donde hay, materialmente, una delimitación (la primera página y la última); pero si
tomamos en cuenta la intertextualidad en los textos literarios (pensar en una sola historia entre
Ensayo sobre la ceguera y Ensayo sobre la lucidez, de José Saramago, o en dos historias
ompletamente distintas, por poner un ejemplo), la tarea se vuelve complicada y, tal vez, infinita.
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