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lución biotecnológica, creo obligado que pasemos antes a explicar en qué consiste
ésta.
Hacia la revolución biotecnológica.
El nacimiento de la Genética coincidió con el comienzo del siglo XX, pero
hubo de esperar hasta 1944 para desvelar la incógnita de la sustancia de los
genes. Es decir conocer la naturaleza bioquímica de la molécula de la vida, el
ADN. Unos diez años más tarde, en 1953, James Watson y Francis Crick publicaban
sus conclusiones sobre la estructura de la doble hélice. El ADN cumple
todos los requisitos necesarios y presenta un diseño perfecto para explicar como
se conserva la información y como se produce la variación genética. Está compuesto
por dos polímeros, a modo de cadenas de unidades alternas de azúcar y
fosfato, que giran en paralelo uno alrededor del otro y que se ensamblan entre sí,
por medio de unas moléculas denominadas bases nucleotídicas, de las que hay
cuatro tipos diferentes (Adenina, Guanina, Timina y Citosina), que se emparejan
a modo de puentes proyectados hacia el interior de la doble hélice por la existencia
de unos enlaces químicos de dos en dos: Adenina con Timina y Guanina
con Citosina. Esta molécula puede abrirse como una cremallera, de forma que
cuando se replica, cada uno de los dos filamentos que la forman sirve de molde
para la síntesis del complementario. La mutación, a la vista de la estructura de
esta molécula, es fácil de entender. Una mutación puede explicarse por cualquier
variación en la secuencia de bases de las cadenas del ADN como por ejemplo
cambios, pérdidas o intercalaciones de bases.
A finales de los años cincuenta, Francis Crick propuso la expresión Dogma
Central de la Biología Molecular (DCBM) para resumir de forma esquemática el
conjunto de hechos, por entonces conocidos, que tenían que ver con el flujo de la
información genética. El ADN se replica y se expresa en dos pasos: la transcripción,
que consiste en la síntesis de una molécula intermediaria (ARN-mensajero)
que será utilizada para su traducción, en forma de unas molécuilas distintas, las
proteínas.
Tras los importantes descubrimientos de las moléculas hereditarias y una vez
conocida la estructura del ADN, a principios de la década de los sesenta,
Marshall Nirenberg, Johnson Matthaey, Philip Leder y Severo Ochoa, entre otros
investigadores, se las ingeniaron para desvelar el código genético. Este consiste
en el sistema de principios y reglas por los que la información contenida en el
ADN se traduce finalmente en las proteínas. El descubrimiento del código genético
tuvo lugar en los años sesenta y asombró además por el hecho de su univer-
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