UNA SOCIEDAD COMPARTIDA - Portal Mayores
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mas (Mujer = 22” + XX; Hombre 22” + XY) compuestas por ADN de doble hélice,<br />
que alcanzan un total de 3.125 millones de pares de bases. Contamos con unos<br />
10 billones de células y más de 200 tipos de tejidos.<br />
Una consecuencia ética inmediata de los conocimientos del genoma humano<br />
y de cómo se produce el desarrollo, es la demostración de la incongruencia de<br />
sostener pretendidas diferencias en las etapas de la vida de un ser humano. Es<br />
necesario tener en cuenta que los billones de células de que consta un individuo<br />
se forman por sucesivas divisiones celulares a partir de la inicial y que, antes de<br />
que una célula se divida para dar dos, hay una replicación exacta del genoma. La<br />
vida es un proceso dinámico que tiene un comienzo, la concepción y un final, la<br />
muerte del individuo. Todas las células reciben una copia de la información genética<br />
que quedó establecida en el momento de la concepción. Desde el mismo instante<br />
de la concepción todo se desarrolla de forma dinámica sin solución de continuidad<br />
y, en todo momento, la singularidad que supone la vida de un ser humano<br />
está determinada por su identidad genética (inmutable a lo largo de la vida,<br />
salvo alguna mutación somática localizada), patrimonio inseparable de cada individuo<br />
e hilo conductor del que depende su ontogénesis.<br />
A la vista de los conocimientos actuales resulta ridícula la posición de quienes<br />
establecen etapas diferenciales en la condición humana tras la concepción y<br />
formación del cigoto. Es ridícula la idea que defendiera Aristóteles en su libro De<br />
la generación de los animales (11), cuando decía: “Primero está lo vivo, luego el<br />
animal y por último el hombre”. Tras el conocimiento del genoma y el desarrollo<br />
continuo, tampoco se sostiene la “ley fundamental biogenética” del evolucionista<br />
Haeckel, que propugnaba que las etapas del desarrollo del embrión, la ontogénesis,<br />
recapitulan la historia evolutiva, la filogénesis. No es cierto, más que en<br />
su apariencia morfológica, que el embrión recorra durante su desarrollo las diversas<br />
etapas de las formas animales inferiores antes de llegar a la apariencia humana<br />
verdadera. A pesar de ello, a esta teoría se adherieron Pedro Laín Entralgo<br />
(12), con su hipótesis de la animación retardada, de la gastrea, apoyada y más<br />
recientemente Diego Gracia (13). Sin embargo, las distintas formas del embrión,<br />
no son sino etapas sucesivas que, a pesar del cambio de apariencia, no representan<br />
un cambio cualitativo en el embrión que se está desarrollando, sino morfológico<br />
y cuantitativo, en lo que al tamaño se refiere.<br />
La teoría de la evolución y los conocimientos del Desarrollo nos demuestran<br />
que, del genoma de un gusano surge un gusano, del de una planta surge una planta<br />
y del genoma de un ser humano surge un ser humano. Es absurdo establecer<br />
hipotéticas etapas en la naturaleza de la especie de cualquier ser vivo.<br />
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