La orientación académico-laboral en Educación de Personas

La formación inicial del
orientador en la educación de
personas adultas
INTRODUCCIÓN
DEFINIDA la Orientación como "un proceso
de ayuda continua a todas las personas en
todos sus aspectos, con objeto de potenciar
el desarrollo humano a lo largo de toda la vida"
(Bisquerra, p. 9), ésta implica una gran responsabilidad
y a la vez una amplia formación teórica y
práctica de carácter tanto inicial como permanente
o continuo por parte de los profesionales que
van a ejercer o que ya ejercen la función de orientación
en el ámbito educativo.
Así, en cierta medida, nos lo indica la Ley
Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE),
donde aparece reflejado el gran papel que concede
a la orientación dentro del contexto escolar (en
sus diferentes facetas: académica, psicopedagógica
y profesional) ya que ésta se encuentra entre los
factores que inciden en favorecer y mejorar la calidad
de la enseñanza, artículo sesenta de la
LOGSE; y donde se establece la necesidad de profesionalidad
del orientador/a "ésta debe ser lleva-
Mª Lourdes Pérez González
Profesora del CES ”Don Bosco”
da a cabo por profesionales con la debida preparación".
Por ello, impera la obligación de analizar la
figura del orientador/a, es decir, conocer cómo ha
sido su formación y preparación para el ejercicio
de su función como profesional de la orientación.
Por otro lado, estos planteamientos generales
sobre la orientación son aplicables a todo el Sistema
Educativo Español, y por ende a la educación
de personas adultas. Además si recogemos la última
frase de la anterior definición sobre orientación,
comprobamos como ésta, de forma implícita,
le concede gran importancia a la orientación
dentro contexto de la educación de personas adultas,
ya que adquiere carácter de permanente.
LA FORMACIÓN DEL ORIENTADOR/A
Hasta la implantación en nuestro país, a principios
de los años noventa, de la Licenciatura de
La orientación académico-laboral en E.P.A.
MONOGRÁFICO
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