La orientación académico-laboral en Educación de Personas

CLARABOYA EN MADRID
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materiales confeccionados por el mismo profesorado.
Ahora, con la lejanía que produce el paso de
los años, aquellas tareas se nos antojan muy insignificantes.
Pero también pensamos que fue el trabajo
de la hormiguita que poco a poco ha ido
implantando la Educación de Personas Adultas en
nuestro país. Y, amigos lectores, produce tristeza
pensar que aquella labor era ajena y distante a la
Administración del Estado, que se limitaba a
pasarnos un sueldo como funcionarios. Que sepamos
jamás salió una sola peseta para crear infraestructuras
e instalaciones materiales destinadas
al aprendizaje de los adultos.
En los comienzos de los años 80, el profesorado
del Centro de Educación de Personas Adultas
"Álvarez de Castro" encontró un hueco en el desaparecido
Colegio Público “Gregorio Marañón”,
del barrio de Lavapiés, para extender sus actividades
en turno de tarde. Desde aquí y con ánimo de
contar con unas instalaciones más dignas, trasladamos
esta extensión a un Centro Cultural de ese
barrio.
Al cabo de tres años de mantener la situación
"Álvarez de Castro - Lavapiés" tuvimos la fortuna
de que el Concejal Presidente del distrito de
Chamberí nos cediera el local sito en la calle
María de Guzmán, 50, que anteriormente ocupó
un Colegio Público de Educación Primaria denominado
"Joaquín Sorolla". El local, tipo chalet,
contaba con cinco aulas pequeñas y una sala que
hacía las funciones de secretaría y de reunión del
profesorado. La verdad, y esto lo cuento siempre
en voz baja, es que el concejal actuó más por
sensibilidad personal que por responsabilidad
institucional. Así pues, recogimos nuestros bártulos
de Álvarez de Castro y Lavapies y nos fuimos
a la calle María de Guzmán. La demanda educativa
de la población adulta fue creciendo y las ins-
talaciones del nuevo “Joaquín
Sorolla” empezaron a resultar
insuficientes.
Pero había que aguantar y ser
felices en la nueva residencia.
También sabíamos y soportábamos
que el hotel-colegio había
sido desafectado para tareas
educativas (era claro que tanto
para la sociedad como para las
instituciones, la Educación de
Personas Adultas no constituía
ninguna preocupación educativa)
por lo que nos urgían constantemente
a que desalojáramos
el edificio. Los buenos oficios de
la entonces Concejal Presidente
del Distrito de Chamberí, Mercedes de la Merced,
hizo que pudiéramos aguantar unos años y tras
enconado enfrentamientos con la Dirección
Provincial de Educación y alguna que otra
Asociación de Padres, hiciera posible que nos
pudiéramos trasladar a dos plantas de un módulo
del Colegio Público “Rufino Blanco”. Este paso
supuso una ampliación de nuestra oferta y de la
plantilla del profesorado, ya que contábamos
con mayor número de espacios.
Una vez más, y después de cinco años de
esperanzada estabilidad, nuestro gozo cayó
inexorablemente al pozo del nomadismo. El
Centro de Educación Primaria "Rufino Blanco"
amplió sus actividades y nosotros sobrábamos.
Vuelta a la movida y ésta sí que fue buena. En
ella intervinieron el profesorado, los alumnos, los
Directores Provinciales de Educación (digo directores
en plural porque intervino el Director
Provincial que había antes de las elecciones, que
hacía una propuesta, y el resultante del proceso
electoral, que decía lo contrario), los sindicatos,
El contínuo cambio de sede del centro
ha sido una característica determinante
hasta la actualidad: ha habido
hasta 6 mudanzas
la prensa, las asociaciones de padres y demás
personas e instituciones relacionadas. De nuevo
fue Mercedes de la Merced nuestra hada madrina.
El resultado del proceso fue nuestro aterrizaje
en la tercera planta del Colegio Público “Pi i
Margall”, situado en la Plaza del Dos de Mayo.