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HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua

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despertaron a causa de la guerra que los tribunos empezaron en casa. Proclamaron<br />

que el ejército estaba siendo retenido en el extranjero con mala intención; que se<br />

tenía la intención de frustrar la aprobación de la Ley; todos tratarían de terminar lo<br />

que habían empezado. Lucio Lucrecio, el prefecto de la Ciudad [en aquella época,<br />

a<strong>su</strong>mía los poderes de los cón<strong>su</strong>les cuando éstos no estaban en la Ciudad.- N. del<br />

T.], logró, sin embargo, convencer a los tribunos para que aplazasen la decisión<br />

hasta la llegada de los cón<strong>su</strong>les. Surgió una nueva fuente de problemas. Aulo<br />

Cornelio y Quinto Servilio, los cuestores [inicialmente no eran magistrados<br />

permanentes y juzgaban casos de asesinato o traición.- N. del T.], acusaron a Marco<br />

Volscio de haber prestado, indudablemente, falso testimonio contra Ceso. Se había<br />

sabido por muchas fuentes que después que el hermano de Volscio enfermó, no<br />

sólo no había sido nunca visto en público, sino que ni siquiera abandonó <strong>su</strong> cama y<br />

<strong>su</strong> muerte fue debida a una enfermedad que duró varios meses. En la fecha en que<br />

el testigo precisaba el crimen, Ceso no fue visto en Roma, mientras que los que<br />

habían servido con él declararon que había estado constantemente en <strong>su</strong> puesto en<br />

filas, con ellos, y no había disfrutado ningún permiso. Muchas personas instaron a<br />

Volscio a iniciar una demanda privada ante un juez. Como no se atrevió a hacerlo, y<br />

todas las pruebas mencionadas anteriormente señalaban a la misma conclusión, <strong>su</strong><br />

condena no fue más dudosa que lo había sido la de Ceso con el testimonio que<br />

había prestado. Los tribunos lograron retrasar el a<strong>su</strong>nto; dijeron que no permitirían<br />

que los cuestores llevasen al acusado ante la Asamblea a menos antes se la<br />

convocase para aprobar la Ley. Ambas cuestiones fueron aplazadas hasta la llegada<br />

de los cón<strong>su</strong>les. Cuando hicieron <strong>su</strong> entrada triunfal a la cabeza de <strong>su</strong> ejército<br />

victorioso, nada se dijo sobre la Ley; la mayoría de la gente <strong>su</strong>puso, por lo tanto, que<br />

se amenazó a los tribunos. Pero ya era el final del año, y optaban a <strong>su</strong> cuarto año de<br />

magistratura, convirtieron la aprobación de la Ley en a<strong>su</strong>nto de debate electoral. A<br />

pesar de que los cón<strong>su</strong>les se habían opuesto a la continuación de los tribunos en <strong>su</strong><br />

magistratura tan vigorosamente como si la Ley se hubiera propuesto en detrimento<br />

de <strong>su</strong> autoridad, la victoria quedó de parte de los tribunos. En el mismo año, los<br />

ecuos pidieron y obtuvieron la paz. El censo, iniciado el año anterior, se completó, y<br />

el lustro, que se había clau<strong>su</strong>rado, se dice que fue el décimo <strong>desde</strong> la <strong>fundación</strong> de<br />

la Ciudad. El número de los censados ascendió a 117.319 ciudadanos. Los cón<strong>su</strong>les<br />

de ese año ganaron gran reputación tanto en el hogar como en la guerra, pues<br />

aseguraron la paz exterior y, aunque no hubo armonía en el hogar, la república <strong>su</strong>frió<br />

menos perturbaciones que en otras ocasiones.<br />

[3.25] Los nuevos cón<strong>su</strong>les, Lucio Minucio y Cayo Naucio -458 a.C.-, se hicieron<br />

cargo de los dos a<strong>su</strong>ntos que permanecían <strong>desde</strong> el año anterior. Como antes,<br />

obstruyeron la Ley y los tribunos impidieron el proceso de Volscio; pero los nuevos<br />

cuestores tenían mayor energía y mayor peso. Tito Quincio Capitolino, que había<br />

sido cón<strong>su</strong>l tres veces, fue cuestor con Marco Valerio, el hijo de Valerio y nieto de<br />

Voleso. Como Ceso no podía ser devuelto a la casa de la Quincios, ni el más grande<br />

de <strong>su</strong>s soldados devuelto al Estado, Quincio estaba obligado en justicia y por la<br />

lealtad a <strong>su</strong> familia a perseguir al testigo falso que había privado a un hombre<br />

inocente de poder alegar en <strong>su</strong> propia defensa. Como Verginio, y la mayoría de los<br />

tribunos, estaba agitando en favor de la Ley, se concedió a los cón<strong>su</strong>les dos meses<br />

para examinar la misma, a fin de que cuando hicieran comprender al pueblo la<br />

insidiosa falsedad que contenía, le dejarían votarla. Durante este intervalo, las cosas<br />

estuvieron tranquilas en la Ciudad. Los ecuos, sin embargo, no dieron mucho<br />

respiro. En violación del tratado hecho con Roma el año anterior, hicieron<br />

incursiones depredadoras en territorio de los labicos y luego en el de Túsculo.<br />

Habían puesto al mando a Graco Cloelio, <strong>su</strong> hombre más importante en esos<br />

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