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HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua

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Volero Publilio, un plebeyo, dijo que no debía servir como soldado raso después de<br />

haber servido como centurión. Los cón<strong>su</strong>les le enviaron un lictor. Volero apeló a los<br />

tribunos. Ninguno acudió en <strong>su</strong> ayuda, por lo que los cón<strong>su</strong>les ordenaron que le<br />

desnudaran mientras se preparaban las varas. "Apelo al pueblo,", dijo, "pues los<br />

tribunos prefieren antes ver a un ciudadano romano azotado ante <strong>su</strong>s ojos que ser<br />

asesinados en <strong>su</strong>s camas por vosotros." Cuanto más gritaba, más tiraba el lictor de<br />

<strong>su</strong> toga para desnudarlo. Entonces Volero, que de por sí era un hombre de fuerza<br />

inu<strong>su</strong>al, ayudado por aquellos a los que apeló, empujó al lictor y, entre las protestas<br />

indignadas de <strong>su</strong>s partidarios, se retiró entre la multitud gritando "¡Apelo al pueblo en<br />

mi auxilio! ¡Ayuda, conciudadanos! ¡Ayuda, compañeros de armas! No podéis<br />

esperar nada de los tribunos; son ellos mismos los que necesitan vuestra ayuda".<br />

Los hombres, muy excitados, se dispusieron como para la batalla; y era una de lo<br />

más importante y amenazante, donde nadie mostraría el menor respeto por los<br />

derechos públicos o privados. Los cón<strong>su</strong>les trataron de retener la furia de la<br />

tormenta, pero pronto se dieron cuenta de que poca seguridad ofrecía la autoridad<br />

sin el auxilio de la fuerza. Los lictores fueron acosados, las fasces rotas, y los<br />

cón<strong>su</strong>les expulsados del Foro hasta la Curia, sin saber hasta qué punto llevaría<br />

Volero <strong>su</strong> victoria. Como el tumulto estaba cediendo convocaron al Senado, y<br />

cuando se reunió se quejaron del ultraje recibido, de la violencia de la plebe y de la<br />

audaz insolencia de Volero. Después de hacer muchos discursos violentos,<br />

prevaleció la opinión de los senadores de más edad; desaprobaban que a la<br />

intemperancia de la plebe se opusiese el resentimiento airado de los patricios.<br />

[2,56] Volero tenía ahora el favor de la plebe, y en la siguiente elección le nombraron<br />

tribuno. Lucio Pinario y Publio Furio fueron los cón<strong>su</strong>les de ese año -472 a.C.-. Todo<br />

el mundo <strong>su</strong>puso que Volero emplearía todo el poder de <strong>su</strong> tribunado para hostigar a<br />

los cón<strong>su</strong>les del año anterior. Por el contrario, <strong>su</strong>bordinó <strong>su</strong>s quejas privadas a los<br />

intereses del Estado, y sin decir una sola palabra de crítica a los cón<strong>su</strong>les, propuso<br />

al pueblo una ley para que los magistrados de la plebe fuesen elegidos por la<br />

Asamblea de las tribus. A primera vista, esta medida parecía ser inofensiva, pero<br />

privaría a los patricios de todo el poder de elegir a través de los votos de <strong>su</strong>s clientes<br />

a quienes deseaban como tribunos. Fue más bienvenida por los plebeyos, pero los<br />

patricios se resistieron cuanto pudieron. Fueron incapaces de garantizar el único<br />

medio eficaz de resistencia, es decir, induciendo a uno de los tribunos, por influencia<br />

de los cón<strong>su</strong>les o de los líderes de los patricios, a interponer <strong>su</strong> veto. El peso y la<br />

importancia de la cuestión hizo que la controversia se prolongase durante todo el<br />

año. La plebe reeligió a Volero. Los patricios, percibiendo que la cuestión se<br />

acercaba rápidamente a una crisis, nombraron a Apio Claudio -471 a.C.-, el hijo de<br />

Apio, quien, <strong>desde</strong> los conflictos que <strong>su</strong> padre tuvo con ellos, había sido odiado por<br />

ellos, y a cambio también les odiaba cordialmente. Desde el mismo comienzo del<br />

año, la Ley tuvo precedencia sobre todos los demás a<strong>su</strong>ntos. Volero había sido el<br />

primero en presentarla, pero <strong>su</strong> colega Letorio, aunque más tarde, fue un partidario<br />

aún más enérgico de la misma. Se había ganado una reputación enorme en la<br />

guerra, porque nadie era mejor luchador, y esto lo convirtió en un fuerte adversario.<br />

Volero en <strong>su</strong>s discursos se limitó estrictamente a discutir la Ley y se abstuvo de todo<br />

abuso contra los cón<strong>su</strong>les. Pero Letorio comenzó acusando a Apio y a <strong>su</strong> familia de<br />

tiranía y crueldad ante la plebe; dijo que no habían elegido un cón<strong>su</strong>l, sino un<br />

verdugo para acosar y torturar a los plebeyos. La lengua sin entrenamiento del<br />

soldado no podía expresar la libertad de <strong>su</strong>s sentimientos; como le faltasen las<br />

palabras, dijo: "no puedo hablar con tanta facilidad como puedo probar la verdad de<br />

lo que he dicho; venid aquí mañana, pereceré ante vuestros ojos o sacaré adelante<br />

la Ley".<br />

Al día siguiente los tribunos ocuparon en el templo, los cón<strong>su</strong>les y la nobleza<br />

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