HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua
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seguro, en el único hombre que era, sin ninguna duda, el primero de <strong>su</strong>s generales. De no estar seguro de<br />
esto, él habría nombrado enseguida un dictador.<br />
[10.22] Después de este discurso, a nadie le cabía duda de que se debía elegir a Quinto Fabio por<br />
unanimidad. Las centurias prerrogativas y las llamadas en primer lugar habían votado por él y por<br />
Volumnio, cuando se dirigió a los electores en los mismos términos que había empleado hacía dos años, y<br />
como en aquella ocasión cedió al deseo general, volviendo a pedir que Publio Decio fuese <strong>su</strong> colega.<br />
Sería un apoyo para <strong>su</strong> vejez, habían sido censores juntos y cón<strong>su</strong>les dos veces, y sabía por experiencia<br />
que nada servía tanto para proteger al Estado que la armonía entre colegas. Sentía que en aquel momento<br />
de <strong>su</strong> vida ya no podría acostumbrarse a un nuevo compañero de cargo, que le sería mucho más fácil<br />
compartir <strong>su</strong>s consejos con uno cuyo carácter y disposición ya conocía. Volumnio confirmó cuanto dijo<br />
Fabio. Otorgó un merecido elogio a Decio, y señaló cuánta ventaja se ganaría en las operaciones militares<br />
por la armonía entre los cón<strong>su</strong>les y cuánto mal se producía cuando estaban en desacuerdo. Mencionó<br />
como ejemplo el reciente malentendido entre él y <strong>su</strong> colega, que casi llevó a un desastre nacional, y<br />
solemnemente amonestó a Decio y a Fabio para que convivieran como una sola mente y un solo corazón.<br />
Ellos, continuó, habían nacido jefes, grandes en el combate, poco dotados para contiendas verbales y<br />
poseedores, de hecho, de todos los méritos de un cón<strong>su</strong>l. Aquellos, en cambio, que eran despiertos y<br />
astutos, peritos en leyes y litigantes avezados, como Apio Claudio, debían ser empleados en la Ciudad y<br />
en los tribunales; debían ser elegidos pretores para que administrasen justicia. La discusión en la<br />
Asamblea duró todo el día. Al día siguiente se celebraron las elecciones para cón<strong>su</strong>les y pretores. La<br />
recomendación del cón<strong>su</strong>l fue seguida y Quinto Fabio y Publio Decio re<strong>su</strong>ltaron elegidos cón<strong>su</strong>les<br />
mientras que Apio Claudio fue elegido pretor, todos ausentes. El Senado aprobó una resolución, que la<br />
Asamblea confirmó mediante plebiscito, para que se prorrogase el mandato de Volumnio por un año.<br />
[10.23] Varios portentos tuvieron lugar este año y, con objeto de conjurarlos, el Senado aprobó un decreto<br />
para que se ofrecieran rogativas especiales durante dos días. El vino y el incienso se proporcionaron a<br />
cargo del erario público, y tanto hombres como mujeres asistieron en gran número a las funciones<br />
religiosas. Este momento de especial observancia se hizo memorable por la pelea que estalló entre las<br />
matronas en la capilla de la Pureza Patricia, que está en el Foro Boario, cerca del templo circular de<br />
Hércules. Verginia, la hija de Aulo Verginio, un patricio, se había casado con el cón<strong>su</strong>l plebeyo, Lucio<br />
Volumnio, y las matronas la excluyeron de <strong>su</strong>s ritos sacros por haberse casado fuera del patriciado. Esto<br />
condujo a un breve altercado que, como las mujeres se apasionasen, pronto se convirtió en tormenta.<br />
Verginia protestaba con absoluta veracidad que ella entraba al templo de la Pureza como patricia que era y<br />
una mujer pura, esposa de un hombre a quien había sido prometida como virgen, y que no tenía nada de<br />
qué avergonzarse, ni por <strong>su</strong> marido, ni por <strong>su</strong> honorable carrera ni por los cargos que había desempañado.<br />
A <strong>su</strong> soberbia declaración añadió <strong>su</strong> acto posterior. En el barrio Largo, donde vivía, cerró una parte de <strong>su</strong><br />
casa, lo bastante para construir una capilla de moderado tamaño y levantar allí un altar. Luego llamó a las<br />
matronas plebeyas y les contó cómo había sido injustamente tratada por las damas patricias. "Voy a<br />
dedicar", les dijo, "este altar a la Pureza Plebeya, y yo os exhorto encarecidamente como matronas a que<br />
mostréis el mismo espíritu de emulación en la valoración de la castidad que el que muestran los hombres<br />
de esta Ciudad respecto al valor, para que este altar pueda tener, si fuera posible, la reputación de ser<br />
honrado con más sagrada observancia y más pura adoración que el de las patricias". El ritual y ceremonial<br />
practicados en este altar eran casi idénticos a los del más antiguo; no se permitiría sacrificar allí a ninguna<br />
matrona cuya moralidad no estuviera bien acreditada y que hubiera tenido más de un marido.<br />
Posteriormente fue contaminado por la presencia de las mujeres de todo tipo, no sólo matronas, y<br />
finalmente quedó en el olvido. Los ediles curules, Cneo y Quinto Ogulnio, llevaron a juicio ese año a<br />
varios prestamistas. El producto de las multas ingresado en el Tesoro se dedicó a varios a<strong>su</strong>ntos públicos;<br />
La proporción de las multas que se ingresarán en el Tesoro se dedicó a diversos objetos públicos; los<br />
umbrales de madera del Capitolio fueron <strong>su</strong>stituidos por otros de bronce, se hicieron vasijas de plata para<br />
las tres mesas en el templo de Júpiter y una estatua del propio dios, en una cuadriga, se situó en el techo.<br />
También colocaron cerca de la higuera Ruminal [sita al <strong>su</strong>roeste del Palatino; los romanos creían que <strong>su</strong><br />
nombre derivaba de ruma, teta, y rumina, la diosa del amamantamiento. Obsérvese la similitud con<br />
Rómulo, Remo y Roma.- N. del T.] un grupo escultórico representando a los fundadores de la Ciudad<br />
como niños amamantados por la Loba. Por orden <strong>su</strong>ya, se pavimentó con losas de piedra la calle que va<br />
<strong>desde</strong> la Puerta Capena al templo de Marte. Algunos ganaderos fueron procesados también por exceder el<br />
número de ganado que podía introducirse en el terreno público, y los ediles plebeyos, Lucio Elio Peto y