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HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua

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entre padres e hijos, porque ambos eran descendientes de Troyanos, pues Lavinium<br />

era vástaga de Troya, y Alba de Lavinium, y los romanos habían <strong>su</strong>rgido del linaje de<br />

los reyes de Alba. El re<strong>su</strong>ltado de la guerra, sin embargo, hizo el conflicto menos<br />

deplorable, ya que no hubo ninguna batalla campal, y aunque una de las dos<br />

ciudades fue destruida, los dos países se mezclaron en uno solo. Los Albanos<br />

fueron los primeros en moverse, e invadieron el territorio romano con un ejército<br />

inmenso. Fijaron <strong>su</strong> campamento a cinco millas [7400 metros.- N. del T.] de la ciudad<br />

y lo rodearon con un foso, lo que se llamó durante siglos el "foso Cluiliano"por el<br />

nombre del general Albano, hasta que por el transcurso del tiempo el nombre y la<br />

cosa en sí desaparecieron. Mientras estaban acampados, Cluilio, el rey de Alba,<br />

murió, y los Albanos nombraron dictador a Mecio Fufecio. La muerte del rey hizo a<br />

Tulio más optimista que nunca sobre el éxito. Proclamó que la ira del cielo que había<br />

caído en primer lugar sobre la cabeza de la nación, lo haría sobre toda la raza de<br />

Alba como justo castigo por <strong>su</strong> impía guerra. Dejando atrás el campamento enemigo<br />

mediante una marcha nocturna, avanzó sobre el territorio de Alba. Esto sacó a Mecio<br />

de <strong>su</strong>s trincheras. Marchó tan cerca de <strong>su</strong> enemigo como pudo, y luego envió a un<br />

oficial para decir a Tulio que antes del enfrentamiento era necesario que<br />

conferenciasen. Si le satisfacía concediéndole una entrevista, estaba convencido de<br />

que los a<strong>su</strong>ntos tratados serían tan del interés de Roma como de Alba. Tulio no<br />

rechazó la propuesta, pero por si la conferencia re<strong>su</strong>ltase vana, sacó a <strong>su</strong>s hombres<br />

en orden de batalla. Los Albanos hicieron lo mismo. Después de haberse detenido<br />

frente a frente, los dos comandantes, con una pequeña escolta de oficiales<br />

<strong>su</strong>periores, avanzaron entre las líneas. El general albano, frente a Tulio, dijo: "Creo<br />

haber escuchado decir a nuestro rey Cluilio que los actos de robo y la no restitución<br />

de los bienes <strong>su</strong>straídos, en violación de los tratados existentes, fueron la causa de<br />

esta guerra, y no tengo dudas de que tú, Tulio, alegas la misma razón. Pero si<br />

hemos de decir lo que es verdadero, en lugar de lo que es plausible, debemos<br />

admitir que es el deseo del imperio lo que ha hecho a dos pueblos hermanos y<br />

vecinos tomar las armas. Sea con razón o sin ella, tal no juzgo; dejemos a quienes<br />

comenzaron la guerra ajustar ese a<strong>su</strong>nto; yo sólo soy el que los Albanos han puesto<br />

al mando para conducir la guerra. Pero quiero advertirte algo, Tulio. Sabes, tú que<br />

en particular estás más cerca de ellos, de la grandeza del Estado Etrusco, que nos<br />

cerca a ambos y de <strong>su</strong> inmensa fuerza por tierra y aún más por mar. Recuerda<br />

ahora, una vez que hayas dado la señal para iniciar el combate, que nuestros dos<br />

ejércitos lucharán bajo <strong>su</strong> mirada, de modo que cuando estemos cansados y<br />

agotados podrán atacarnos a ambos, vencedores y vencidos. Si entonces, no<br />

contentos con la segura libertad que disfrutamos, nos determinamos a arriesgarnos<br />

a un juego de azar, donde las apuestas son la <strong>su</strong>premacía o la esclavitud, déjanos,<br />

en nombre del cielo, elegir algún método por el que, sin gran <strong>su</strong>frimiento o<br />

derramamiento de sangre de ambas partes, se pueda decidir qué nación ha de ser<br />

dueña de la otra." Aunque, por temperamento natural y por la seguridad que sentía<br />

de la victoria, Tulio estaba ansioso por pelear, no desaprobaba la propuesta.<br />

Después de mucha consideración en ambos lados, se adoptó un método por el que<br />

la propia Fortuna proporcionó los medios necesarios.<br />

[1.24] Re<strong>su</strong>ltó existir en cada uno de los ejércitos un triplete de los hermanos,<br />

bastante igualados en años y fortaleza. Hay acuerdo general en que fueron llamados<br />

Horacios y Curiacios. Pocos incidentes en la antigüedad han sido más ampliamente<br />

celebrados, pero a pesar de <strong>su</strong> celebridad hay una discrepancia en los registros<br />

sobre a qué nación pertenecía cada uno. Hay autoridades de ambos lados, pero me<br />

parece que la mayoría dan el nombre de Horacios a los romanos, y mis simpatías<br />

me llevan a seguirlos. Los reyes les propusieron que cada uno debía luchar en<br />

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