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HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua

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alcanzado dicho cargo. Sus antepasados habían mostrado mucha previsión al<br />

asegurarse de que las magistraturas plebeyas no estuviesen abiertas a los patricios;<br />

de lo contrario, deberían haber tenido a patricios como tribunos de la plebe, pues tan<br />

insignificantes eran a ojos de <strong>su</strong> propio orden que eran menospreciados por los<br />

plebeyos tanto como por los patricios. Otros exculpaban al pueblo y echaban la<br />

culpa a los patricios, porque <strong>su</strong> falta de escrúpulos y <strong>su</strong> ambición cerraban la carrera<br />

de honores [ad honorem iter en el original: sinónimo del cur<strong>su</strong>s honorum o carrera<br />

pública en la que se comenzaban desempeñando cargos menores hasta alcanzar el<br />

con<strong>su</strong>lado o la cen<strong>su</strong>ra.- N. del T.] a los plebeyos. Si a la plebe se le daba un respiro<br />

de <strong>su</strong>s amenazas y súplicas, podrían pensar en los de <strong>su</strong> propio partido cuando<br />

fueran a votar, y por <strong>su</strong>s esfuerzos unidos ganarían cargos y poder. Se decidió que,<br />

con el fin de acabar con los abusos de los escrutinios, los tribunos debían presentar<br />

una ley prohibiendo a cualquier que blanqueara <strong>su</strong> toga cuando se presentara como<br />

candidato. Para nosotros, ahora, la cuestión puede parecer trivial y que no merecía<br />

la pena un debate serio; pero, por entonces, encendió un tremendo conflicto entre<br />

patricios y plebeyos. Los tribunos, sin embargo, lograron promulgar <strong>su</strong> ley y fue<br />

evidente que, irritados como estaban, los plebeyos apoyarían a <strong>su</strong>s propios<br />

hombres. Para que no tuvieran libertad de hacerlo, se aprobó una resolución en el<br />

Senado para que se celebrasen las elecciones para nombrar a los próximos<br />

cón<strong>su</strong>les.<br />

[4.26] La razón de esta decisión fue el anuncio que hicieron los latinos y los hérnicos<br />

de un repentino levantamiento entre los volscos y los ecuos. Tito Quincio Cincinato,<br />

apodado Peno e hijo de Lucio, y Cayo Julio Mento fueron nombrados cón<strong>su</strong>les -431<br />

a.C.- [otras fuentes dan Cneo como praenomen, pero hemos elegido Cayo por ser<br />

habitual en los Julios, no serlo Cneo y saberse que cada gens usaba sólo unos<br />

pocos nombres de pila.- N. del T.]. La guerra estalló enseguida. Tras haber ordenado<br />

el alistamiento bajo la Lex Sacrata, que era el medio más poderoso que tenían para<br />

obligar a los ciudadanos a que sirvieran, partieron así ambos ejércitos [los de cada<br />

cón<strong>su</strong>l.- N. del T.] y se encontraron en el Álgido; allí se habían atrincherado los<br />

ecuos y los volscos en campamentos separados. Sus generales pusieron más<br />

cuidado que en ocasiones anteriores al construir <strong>su</strong>s fortificaciones y al entrenar <strong>su</strong>s<br />

tropas. La noticia de esto aumentó el terror en Roma. En vista del hecho de que<br />

estas dos naciones, después de <strong>su</strong>s numerosas derrotas, renovaban ahora la guerra<br />

con más energía que la que antes habían empleado y, además, que una<br />

considerable cantidad de romanos aptos para el servicio había causado baja durante<br />

la epidemia, el senado decidió designar un dictador. Pero el mayor temor fue<br />

provocado por la perversa obstinación de los cón<strong>su</strong>les y <strong>su</strong>s constantes altercados<br />

en el Senado. Algunos autores afirman que estos cón<strong>su</strong>les combatieron sin éxito en<br />

una batalla en el Álgido y que por esta razón se nombró un dictador. Hay acuerdo,<br />

sin embargo, en que aunque los cón<strong>su</strong>les no estaban de acuerdo en otros a<strong>su</strong>ntos,<br />

sí lo estuvieron en oponerse al Senado e impedir que se nombrase un dictador. Al<br />

final, cuando cada noticia que llegaba era más alarmante que la anterior y los<br />

cón<strong>su</strong>les rechazaban aceptar la autoridad del Senado, Quinto Servilio Prisco, que<br />

había desempeñado las más altas magistraturas del estado con distinción, exclamó:<br />

"¡Tribunos de la plebe! Ahora que las cosas han llegado al extremo, el Senado os<br />

exhorta para que en esta crisis de la república, en virtud de la autoridad de vuestro<br />

cargo, obliguéis a los cón<strong>su</strong>les a nombrar un dictador."<br />

Al oír este llamamiento, los tribunos consideraron que se les presentaba una<br />

oportunidad favorable para aumentar <strong>su</strong> autoridad y se retiraron a deliberar.<br />

Entonces, declararon formalmente en nombre de todo el colegio de tribunos que era<br />

<strong>su</strong> decisión que los cón<strong>su</strong>les debían someterse al deseo del Senado; si ofrecían<br />

ulterior resistencia a la decisión unánime del más augusto orden, ellos, los tribunos,<br />

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