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HISTORIA DE ROMA desde su fundación. Ab vrbe ... - Historia Antigua

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empuñasen <strong>su</strong>s armas y le siguiesen. Empezó una batalla nocturna. Advirtieron, con<br />

<strong>su</strong>s gritos, a las legiones del dictador de que por <strong>su</strong> lado ya había comenzado la<br />

lucha. Los ecuos ya se estaban preparando para evitar ser rodeados cuando el<br />

enemigo asediado empezó la batalla; para impedir que rompiesen <strong>su</strong>s líneas, se<br />

volvieron <strong>desde</strong> los que les estaban rodeando hacia los de dentro, y así dejaron al<br />

dictador libre, toda la noche, para completar <strong>su</strong> tarea. La lucha contra el cón<strong>su</strong>l<br />

continuó hasta el amanecer. En ese momento estaban totalmente rodeados por el<br />

dictador, y apenas fueron capaces de mantener la lucha contra un ejército.<br />

Entonces, <strong>su</strong>s líneas fueron atacados por el ejército de Quincio, que había<br />

completado la circunvalación y retomado <strong>su</strong>s armas. Habían de mantener un nuevo<br />

frente mientras que el anterior no se había debilitado en absoluto. Bajo la presión del<br />

doble ataque, se convirtieron de guerreros en <strong>su</strong>plicantes, e imploraron al dictador<br />

por un lado y al cón<strong>su</strong>l por otro no hacer de <strong>su</strong> exterminio el precio de la victoria,<br />

sino que les permitiesen deponer <strong>su</strong>s armas y marcharse. El cón<strong>su</strong>l les mandó al<br />

dictador, el cual, en <strong>su</strong> ira, determinó humillar al enemigo derrotado. Ordenó que a<br />

Graco Cloelio y a otros de <strong>su</strong>s hombres principales que se les cargasen de cadenas,<br />

y a la ciudad de Corbión que fuese evacuada. Dijo a los ecuos que no quería <strong>su</strong><br />

sangre, que eran libres de partir; pero que, como muestra evidente de la derrota y<br />

sometimiento de <strong>su</strong> nación, tendrían que pasar bajo el yugo. Este se hizo con tres<br />

lanzas, dos fijadas en el <strong>su</strong>elo, en posición vertical, y la tercera unida a ellas en <strong>su</strong><br />

parte <strong>su</strong>perior. Bajo este yugo hizo pasar el dictador a los ecuos.<br />

[3,29] Encontraron <strong>su</strong> campamento lleno de toda clase de cosas (pues habían sido<br />

expulsados casi desnudos) y el dictador entregó todo el botín únicamente a <strong>su</strong>s<br />

propios soldados. Se dirigió al cón<strong>su</strong>l y a <strong>su</strong> ejército en tono de severa reprimenda:<br />

"Vosotros, soldados", dijo, "os quedaréis sin vuestra parte del botín, pues vosotros<br />

mismos sois parte del botín arrancado al enemigo; y tú, Lucio Minucio, mandarás<br />

estas legiones como general hasta que muestres el ánimo de un cón<strong>su</strong>l." Minucio<br />

abandonó <strong>su</strong> con<strong>su</strong>lado y se quedó con el ejército bajo las órdenes del dictador.<br />

Pero tal ciega obediencia prestaban en aquellos días los soldados a la autoridad,<br />

cuando se ejercía con eficacia y sabiduría, que los soldados, conscientes del<br />

servicio que él había prestado y no del castigo que se les impuso, votaron para el<br />

dictador una corona de oro de una libra de peso, y cuando salió le saludaron como<br />

<strong>su</strong> patrono [lo que significaba reconocerse a sí mismos como clientes; ésta era una<br />

relación de dependencia personal sólo posible entre ciudadanos libres, por la cual el<br />

patrono "gestionaba" los problemas de <strong>su</strong>s clientes mientras éstos le prestaban<br />

diversos servicios: escolta, votos, propaganda. Con todos los matices que se quiera,<br />

es una versión temprana del vasallaje medieval.- N. del T.]. Quinto Fabio, el prefecto<br />

de la Ciudad, convocó una reunión del Senado, y se decretó que Quincio, con el<br />

ejército que regresaba a casa, debía entrar en la Ciudad en procesión triunfal. Los<br />

jefes del enemigo irían al frente, luego los estandartes militares por delante del carro<br />

del general y le seguiría el ejército cargado con el botín. Se dice que se distribuyeron<br />

mesas con viandas por todas las casas, y que los festejantes siguieron al carro con<br />

canciones sobre el triunfo y las bromas y pasquines habituales. Ese día, fue<br />

entregada la ciudad de Túsculo a Lucio Mamilio, con la aprobación general. El<br />

dictador habría abandonado enseguida <strong>su</strong> magistratura si no se lo hubiera impedido<br />

la Asamblea que debía juzgar a Marco Volscio: el miedo al dictador evitó que los<br />

tribunos lo obstruyeran. Volscio fue condenado y marchó al exilio en Lanuvio.<br />

Quincio renunció al decimosexto día de la dictadura que le había sido concedida por<br />

seis meses. Durante ese período, el cón<strong>su</strong>l Naucio se enfrentó en una brillante<br />

acción con los sabinos en Eretum, quienes <strong>su</strong>frieron una severa derrota además de<br />

la destrucción de <strong>su</strong>s campos. Fabio Quinto fue enviado a relevar en el mando a<br />

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