13.05.2013 Views

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

veces conoce el hombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> calle todos los intríngulis <strong>de</strong> una situación internacional. Pero igual que<br />

los hijos <strong>de</strong>ben dar a sus padres el beneficio <strong>de</strong> <strong>la</strong> duda en asuntos dudosos, cuando no sea evi<strong>de</strong>nte <strong>la</strong><br />

justicia <strong>de</strong> una guerra, el ciudadano <strong>de</strong>be conce<strong>de</strong>r a su Gobierno el beneficio <strong>de</strong> <strong>la</strong> duda. Pero<br />

incluso en una guerra justa se pue<strong>de</strong> pecar por el uso injusto <strong>de</strong> los medios bélicos, como en<br />

casos <strong>de</strong> bombar<strong>de</strong>o directo o indiscriminado <strong>de</strong> civiles en objetivos que carecen <strong>de</strong> valor militar.<br />

Nuestra vida no es nuestra. Es un don <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>l que somos sus administradores. Este motivo nos<br />

obliga a poner todos los medios razonables para preservar tanto nuestra vida como <strong>la</strong> <strong>de</strong>l<br />

prójimo. Es a todas luces evi<strong>de</strong>nte que pecamos si causamos <strong>de</strong>liberado d<strong>año</strong> físico a otros; y el<br />

pecado se hace mortal si el d<strong>año</strong> fuera grave. Por ello, pelear es un pecado contra el quinto man-<br />

damiento, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser un pecado contra <strong>la</strong> virtud <strong>de</strong> <strong>la</strong> caridad, y dado que <strong>la</strong> ira, el odio o <strong>la</strong><br />

venganza llevan a causar d<strong>año</strong> físico al prójimo, son también pecados contra el quinto mandamiento<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser pecados contra <strong>la</strong> caridad. Cuando hay que <strong>de</strong><strong>fe</strong>n<strong>de</strong>r un castillo (<strong>la</strong> vida en este<br />

caso), hay que <strong>de</strong><strong>fe</strong>n<strong>de</strong>r también sus accesos. En consecuencia, el quinto mandamiento proscribe<br />

todo lo que induzca a tomar injustamente <strong>la</strong> vida o a causar injustamente d<strong>año</strong> físico.<br />

De aquí se <strong>de</strong>ducen algunas consecuencias prácticas. Es evi<strong>de</strong>nte que el que <strong>de</strong>liberadamente con-<br />

duce su coche <strong>de</strong> forma impru<strong>de</strong>nte es reo <strong>de</strong> pecado grave, pues expone su vida y <strong>la</strong> <strong>de</strong> otros a un<br />

peligro innecesario. Esto también se aplica al conductor cuyas faculta<strong>de</strong>s están mermadas por el<br />

alcohol. <strong>El</strong> conductor bebido es criminal a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> pecador. Más todavía, <strong>la</strong> misma embriaguez es<br />

un pecado contra el quinto mandamiento, aunque no esté agravada por <strong>la</strong> conducción <strong>de</strong> un<br />

coche en ese estado. Beber en exceso, igual que comer excesivamente, es un pecado porque perjudica<br />

a <strong>la</strong> salud, y porque <strong>la</strong> intemperancia causa fácilmente otros e<strong>fe</strong>ctos nocivos. <strong>El</strong> pecado <strong>de</strong><br />

embriaguez se hace mortal cuando <strong>de</strong> tal modo a<strong>fe</strong>cta al bebedor que ya no sabe lo que se hace.<br />

Pero beber en grado menor también pue<strong>de</strong> ser un pecado mortal por sus consecuencias ma<strong>la</strong>s:<br />

perjudicar <strong>la</strong> salud, causar escándalo o <strong>de</strong>scuidar los <strong>de</strong>beres con Dios o el prójimo. Quien habi-<br />

tualmente bebe en exceso y se juzga libre <strong>de</strong> pecado porque aún conserva noción <strong>de</strong>l tiempo<br />

<strong>de</strong>l día, se engaña a sí mismo normalmente; raras veces <strong>la</strong> bebida habitual no produce d<strong>año</strong><br />

grave a uno mismo o a los <strong>de</strong>más.<br />

Somos responsables ante Dios por <strong>la</strong> vida que nos ha dado, y por ello tenemos obligación <strong>de</strong> cuidar<br />

nuestra salud <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites razonables. Exponernos a peligros <strong>de</strong>liberados o innecesarios,<br />

<strong>de</strong>scuidar <strong>la</strong> atención médica cuando sabemos o sospechamos tener una en<strong>fe</strong>rmedad curable es<br />

faltar a nuestros <strong>de</strong>beres como administradores <strong>de</strong> Dios. Evi<strong>de</strong>ntemente, hay personas que se preo-<br />

cupan <strong>de</strong>masiado por su salud, que no están contentas si no toman alguna medicina. Son los<br />

hipocondríacos. Su mal está en <strong>la</strong> mente más que en el cuerpo, y hay que compa<strong>de</strong>cerlos, pues,<br />

sus males son muy reales para ellos.<br />

La vida <strong>de</strong> todo el cuerpo es más importante que <strong>la</strong> <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> sus partes; en consecuencia,<br />

es lícito extirpar un órgano para conservar <strong>la</strong> vida. Está c<strong>la</strong>ro, pues, que <strong>la</strong> amputación <strong>de</strong> una pierna<br />

gangrenada o <strong>de</strong> un ovario canceroso es moralmente recto. Es pecado, sin embargo, muti<strong>la</strong>r el<br />

cuerpo innecesariamente; y pecado mortal si <strong>la</strong> muti<strong>la</strong>ción es seria en sí o en sus e<strong>fe</strong>ctos. <strong>El</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!