13.05.2013 Views

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

verda<strong>de</strong>ro so<strong>la</strong>mente mientras continúa siendo útil. Esta filosofía se l<strong>la</strong>ma pragmatismo.<br />

Es muy difícil dialogar sobre <strong>la</strong> verdad con un pragmático, porque ha socavado el terreno<br />

bajo tus pies al negar <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> verdad alguna real y absoluta. Todo lo que un<br />

creyente pue<strong>de</strong> hacer por él es rezar y <strong>de</strong>mostrarle con una vida cristiana auténtica que el<br />

cristianismo «funciona».<br />

Quizá nos hayamos <strong>de</strong>sviado un poco <strong>de</strong> nuestro tema principal, es <strong>de</strong>cir, que no hay<br />

iglesia que pueda c<strong>la</strong>mar ser <strong>de</strong> Cristo si todos sus miembros no creen <strong>la</strong>s mismas<br />

verda<strong>de</strong>s, ya que esas verda<strong>de</strong>s son <strong>de</strong> Dios, eternamente inmutables, <strong>la</strong>s mismas para<br />

todos los pueblos. Sabemos que en <strong>la</strong> Iglesia Católica todos creemos <strong>la</strong>s mismas<br />

verda<strong>de</strong>s. Obispos, sacerdotes o párvulos; americanos, franceses y japoneses; b<strong>la</strong>ncos o<br />

negros; cada católico, esté don<strong>de</strong> esté, quiere <strong>de</strong>cir exactamente lo mismo cuando recita<br />

el Credo <strong>de</strong> los Apóstoles.<br />

No sólo estamos unidos por lo que creemos, también porque todos estamos bajo <strong>la</strong><br />

misma autoridad. Jesucristo <strong>de</strong>signó a San Pedro pastor supremo <strong>de</strong> su reb<strong>año</strong>, y tomó<br />

<strong>la</strong>s medidas para que los sucesores <strong>de</strong>l Apóstol hasta el fin <strong>de</strong> los tiempos fueran cabeza<br />

<strong>de</strong> su Iglesia y custodios <strong>de</strong> sus verda<strong>de</strong>s. La lealtad al Obispo <strong>de</strong> Roma, a quien<br />

l<strong>la</strong>mamos cariñosamente el Santo Padre, será siempre el obligado centro <strong>de</strong> nuestra<br />

unidad y prueba <strong>de</strong> nuestra asociación a <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong> Cristo: «¡Don<strong>de</strong> está Pedro allí está<br />

<strong>la</strong> Iglesia!».<br />

Estamos unidos también en el culto como ninguna otra iglesia. Tenemos un solo altar,<br />

sobre el que Jesucristo renueva todos los días su ofrecimiento en <strong>la</strong> cruz. Sólo un católico<br />

pue<strong>de</strong> dar <strong>la</strong> vuelta al mundo sabiendo que, don<strong>de</strong>quiera que vaya -África o India,<br />

Alemania o Sudamérica- se encontrará en casa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista religioso. En<br />

todas partes <strong>la</strong> misma Misa, en todas partes los mismos siete sacramentos.<br />

Una <strong>fe</strong>, una cabeza, un culto. Esta es <strong>la</strong> unidad por <strong>la</strong> que Cristo oró, <strong>la</strong> unidad que señaló<br />

como una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s notas que i<strong>de</strong>ntificarían perpetuamente a su Iglesia. Es una unidad que<br />

sólo pue<strong>de</strong> ser encontrada en <strong>la</strong> Iglesia Católica.<br />

Santa y Católica<br />

Los argumentos más fuertes contra <strong>la</strong> Iglesia Católica son <strong>la</strong>s vidas <strong>de</strong> los católicos malos<br />

y <strong>de</strong> los católicos <strong>la</strong>xos. Si preguntáramos a un católico tibio, «¿Da lo mismo una iglesia<br />

que otra?», seguramente nos contestaría indignado, «¡C<strong>la</strong>ro que no! Sólo hay una Iglesia<br />

verda<strong>de</strong>ra, <strong>la</strong> Iglesia Católica». Y poco <strong>de</strong>spués quedaría como un mentiroso ante sus<br />

amigos acatólicos al contar los mismos chistes inmorales, al emborracharse en <strong>la</strong>s<br />

mismas reuniones, al intercambiar con ellos murmuraciones maliciosas, al comprar los<br />

mismos anticonceptivos e incluso quizá siendo un poco más <strong>de</strong>saprensivo que ellos en<br />

sus prácticas <strong>de</strong> negocios o en su actuación política.<br />

Sabemos que estos hombres y mujeres son minoría, aunque el hecho <strong>de</strong> que exista uno<br />

solo ya sería excesivo. Sabemos también que no pue<strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos que en <strong>la</strong> Iglesia<br />

<strong>de</strong> Cristo haya miembros indignos. <strong>El</strong> mismo Jesús comparó su Iglesia a <strong>la</strong> red que<br />

recoge tanto malos peces como buenos (Mt 13,47-50); al campo en que <strong>la</strong> cizaña crece<br />

entre el trigo (Mt 13,24-30); a <strong>la</strong> fiesta <strong>de</strong> bodas en que uno <strong>de</strong> los invitados no lleva<br />

vestido nupcial (Mt 22,11-14).<br />

Habrá siempre pecadores. Hasta el final <strong>de</strong>l camino serán <strong>la</strong> cruz que Jesucristo <strong>de</strong>be<br />

llevar en el hombro <strong>de</strong> su Cuerpo Místico. Y, sin embargo, Jesús señaló <strong>la</strong> santidad como<br />

una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s notas distintivas <strong>de</strong> su Iglesia. «Por sus frutos los conoceréis», dijo, «¿Por<br />

ventura se recogen racimos <strong>de</strong> los espinos o higos <strong>de</strong> los abrojos? Todo árbol bueno da<br />

buenos frutos y todo árbol malo da frutos malos» (Mt 7,16-17).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!