13.05.2013 Views

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

Parte 1 El credo - año de la fe

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

existencia mientras haya almas que salvar. «Permanencia» sería un buen sinónimo <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong><strong>fe</strong>ctibilidad, pero parece que los teólogos se inclinan siempre por <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras más<br />

<strong>la</strong>rgas.<br />

Sería una gran equivocación que el atributo <strong>de</strong> in<strong>de</strong><strong>fe</strong>ctibilidad nos indujera a un falso<br />

sentido <strong>de</strong> seguridad. Jesús dijo que su Iglesia permanecería hasta el fin <strong>de</strong> los tiempos.<br />

Con <strong>la</strong> amenaza <strong>de</strong>l comunismo ateo en el Este y el Oeste sería trágico que nos<br />

quedáramos impasibles ante el peligro, pensando que nada realmente malo pue<strong>de</strong><br />

ocurrirnos porque Cristo está en su Iglesia. Si <strong>de</strong>scuidamos nuestra exigente vocación <strong>de</strong><br />

cristianos -y por ello <strong>de</strong> apóstoles-, <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong> Cristo pue<strong>de</strong> hacerse otra vez una Iglesia<br />

c<strong>la</strong>n<strong>de</strong>stina, como ya lo fue en el Imperio Romano, hecha <strong>de</strong> almas <strong>de</strong>stinadas al martirio.<br />

No es a <strong>la</strong>s bombas y c<strong>año</strong>nes <strong>de</strong>l comunismo a lo que hay que temer, sino a su <strong>fe</strong>rvor,<br />

su dinamismo, su afán proselitista, un peligro a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga mucho más temible. Bien poco<br />

tienen que ofrecer, pero ¡con qué celo lo proc<strong>la</strong>man! Nosotros tenemos tanto que<br />

compartir y, sin embargo, ¡qué apáticos, casi indi<strong>fe</strong>rentes, somos en llevar <strong>la</strong> verdad a los<br />

<strong>de</strong>más!<br />

«¿Cuántos conversos he hecho?». O, al menos, «¿cuánto me he preocupado, cuánta<br />

<strong>de</strong>dicación he puesto en <strong>la</strong> conversión <strong>de</strong> otros?». Esta es una pregunta que cada uno <strong>de</strong><br />

nosotros <strong>de</strong>biera formu<strong>la</strong>rse <strong>de</strong> vez en cuando. Pensar que tendremos que presentarnos<br />

ante Dios el Día <strong>de</strong>l Juicio con <strong>la</strong>s manos vacías <strong>de</strong>bería hacernos estremecer. «¿Dón<strong>de</strong><br />

están tus frutos, dón<strong>de</strong> están tus almas?», nos preguntará Dios y con razón. Y lo<br />

preguntará tanto a los fieles corrientes como a sacerdotes y religiosos. No po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> esta obligación con dar limosna para <strong>la</strong>s misiones. Esto está bien, es<br />

necesario, pero es sólo el comienzo. Tenemos también que rezar. Nuestras oraciones<br />

cotidianas quedarían <strong>la</strong>mentablemente incompletas si no pidiéramos por los misioneros,<br />

connacionales y extranjeros, y por <strong>la</strong>s almas con que trabajan. Pero ¿rezamos cada día<br />

pidiendo el don <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>fe</strong> para los vecinos <strong>de</strong> <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> al <strong>la</strong>do si no son católicos o no<br />

practican? ¿Rezamos por el compañero <strong>de</strong> trabajo que está en el <strong>de</strong>spacho contiguo, en<br />

<strong>la</strong> máquina <strong>de</strong> al <strong>la</strong>do? ¿Con qué frecuencia invitamos a un amigo no católico para que<br />

asista a Misa con nosotros, dándole <strong>de</strong> antemano un librillo que explique <strong>la</strong>s ceremonias?<br />

¿Tenemos en casa unos cuantos buenos libros que expliquen <strong>la</strong> <strong>fe</strong> católica, una buena<br />

colección <strong>de</strong> folletos, que damos o prestamos a <strong>la</strong> menor oportunidad a cualquiera que<br />

muestre un poco <strong>de</strong> interés? Si hacemos todo esto, incluso concertando una entrevista<br />

con un sacerdote para esos amigos (cuando sus preguntas parezcan <strong>de</strong>sbordarnos) con<br />

quien puedan char<strong>la</strong>r, entonces estamos cumpliendo una parte por lo menos <strong>de</strong> nuestra<br />

responsabilidad hacia Cristo por el tesoro que nos ha confiado.<br />

Naturalmente, no creemos que todos los no católicos vayan al infierno, <strong>de</strong> igual manera<br />

que no creemos que l<strong>la</strong>marse católico sea suficiente para meternos en el cielo. <strong>El</strong> dicho<br />

«fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia no hay salvación» significa que no hay salvación para los que se<br />

hal<strong>la</strong>n fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia por su culpa. Uno que, siendo católico, abandona <strong>la</strong> Iglesia<br />

<strong>de</strong>liberadamente no podrá salvarse si no retorna; <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>fe</strong> no se pier<strong>de</strong>, a no ser<br />

por culpa propia. Un no católico que, sabiendo que <strong>la</strong> Iglesia Católica es <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra, se<br />

quedara fuera por su culpa, no podrá salvarse. Un no católico, cuya ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>fe</strong><br />

católica es voluntaria, con ceguera <strong>de</strong>liberada, no podrá salvarse. No obstante, aquellos<br />

que se encuentran fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia sin culpa suya y que hacen todo lo que pue<strong>de</strong>n<br />

según su enten<strong>de</strong>r, haciendo buen uso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gracias que Dios les dará ciertamente en<br />

vista <strong>de</strong> su buena voluntad, ésos pue<strong>de</strong>n salvarse. Dios no pi<strong>de</strong> a nadie lo imposible,<br />

recompensará a cada uno según lo que haya hecho con lo que se le haya dado. Pero esto<br />

no quiere <strong>de</strong>cir que nosotros podamos eludir nuestra responsabilidad diciendo: «Como mi<br />

vecino pue<strong>de</strong> ir al cielo sin hacerse católico, ¿para qué preocuparse?». Tampoco quiere<br />

<strong>de</strong>cir que «lo mismo da una iglesia que otra».

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!