Libro conmemorativo - Fundación Abbott
Libro conmemorativo - Fundación Abbott
Libro conmemorativo - Fundación Abbott
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Obcecada<br />
Beatriz Haydée Bustos<br />
En cuanto llegué de la calle, me planté frente al espejo. Había<br />
recorrido algunas vidrieras. Pocas cuadras, y lentamente. Estaba<br />
contenta de poder hacerlo. Hacía meses que no caminaba<br />
por el centro del pueblo. El descenso de la dosis de corticoides<br />
me daba el permiso. Ya no era ese ser irreconocible de hace un año o<br />
dos. Mis rasgos, aunque todavía bastante deformados, habían dado<br />
paso a mi cara… o a algo parecido.<br />
Saludé con esperanza a los mismos viejos conocidos que hace meses<br />
habían pasado de largo sin registrarme, cuando era un globo<br />
aerostático y no podía sonreír. Aunque deseaba hacerlo, mis labios<br />
no se abrían.<br />
Pero eso había sido antes.<br />
¡Ahora había cambiado mucho!<br />
Saludé sonriente, estaba segura de que mis labios se abrían en una<br />
amplia sonrisa. Esta mañana sí que pude hacerlo. Y esperé.<br />
Me quedé esperanzada con la sonrisa puesta.<br />
Dos conocidos pasaron a mi lado. Me miraron y retiraron la mirada.<br />
Habrán creído que no era para ellos. Descubrí que mi cara era la única<br />
que me respondía. En la vidriera, sobre un delgado maniquí con ropa<br />
hindú, mi rostro redondo me saludaba amigable. Tragicómico saludo<br />
a mí misma.<br />
No lo intenté más. Y me volví.<br />
En cuanto llegué a casa, fui directamente al espejo grande. El mismo<br />
que evité durante tanto tiempo, y con quien me estaba reconciliando.<br />
135