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Libro conmemorativo - Fundación Abbott

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Eso decía la mujer que parecía Catalina. Claudio clavó la mirada en el techo<br />

rogando a Dios por su vida y por su mente. Llegado a ese punto de desesperación,<br />

incluso creyó ver dos rostros familiares que le miraban con peculiaridad.<br />

Ya no le quedaba duda alguna, había traspasado los límites de la cordura.<br />

Los soldados alzaron la voz, preguntaron por un nombre, o por un hombre.<br />

Claudio no lo pudo saber con certeza. Puesto que las frases de esas dos mujeres<br />

debatían bulliciosamente en su cabeza e ignorarlas era nadar contra marea.<br />

“Tienes que asimilar que casi nunca nos escucha”<br />

“Pero si no le hablamos no recordará”<br />

Sus rostros se iban haciendo más claros, más nítidos en el destartalado tejado.<br />

Claudio las observó tratando de evitar el infortunio que le acechaba a sus<br />

escasos ocho años. En el impoluto silencio los soldados caminaban raudos,<br />

arrastrando sus botas con fiereza. Claudio vio de reojo cómo los más descomedidos<br />

cargaban sus armas ante la presencia de él y otros chiquillos.<br />

Los rostros de las dueñas de las voces parecían más cercanos. Ya no las veía<br />

en el tejado, las veía frente a él…; con él. Repentinamente, lo que le rodeaba<br />

no parecía tan real. Entonces, Claudio sintió cómo la presencia del granero se<br />

desvanecía, como si se sumergiera en una neblina poco precisa. El niño temió<br />

que eso fuera una alucinación creada por el pánico. Sabía que si se desmayaba<br />

delante de esos soldados era posible que se llevara de regalo un disparo.<br />

“Ni aunque le hables, mi niña”<br />

La voz rota de esa mujer, tan parecida a la de Catalina, suena abatida.<br />

“Hace meses que no habla de otra cosa que no sea la guerra, guerra y más guerra”<br />

Entonces la certeza, hasta entonces cubierta por un velo de dudas, se desvela,<br />

dejando a su único espectador descorazonado. Ahí es cuando todo cobró sentido.<br />

Y al hacerlo, Claudio se sintió ridículo, sumamente ridículo.<br />

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