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Libro conmemorativo - Fundación Abbott

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Tomo el bastón y sigo hasta el sillón de la estufa hogar.<br />

Me siento. Un suspiro tan largo como el de los condenados del Infierno dantesco<br />

me envuelve toda. Otro suspiro fuerte. Me hace bien. Y hasta me río. Yo<br />

nunca suspiro. No me gusta, pero ahora…<br />

Abro el libro en la página que señalé. Leo. Quiero leer, pero mis piernas me<br />

duelen mucho. Los brazos están tan agotados que no quieren sostener este libro<br />

de 400 páginas. El calmante sigue lejos, el remedio fundamental también.<br />

Y yo no tengo la fuerza para caminar otra vez hasta el dormitorio. Allí están<br />

mis medicamentos, el vaso de agua, y ¡la cama!<br />

El fuego sigue bien, calienta, crepita. Parece que hubiera encontrado el alma<br />

de un duende. Me sonrío. El fuego siempre me hace bien. Me relaja, me centra.<br />

Me atrapa. Y aunque resulte ridículo me abanico la cabeza con el libro,<br />

hasta que le devuelvo su función. Lo abro y comienzo a leer.<br />

Leeré hasta que haya descansado un poco más. Leo bastante bien, me digo.<br />

Bastante bien. Pero una mancha gris insiste en taparme las letras. Corro la mirada,<br />

la mancha también se corre. Además ambos párpados están cediendo<br />

demasiado al cansancio muscular. Apenas si puedo espiar las letras. Y además<br />

los signos alfabéticos se encaprichan en duplicarse y pierden su sentido. ¡Bah!<br />

Miro el fuego sinuoso. ¡Cómo me atrapa! Y me dejo atrapar a conciencia, entregada<br />

al placer de la contemplación tibia.<br />

La voz de mi nieto. ¡Abuela! ¡Abue! Es una voz perentoria, cálida de cinco años<br />

curiosos y creativos.<br />

¡Acá estoy, mi amor!<br />

Se sienta sobre la alfombra, me mira con esos ojos oscuros y profundos. ¡Contame<br />

que hay en el fuego! me dice y apoya su cabeza sobre mi pierna. Cada<br />

vez que me encuentra frente a la estufa hogar, me pide lo mismo. Yo aprovecho<br />

a pedirle mis pastillas y el agua, mientras me concentro en las llamas y<br />

descubro sus secretos para él.<br />

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