manual del aprendiz mason ii - Valdemar.com.mx
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CONCLUSIÓN<br />
Hemos llegado al término de esta reseña interpretativa de los símbolos <strong>del</strong> primer grado masónico,<br />
en la cual nos habíamos propuesto, <strong>com</strong>o objeto fundamental, dar a quien ávidamente busca la<br />
Verdad, a quien desea penetrar y reconocer el sentido iniciático de dichos símbolos, una clave que<br />
le sirva para abrir, por sus propios esfuerzos, la Puerta Hermética <strong>del</strong> Misterio, tras la cual se<br />
encierran impenetrablemente para el entendimiento profano.<br />
No hemos dado ni hemos pretendido dar la Verdad, por la sencilla razón de que ésta nunca puede<br />
darse exteriormente, sino que tiene que ser buscada y reconocida en lo profundo <strong>del</strong> alma; sólo<br />
hemos indicado, o mejor dicho, nos hemos esforzado en aclarar el Camino que la Masonería enseña<br />
en esta búsqueda individual, por medio de sus símbolos, ceremonias y alegorías. El secreto<br />
masónico tiene que ser buscado y encontrado individualmente, pues de otra manera cesaría de ser<br />
tal.<br />
Los labios de la Sabiduría están cerrados fuera de los oídos de la <strong>com</strong>prensión. Sólo quien se halla<br />
en un particular estado de conciencia y madurez espiritual puede reconocer interiormente<br />
determinada Verdad, <strong>com</strong>prendiendo y sacando provecho de las palabras que quieren indicarla o<br />
revelarlo.<br />
La Esfinge, aquel maravilloso monumento que nos queda de la más antigua civilización egipcia, es<br />
una representación escultórica de este hecho: es muy difícil decir si sus labios están abiertos o<br />
cerrados; más bien puede decirse que están abiertos y cerrados al mismo tiempo, detrás de la<br />
sonrisa misteriosa que los anima. Verdadero símbolo de la enseñanza esotérica, la Esfinge habla<br />
todavía para quien tiene oídos para oír, pero permanece en hermético silencio para quien no ha<br />
ingresado en aquel estado de conciencia en el cual la Verdad espiritual puede ser reconocida y<br />
asimilada.<br />
Lo mismo debe decirse de los símbolos masónicos: <strong>com</strong>o la Esfinge, hablan para quien los escucha<br />
con los oídos de la <strong>com</strong>prensión, pero guardan su secreto para quien no sabe descubrirlo.<br />
La Masonería es una Ciencia y un Arte que se revelan progresivamente a quien se esfuerza y<br />
persevera en el estudio y en la práctica, por medio de la <strong>com</strong>prensión y <strong>del</strong> uso de sus instrumentos<br />
simbólicos. Así pues, la distinción entre masón y profano no puede ser determinada únicamente por<br />
la ceremonia con la cual un profano es admitido y reconocido <strong>com</strong>o miembro de la Orden, sino que<br />
depende de la efectiva realización de esta cualidad.<br />
La mayoría de los <strong>mason</strong>es permanecen irremediablemente profanos en lo que se refiere al<br />
entendimiento y a la realización de la finalidad iniciática de la Orden y al sentido verdadero de<br />
símbolos y ceremonias. Pero esto no les impide ser buenos <strong>mason</strong>es, si se esfuerzan sinceramente,<br />
en la medida de su <strong>com</strong>prensión y, sobre todo, si son fieles a sus ideales y ponen en práctica lo que<br />
han entendido de los Principios Morales de la Orden. No hay necesidad de conocer la Doctrina<br />
Esotérica revelada por los símbolos masónicos para practicar los principios de la fraternidad, pero sí<br />
es necesario saber discernir entre la ilusión exterior <strong>del</strong> egoísmo y de la separatividad, y la Realidad<br />
de la Unidad Interior de todo, para <strong>com</strong>prenderla y realizarla efectivamente.<br />
Todo hombre sincero encuentra, pues, en la Masonería un Camino de Progreso que se hace siempre<br />
más efectivo en la medida de su buena voluntad y perseverancia, un progreso al mismo tiempo<br />
intelectual y moral, adaptándose su enseñanza simbólica perfectamente a la <strong>com</strong>prensión de todas<br />
las inteligencias, aunque no les sea dado a todos penetrar el verdadero significado íntimo de dicha<br />
enseñanza.