manual del aprendiz mason ii - Valdemar.com.mx
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para su actividad exterior, con la que tiene el privilegio de cooperar en el Plan <strong>del</strong> Gran Arquitecto,<br />
en la Gran Obra para el bien y el progreso <strong>del</strong> mundo y de sus semejantes.<br />
Por modesta que sea la actividad, tarea o trabajo que a cada masón le <strong>com</strong>pete en la vida profana,<br />
cesa de ser una carga y se convierte así en una actividad noble y digna en cuanto lo considera <strong>com</strong>o<br />
realmente es, es decir, <strong>com</strong>o su parte en el gran Plan para la evolución de todos los seres, <strong>com</strong>o su<br />
cooperación individual y consciente a la Gran Obra Universal.<br />
No hay, de esta manera, trabajo humilde que no se halle ennoblecido y dignificado. Por otro lado,<br />
no hay dificultad o problema superior a nuestras fuerzas que no nos sea dado resolver, cuando nos<br />
demos cuenta de que el Plan <strong>del</strong> Gran Arquitecto es y tiene que ser perfecto en todos sus detalles,<br />
ninguno de los cuales puede haber olvidado la Inteligencia suprema, que además se halla<br />
constantemente con nosotros y al alcance de nuestra inspiración para guiarnos e iluminarnos.<br />
La dignificación <strong>del</strong> trabajo <strong>com</strong>o de toda actividad hecha con la debida disposición de espíritu, es<br />
decir, con la mejor inteligencia y buena voluntad de que uno dispone, <strong>com</strong>o cooperación a una Gran<br />
Obra Universal, dirigida por la Inteligencia Suprema o Gran Arquitecto <strong>del</strong> Universo, es sin duda<br />
uno de los méritos más grandes de la Masonería. Ningún ser humano, cualesquiera que sean sus<br />
condiciones y su posición social, tiene el derecho a vivir ocioso, sino que cada cual debe esforzarse<br />
en trabajar constructivamente en servicio, utilidad o beneficio de sus semejantes. Y debe dedicarse<br />
a lo que sabe y puede hacer mejor, y al par que sea útil y provechoso al máximo.<br />
La actividad de cada hombre ha de ser pura y simplemente expresión de aquella parte <strong>del</strong> Plan <strong>del</strong><br />
Gran Arquitecto que particularmente se le refiere. Esto es, la expresión de su Ideal más elevado de<br />
actividad, en relación con sus capacidades actuales, y la que mejor exprese las cualidades,<br />
facultades y potencialidades latentes de su ser, que eleve su espíritu y lo haga progresar<br />
constantemente.<br />
Por esta razón las profesiones deshonrosas y las que especulan sobre la desgracia de los demás,<br />
<strong>com</strong>o las de verdugo, carnicero, usurero, espía, mantenedor de prostíbulos, etc., son indignas de la<br />
calidad de masón, mientras las nobles profesiones materiales, por humildes que sean (no olvidando<br />
que de una de ellas la Masonería tiene su origen y simbolismo), siempre dignifican su categoría<br />
masónica.<br />
En fin, cualquiera que sea su actividad u oficio, el masón deber obrar constantemente en perfecto<br />
acuerdo con sus Principios y su Ideal más elevado, anteponiendo las razones y consideraciones<br />
espirituales a las materiales, absteniéndose de cuanto no apruebe su conciencia y de lo que no crea<br />
perfectamente justo, recto y digno de su cualidad de masón. Pero poniendo cuidado al mismo<br />
tiempo de que un juicio superficial no le haga despreciar y considerar <strong>com</strong>o indigno aquello que, en<br />
realidad, aporta en su lugar un real beneficio y constituye una actividad útil o necesaria.<br />
A SU “GLORIA”<br />
La Masonería hace constantemente sus trabajos a la Gloria <strong>del</strong> G.·.A.·.. Así también debe hacerlo<br />
cada masón, en su actividad individual, sin cuidarse de la <strong>com</strong>prensión, aprobación o<br />
reconocimiento de los hombres y de la <strong>com</strong>pensación de sus esfuerzos, buscando primeramente<br />
realizar la Gloria o expresión <strong>del</strong> Principio Divino en él.<br />
Debe tener presente que su obra o trabajo, aunque dirigidos hacia una particular finalidad, no sirven<br />
menos para este objeto que para glorificar al Dios silencioso que en él mora, lo inspira y lo guía a<br />
cada momento, deseoso de encontrar siempre una más plena y perfecta expresión de sí mismo.