manual del aprendiz mason ii - Valdemar.com.mx
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Podemos considerar estas fraternidades y movimientos <strong>com</strong>o el alma multiforme <strong>del</strong> Espíritu Uno<br />
de la Tradición Universal, que ha venido directamente y sin interrupción hasta nosotros de los<br />
antiguos Misterios. Así, por lo que se refiere a su espíritu iniciático <strong>com</strong>o a la tradición que le<br />
anima (y de la cual es heredera y continuadora), los orígenes de nuestra Institución no pueden ser<br />
más gloriosos, siendo nosotros, <strong>com</strong>o Masones, los herederos de los antiguos Reyes-Sacerdotes<br />
(simbolizados por Melquizedek y Salomón) y de los Grandes Iniciados de todos los tiempos.<br />
Y en cuanto se refiere al cuerpo en el cual esta Alma tradicional se ha encarnado –es decir, a la<br />
forma que domina exteriormente nuestra Institución, que ha sido tomada particularmente <strong>del</strong> Arte<br />
de Construir-, nuestros orígenes no son menos gloriosos, ya que se relacionan directamente con el<br />
origen de toda civilización, <strong>com</strong>o la causa con su efecto natural.<br />
Conocemos, por el estudio que hemos hecho en las páginas precedentes, algo de su alma, que es la<br />
tradición y Finalidad, <strong>com</strong>unes a las diferentes órdenes, escuelas, movimientos, sociedades y<br />
<strong>com</strong>unidades que acabamos de examinar –un Alma formada por las más elevadas aspiraciones<br />
humanas y expresada constantemente en términos de <strong>com</strong>prensión, tolerancia y amor fraternal.<br />
Veamos ahora cómo también el cuerpo exterior de la institución tiene sus orígenes en los tiempos<br />
de la más remota historia y de la prehistoria humanas, habiendo dejado sus huellas en todas las<br />
grandes obras y monumentos que han llegado hasta nosotros de las épocas pasadas.<br />
EL “ARS STRUCTORIA”<br />
Entre todas las artes, la Arquitectura ha sido venerada y practicada en todos los tiempos <strong>com</strong>o un<br />
arte especialmente divino. No debemos maravillarnos de la especial consideración en que siempre<br />
ha sido tenida, por estar la construcción material íntimamente relacionada con la forma exterior de<br />
toda civilización, de la cual puede considerarse al mismo tiempo <strong>com</strong>o causa, medio, condición<br />
necesaria y expresión natural.<br />
La casa representa el principio de la vida civil y no carece de razón, sin duda, el que la segunda<br />
letra <strong>del</strong> alfabeto hebraico (que constituye la inicial de la palabra sagrada <strong>del</strong> Aprendiz) signifique<br />
exactamente “casa”, derivando su forma <strong>del</strong> jeroglífico simbólico de la misma. La Casa representa<br />
así la primera letra o principio de la civilización, mientras su interpretación esotérica en relación<br />
con las demás letras de la Palabra nos da otro significado más propio para el Aprendiz, que<br />
estudiaremos más a<strong>del</strong>ante.<br />
Cuando los hombres tuvieron casas o abrigos protectores, y cuando los muros de las ciudades<br />
constituyeron para éstas la base de la seguridad, fue cuando pudieron desarrollarse las artes, las<br />
ciencias y las instituciones sociales.<br />
Entonces, elevándose la atención y las aspiraciones de los hombres desde el reino de los efectos al<br />
de las causas, o desde la apariencia exterior a la realidad interior que en ella se esconde y la anima,<br />
fue cuando nació la idea y se sintió la necesidad de construir un Templo, de levantar un edificio o<br />
signo exterior <strong>del</strong> reconocimiento interior de la Causa Trascendente, de los efectos visibles.<br />
Esta aspiración interior constituye el principio de toda iniciación, o ingreso en una manera superior<br />
de pensar, de ver y considerar las cosas. Por lo tanto, podemos decir que la Masonería tuvo tanto<br />
moral <strong>com</strong>o materialmente el origen en el primer Templo que se levantó en reconocimiento de la<br />
Divinidad, y que el primer Masón fue quien lo levantó, a pesar de lo rudo y elemental que fuera este<br />
Templo primitivo, que bien pudo haber consistido en una sola columna, o tronco de piedra o de<br />
madera, cuya tradición fue perpetuada en seguida en los obeliscos.