manual del aprendiz mason ii - Valdemar.com.mx
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El choque de las espadas es el emblema de las luchas que se desarrollan alrededor <strong>del</strong> candidato, así<br />
<strong>com</strong>o de la lucha individual que él debe emprender con sus propias pasiones, pensamientos, hábitos<br />
y tendencias negativas; todo pensamiento debe ser rectificado, todo error resuelto y convertido en<br />
Verdad. Indica sobre todo la negación <strong>del</strong> error (aunque tenga la fuerza <strong>del</strong> aparente evidencia<br />
exterior), en la luz de la Superior Realidad, de la que se han advertido las primeras vislumbres.<br />
A esta hora incesante de transmutación, a esta progresiva catarsis de la naturaleza inferior, que<br />
requiere una constante atención y vigilancia, quiere aludir el segundo viaje, que representa<br />
simbólicamente la prueba <strong>del</strong> agua, es decir, aquella especie de bautismo filosófico que consiste en<br />
limpiar o libertar el alma de sus errores, vicios e imperfecciones que constituyen la raíz o causa<br />
interior de todo mal o dificultad exterior.<br />
El primer viaje representa los primeros esfuerzos en la búsqueda de la Luz o de la Verdad, los<br />
primeros pasos desde las sombras de la Ilusión hacia la Realidad íntima y profunda que es<br />
representa, en su regreso, el esfuerzo individual que cada cual tiene que hacer para encaminar y<br />
encauzar su vida en armonía con sus Ideales y con sus aspiraciones más elevadas, en vez de seguir<br />
pasivamente la rutina de sus hábitos, instintos y tendencias negativos.<br />
Como <strong>com</strong>plemento de estos primeros esfuerzos, el segundo viaje indica la perseverancia en esta<br />
obra metódica de purificación <strong>del</strong> alma, que la hará digna de recibir o abrirse a sus posibilidades<br />
más elevadas, el bautismo <strong>del</strong> agua, o sea la negación de lo negativo (siendo el agua el elemento<br />
negativo por excelencia) que debe preceder al bautismo <strong>del</strong> fuego o <strong>del</strong> espíritu, o sea la afirmación<br />
de lo positivo que llevará consigo un más perfecto establecimiento en la Verdad.<br />
La purificación por el agua, con la que se termina este segundo viaje, es esencialmente una<br />
purificación de la imaginación y de la mente de sus errores y de sus defectos, constituyendo una<br />
fase importante de aquella Gran Obra de redención y regeneración individual que la iniciación<br />
masónica nos muestra con su particular simbolismo.<br />
EL TERCER VIAJE<br />
Representando el segundo viaje principalmente la virtud negativa, que consiste en purificar el alma<br />
de sus pasiones, errores y defectos, más que fin para sí mismo constituye la necesaria preparación<br />
para la etapa sucesiva que nos indica el tercer viaje.<br />
Este se cumple con una facilidad todavía mayor que los precedentes, habiendo desaparecido por<br />
<strong>com</strong>pleto los obstáculos y los ruidos; sólo se oyen los acordes de una música cadenciosa y profunda<br />
que parece salir <strong>del</strong> silencio mismo.<br />
Habiendo el iniciado dominado y purificado la parte negativa de su naturaleza, que es la causa de<br />
los ruidos y de las dificultades exteriores, es natural que éstas hayan desaparecido por <strong>com</strong>pleto.<br />
Ahora debe familiarizarse con la energía positiva <strong>del</strong> fuego, es decir, con el Potencial Infinito <strong>del</strong><br />
Espíritu que se halla en sí mismo, cuya más perfecta manifestación se ha hecho posible por la<br />
precedente purificación.<br />
Este descenso <strong>del</strong> espíritu, que constituye la prueba y la purificación por el fuego, elimina, por<br />
medio de una plena conciencia de la Verdad, todo residuo de impureza, toda traza de los errores e<br />
ilusiones que dominaron precedentemente en el alma. Cuando la Luz de la Verdad aparece en toda<br />
su plenitud, toda tiniebla, todo error, toda duda e imperfección, automáticamente desaparecen.