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manual del aprendiz mason ii - Valdemar.com.mx

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agruparse, sea para el <strong>aprendiz</strong>aje y el perfeccionamiento (en los que se aprovecha la experiencia de<br />

los demás), <strong>com</strong>o para el ejercicio y la práctica ordinaria <strong>del</strong> Arte, agregándose cada cual a otros<br />

miembros <strong>com</strong>o ayudantes o aprendices, quienes debían cooperar en las más rudas tareas sin<br />

conocer todavía los principios y secretos que se adquieren con el tiempo, el esfuerzo y la aplicación.<br />

La división en Aprendices, Compañeros y Maestros hubo de ser espontánea en cualquier<br />

agrupación de obreros para un intento constructivo, debiéndose distinguir los <strong>manual</strong>es y novicios,<br />

que no podían poner más que su fuerza, su buena voluntad y sus facultades todavía indisciplinadas,<br />

de los obreros que ya conocían los principios <strong>del</strong> arte, cuya actividad podía ser utilizada más<br />

provechosamente, y éstos de los obreros consumados o perfectos que ya lo dominaban y estaban<br />

capacitados para ejecutar cualquier obra, así <strong>com</strong>o para dirigir y enseñar a los demás.<br />

Como la unidad de una tarea requiere siempre una correspondiente unidad de concepto y de<br />

dirección, es claro también que estas tres categorías tuvieron que estar fielmente disciplinadas (en el<br />

doble sentido intelectual y moral de la palabra disciplina, es decir, tanto en la teoría <strong>com</strong>o en la<br />

práctica) bajo una Autoridad reconocida <strong>com</strong>o tal, por su experiencia y conocimientos superiores,<br />

elegida o propuesta sobre ellos, el Magíster por excelencia, o Arquitecto, a cuya iniciativa y directa<br />

responsabilidad se en<strong>com</strong>endaba evidentemente la obra, un Maestro Venerable entre los Maestros<br />

<strong>del</strong> Arte, al cual todos los demás debían respeto y obediencia.<br />

Así toda corporación constructora o agrupación de obreros para un fin determinado debió<br />

constituirse espontáneamente a semejanza de nuestras Logias, necesitándose, además <strong>del</strong> Maestro<br />

Arquitecto, director de la Obra, uno o dos Vigilantes que lo ayudaran y pudieran sustituirlo en caso<br />

de necesidad, y otros miembros que tuvieran cargos y atribuciones especiales, distintos de los<br />

demás.<br />

La primera logia fue constituida, consecuentemente, por el primer grupo de constructores que<br />

juntaron disciplinadamente sus esfuerzos para alguna obra importante, o para la realización de un<br />

Ideal <strong>com</strong>ún. Y <strong>com</strong>o las reglas morales son necesarias para el orden, la disciplina y la eficiencia en<br />

toda actividad material, es evidente que éstas debieron ser inseparables de las normas y reglas<br />

propias <strong>del</strong> Arte. El conjunto de estas normas y reglas, que constituían una necesaria disciplina para<br />

los que se admitían para tomar parte en la Obra, o <strong>com</strong>o miembros de la corporación, formó la<br />

característica de la Orden, pues sin ella no hubiera podido haber ningún orden verdadero y la<br />

aceptación de esta disciplina debió naturalmente exigirse <strong>com</strong>o condición preliminar para ser<br />

admitido en la Orden.<br />

LA “RELIGIÓN” DE LOS CONSTRUCTORES<br />

En las especulaciones, cultos y tradiciones primitivos, todo tiende a la unidad: poderes y<br />

atribuciones que hoy se distinguen cuidadosamente, <strong>com</strong>o por ejemplo el eclesiástico y el civil, el<br />

legislativo y el judicial, estaban ayer en manos de una misma autoridad. Así el mundo antiguo nos<br />

dio ele ejemplo de los Reyes-Sacerdotes que juntaban en sí diferentes representaciones y poderes<br />

que se consideran hoy enteramente desglosados.<br />

Igualmente la Religión formaba entonces parte de la vida, y las instituciones civiles y religiosas se<br />

entrelazaban mutuamente, constituyendo un conjunto casi inseparable. Por eso, en las primitivas<br />

corporaciones constructoras, el elemento religioso-moral se debió considerar <strong>com</strong>o formando una<br />

unidad con el elemento artístico-operativo, desarrollándose y transmitiéndose igualmente, en estas<br />

corporaciones, los secretos <strong>del</strong> arte y ciertas especiales tradiciones religiosas.

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