Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

Gaceta de la CNDH
Hay, entonces, la obligación de reconocer que el problema de la infracción a los derechos intelectuales
del autor, sea en la modalidad de piratería editorial, de reprografía ilegal, de comercialización
de videos, software o de piratería fonográfica, se incrementa y expande en forma alarmante en todos
los países, sin que se hayan encontrado aún mecanismos eficaces de control y erradicación.
Comercio informal y piratería se complementan. El comercio informal de la piratería se incrementa
y expande ante la aparente pasividad de las autoridades. En especial, la piratería editorial se ha convertido
en una verdadera amenaza contra los autores y editores formales, y este problema se ha acentuado
con el uso excesivo de máquinas fotocopiadoras, las que, gracias también al avance tecnológico, han
alcanzado altos niveles en la calidad y el precio.
La información, el conocimiento y la tecnología son herramientas vitales para el desarrollo y el
crecimiento económico, social y cultural de todos los países. Sin embargo, una visión mundial de la
sociedad de la información debe hacer prevaler a los Derechos Humanos antes de la tecnología, que
sólo constituye un medio y no un fin en sí mismo.
En distintos foros internacionales se ha planteado la necesidad y conveniencia de la cooperación
con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y aun con países en lo individual, para combatir la
piratería. Así, por ejemplo, México ha propuesto acciones conjuntas con China para luchar contra este
mal y el contrabando de productos chinos, que genera un desequilibrio comercial entre los dos países.
Cabe señalar que quienes respaldan la piratería de libros, y esto es aplicable también a los fonogramas,
las marcas, medicamentos, ropa, videos, software, etcétera, comprándolos, arguyen que los originales
son demasiado caros. En este sentido, hay que decir que este problema no puede entenderse sin su
aspecto social ya que la venta de, por señalar sólo un ejemplo, un libro pirata significa para quien lo
vende el ingreso de ese día, pero cabe preguntar si él es la persona que delinque o quien reprodujo el
libro y violó los derechos de autor.
18
Gaceta 167
junio/2004