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Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

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<strong>Gaceta</strong> <strong>de</strong> la CNDH<br />

había sido más violento que su contraparte europea y, aunque estaba más inclinado al sabotaje y a la<br />

promoción <strong>de</strong> huelgas, algunos <strong>de</strong> sus elementos se iniciaron en el terrorismo bajo la influencia <strong>de</strong><br />

lí<strong>de</strong>res como Johannes Most, Ragnar Redbeard, Emma Goldman y Alexan<strong>de</strong>r Berkman, <strong>de</strong> inclinaciones<br />

tan extremas que su causa y sus métodos sólo les ganaron el seguimiento <strong>de</strong> una minoría radical.<br />

Eventualmente, Most llegó a la conclusión <strong>de</strong> que el terrorismo sin propaganda no era suficiente y<br />

favoreció una estrategia dual: por una parte, el establecimiento <strong>de</strong> organizaciones legales o semilegales<br />

con reuniones, <strong>de</strong>bates y publicaciones; 100 por otra, pequeños grupos terroristas que operaran en el<br />

mayor secreto (práctica seguida actualmente por diversos grupos que operan en socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mocráticas).<br />

El bombazo en el Haymarket <strong>de</strong> Chicago en 1886 y el asesinato <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte William McKinley<br />

en 1901 por un anarquista fueron probablemente las acciones terroristas más sonadas <strong>de</strong> la época.<br />

Entre tanto, en toda Europa <strong>los</strong> partidarios <strong>de</strong>l anarquismo realizaban ataques terroristas contra<br />

militares, funcionarios, altos mandatarios o, incluso, ciudadanos corrientes. Hacia fines <strong>de</strong> siglo XIX,<br />

sin embargo, varios <strong>de</strong> <strong>los</strong> principales lí<strong>de</strong>res e i<strong>de</strong>ólogos <strong>de</strong>l anarquismo europeo que, inspirados por<br />

<strong>los</strong> revolucionarios rusos habían adoptado en 1881 la estrategia <strong>de</strong> la propaganda <strong>de</strong> <strong>los</strong> hechos pensando<br />

que unos cuantos terroristas armados <strong>de</strong> bombas podrían provocar la revolución social, empezaron<br />

a reconsi<strong>de</strong>rar su estrategia y en 1991 hicieron un llamado a suspen<strong>de</strong>r sus acciones. Pero, ante<br />

la propia estructura <strong>de</strong>l movimiento, sin una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> mando ni disciplina, cada anarquista o grupo<br />

anarquista siguió consi<strong>de</strong>rándose libre <strong>de</strong> actuar cuando y como consi<strong>de</strong>rara conveniente, a tal grado<br />

que la última década <strong>de</strong>l siglo registró una ola <strong>de</strong> asesinatos y atentados terroristas. Víctimas notables<br />

<strong>de</strong> este periodo fueron el Presi<strong>de</strong>nte Carnot <strong>de</strong> Francia en 1894, la emperatriz Isabel <strong>de</strong> Austria en<br />

1898 y el Rey Umberto <strong>de</strong> Italia en 1900.<br />

No obstante, hacia principios <strong>de</strong>l siglo XX el terrorismo había perdido fuerza en Europa excepto en<br />

<strong>los</strong> extremos <strong>de</strong>l continente: Rusia, <strong>los</strong> Balcanes y, en forma distinta, en España. En este último país,<br />

el movimiento se inició con la Maño Negra en Andalucía hacia 1880 y una década más tar<strong>de</strong> pasó a<br />

Cataluña, don<strong>de</strong> alcanzó su clímax a principios <strong>de</strong>l siglo XX para volver a resurgir durante la Primera<br />

Guerra Mundial y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ella. Entre las características <strong>de</strong>l terrorismo español <strong>de</strong>stacan <strong>los</strong> atentados<br />

sociales —violencia vinculada a disputas laborales y conflictos intersindicales— y su asociación<br />

con pistoleros, que eventualmente le dieron un carácter tan criminal como político. Existían todo tipo<br />

<strong>de</strong> anarquistas en España y durante mucho tiempo el anarquismo español fue el más numeroso e<br />

importante <strong>de</strong> mundo, 101 pero sus atentados fueron <strong>de</strong> escaso impacto político excepto en cuanto a la<br />

lucha interna en la izquierda y su contribución a la guerra civil <strong>de</strong> 1936-1939. El anarquismo español<br />

perdió fuerza tras la guerra civil y, hacia finales <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> Francisco Franco, el terrorismo se<br />

<strong>de</strong>splazó al territorio vasco, pero esta vez con una orientación separatista.<br />

En Rusia, el movimiento revolucionario <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XX tuvo un fuerte componente<br />

terrorista cuyos orígenes se remontan a 1879, cuando en el pequeño poblado ruso <strong>de</strong> Lipetsk se fundó<br />

100<br />

Este grupo estaría formado por intelectuales, oradores y políticos que, no obstante la fuerza <strong>de</strong> sus convicciones, por ser i<strong>de</strong>alistas<br />

o por temperamento, no estaban inclinados a la violencia.<br />

101<br />

George Woodkock, “Anarchism”, en Encyclopaedia Britannica. 14a. ed. Macropedia, 1982, t. I, p. 812.<br />

94<br />

<strong>Gaceta</strong> <strong>167</strong><br />

junio/2004

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