Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

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cuando ello podría dar lugar a cambios de política, podría considerarse que es ceder a las exigencias
terroristas. [Pero] aunque así fuera, los Estados están obligados algunas veces a modificar
las políticas que incumplen el derecho internacional. No se considera que esto sea ceder a las
exigencias terroristas, aunque tal vez algún grupo terrorista esté tratando de que se produzcan
tales cambios. 79
No menos importante es la advertencia de ciertas consecuencias indirectas del terrorismo, como
el hecho de que tanto los actores estatales como los no estatales pueden avivar intencionalmente el
miedo, incluso irracional y excesivo, a acciones terroristas para debilitar la resistencia a medidas
antiterroristas o, con ofensivo cinismo, promover sus programas políticos. Este tipo de actitudes puede
tener graves consecuencias para los Derechos Humanos y la solidaridad internacional. 80 Es de
resaltar a este respecto el hecho de que el informe de la señora Koufa se haya presentado antes de que
Washington promoviera la guerra contra Iraq. 81
Todo lo anterior, sin embargo, no va en desmedro de una lucha eficaz contra el terrorismo, ya que no
se puede tolerar la impunidad en tan grave materia. 82 Y viene al caso mencionar el problema de la
objetividad en este contexto, ya que quien para unos es un terrorista, para otros es un “defensor de
la libertad”.
Hay tal vez un elemento que se podría añadir a las observaciones de la Relatora Especial: la violación
de los Derechos Humanos por parte del Estado, sobre todo cuando es sistemática, no sólo constituye
una negación de su función y sentido, además de una grave ofensa, sino que también es fuente de
descontento que puede dar origen a la violencia e incluso al terrorismo. Y con ello hacemos referencia
no sólo a los derechos civiles y políticos sino también a los económicos, sociales y culturales. Conviene
recordar al respecto la declaración del difunto Alto Comisionado para los Derechos Humanos,
Sergio Vieira de Mello, en su intervención ante el Comité Contra el Terrorismo, en octubre de 2002:
“la mejor —la única— estrategia para aislar y derrotar el terrorismo es mediante el respeto a los
Derechos Humanos, acogiendo la justicia social, mejorando la democracia y manteniendo la primacía
del Estado de Derecho”.
Conforme los Estados se preparan para la lucha contra el terrorismo, crece la preocupación en los
organismos internacionales por evitar que se dé marcha atrás en los avances, que tanto han costado, en
materia de respeto a los Derechos Humanos en el mundo. De ahí que México haya patrocinado la
Resolución 57/219 (2002) por la cual se solicita a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) realizar tres acciones:
a) Examinar la protección de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales cuando se combate
al terrorismo, considerando información confiable de cualquier fuente,
79
Ibid., Núm. 108.
80
Cfr. ibid., Núms. 118 y 119.
81
Vid. supra nota 2.
82
Cfr. ibid., Núms. 121 y ss.
Gaceta 167
junio/2004
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