Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

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produjo bajo regímenes dictatoriales. 16 Cobró gran importancia también la intervención de potencias
extranjeras que directa o discretamente apoyaron a movimientos terroristas como un medio de confrontación
en el clima de “guerra fría”. Y si anteriormente los ataques de los terroristas rusos se limitaban
a Rusia o los irlandeses a Irlanda (o Inglaterra), a partir de los sesentas los palestinos podían operar en
Paraguay o Francia; los japoneses en Kuwait, Israel y Holanda; los alemanes en Suecia o Uganda. 17
Surgieron vínculos de cooperación entre organizaciones terroristas de todo el mundo, hubo intelectuales
que justificaron la violencia como medio de cambio y los terroristas contaron inicialmente con
la ventaja de un ambiente político más democrático en Occidente. La democracia también iba avanzando,
aunque no sin tropiezos, en algunos países en desarrollo, y se extendía la sociedad permisiva.
Sin embargo, conforme se incrementaba la violencia, los grupos terroristas fueron objeto de rechazo
popular y, salvo en el caso de Palestina, se hizo evidente la dificultad de contar con el apoyo de las
masas.
El terrorismo en este periodo tuvo múltiples manifestaciones, pero destacan tres. 1) La nacionalista/
separatista (a veces con tintes religiosos) se presentó en el Ulster, Canadá y España, así como en
Medio Oriente, y encontró un amplio terreno de expansión en las luchas de liberación nacional durante
el período de la descolonización. 2) El terrorismo latinoamericano, de orientación social, que tuvo
un papel precursor y ejemplar ante otros movimientos terroristas del mundo. 18 3) El terrorismo urbano
que surgió en Europa Occidental, Japón y Estados Unidos ante el fracaso de la Nueva Izquierda en las
sociedades democráticas desarrolladas. Curiosamente, a pesar de la oposición de Marx al terrorismo,
la ideología marxista tuvo un impacto no despreciable en estos tres tipos de terrorismo, incluyendo los
movimientos de inspiración nacionalista o religiosa, que la Unión Soviética y sus aliados trataron de
aprovechar.
Muchos de estos movimientos terroristas fueron desapareciendo, sea porque el triunfo del movimiento
de descolonización los dejó sin banderas, por incapacidad de ganar apoyo popular, por la
acción represiva del Estado o por una combinación de estos factores. Así, en un tercer periodo, salvo
algunos movimientos separatistas de carácter predominantemente local, aunque no por ello marginados
de las redes de cooperación terrorista internacional, para mediados de los ochentas eran dos los
principales responsables de la actividad terrorista internacional: 1) el conflicto de Medio Oriente que
siguió desarrollándose conforme se acendraban los odios y se extendían a otros escenarios y a otros
actores, y 2) el celo expansionista de la ideología marxista, promovida por la Unión Soviética pero
también por China, Cuba y otros países con gobiernos comunistas, que encontró eco en las luchas
contra la pobreza y miseria prevalecientes en los países en desarrollo y así como en las graves diferencias
de niveles de vida entre el llamado tercer mundo y las naciones industrializadas.
16
Probablemente los grupos terroristas más violentos de derecha —clandestinos, no gubernamentales— se dieron en Turquía, Italia,
Guatemala, Argentina y Brasil; en todos, su impacto fue meramente local.
17
Para mayor información sobre este punto, vid. e.gr.: Peter Lubin y Leonard Davis, International terrorism: the darkening horizon.
Jerusalén, The Jonathan Institute, 1979, especialmente pp. 20 y ss.
18
Cfr. W. Laqueur, op. cit., p. 213.
Gaceta 167
junio/2004
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