Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

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en su contra: lograron derrocar a un gobierno quasi-democrático que fue sustituido por una dictadura
militar con menos escrúpulos para combatir a los rebeldes. También en Uruguay y Brasil los terroristas
tuvieron que enfrentar una severa reacción represiva de los gobiernos de sus países (que frecuentemente
recurrieron a la tortura y otras violaciones de los Derechos Humanos), a la vez que perdían la
simpatía popular conforme la escalada de violencia los llevaba a cometer actos cada vez más extremos.
En el caso de Brasil incluso la izquierda se desvinculó de su “militarismo”. La innovación más
llamativa de estos tres grupos fue la creación de una Junta de Coordinación Revolucionaria, una
especie de internacional terrorista que unía al ERP, los Tupamaros, el MIR chileno y el ELN de Bolivia,
pero que tuvo limitados resultados.
En Perú Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru se hicieron notorios por
sus atentados con bombas, asesinatos brutales, secuestros, robos de bancos y ataques a Embajadas y
empresas, en las décadas de los ochentas y noventas. Se estima en más de 30,000 el número de sus
víctimas. Ambos de orientación comunista, Sendero Luminoso se convirtió en uno de los ejemplos
más sangrientos y famosos por el uso de tácticas cruentas destinadas a provocar y desestabilizar el
Estado. Paradójicamente, su propio éxito condujo al advenimiento del régimen quasi-dictatorial de
Alberto Fujimori bajo el cual fue detenido su líder Abimael Guzmán y muchos de sus miembros
murieron en enfrentamientos con las fuerzas del orden. Pero de toda la región latinoamericana, es en
Colombia donde actualmente la situación se ha vuelto más crítica: la combinación de antiguos movimientos
terroristas de izquierda, el narcotráfico y el surgimiento de grupos paramilitares de derecha,
parece haber puesto en jaque al Estado. Como en Italia, donde el crimen organizado ha emulado a los
terroristas para promover sus intereses, algunos miembros del cartel de la cocaína en Colombia han
recurrido al terrorismo para dificultar la aplicación de las leyes orientadas a luchar contra el tráfico de
drogas. Asimismo, surgieron las llamadas Unidades de Autodefensa, 108 originalmente con la intención
de protegerse de los secuestros y otras actividades de grupos subversivos y de narcotraficantes, pero
eventualmente creció su poder, que ejercieron al margen de la autoridad establecida, minando severamente
al Estado. Para completar el esquema, parece haber evidencia de que los dos principales grupos
terroristas, que datan de los años sesentas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) han establecido vínculos con el narcotráfico, dando lugar
al fenómeno llamado narcoterrorismo.
La Nueva Izquierda
En el mundo desarrollado el terrorismo de los años sesentas y setentas surgió de la Nueva Izquierda,
que alcanzó una posición dominante en las universidades. La radicalización estudiantil tuvo elementos
de idealismo, antimilitarismo (protestas contra la guerra en Vietnam en Estados Unidos), rechazo de las
inequidades de la sociedad industrial; pobreza, hambre y explotación en el mundo en desarrollo, así
como factores culturales y psicológicos. 109 Sus integrantes fueron jóvenes de clase media o alta y sus
108
Actualmente agrupadas en torno a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
109
Para una explicación psicosociológica del radicalismo estudiantil en estos países, ver Paul Berman, A Tale of Two Utopias. Nueva
York / Londres, Norton, 1996.
Gaceta 167
junio/2004
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