Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

Artículos
cia, los grupos terroristas fueron objeto de rechazo popular y, salvo en el caso de Palestina, se hizo
evidente la dificultad de contar con el apoyo de las masas.
El terrorismo en este periodo de la posguerra tuvo tan múltiples manifestaciones que es difícil
encuadrarlas sin incurrir en simplismos. No obstante, se podrían agrupar en tres grandes apartados.
Primero, el nacionalista/separatista (en ocasiones con tintes religiosos) que se manifestó en el Ulster,
Canadá y España, así como en Medio Oriente y que encontró un amplio terreno para su expansión en
las luchas de liberación nacional que tuvieron lugar durante el periodo de la descolonización. Segundo,
el terrorismo latinoamericano, de orientación social, que en opinión de Walter Laqueur tuvo un
carácter sui generis y un papel precursor y ejemplar ante otros movimientos terroristas del mundo. 106
Tercero, el terrorismo urbano que surgió en Europa occidental, Japón y Estados Unidos ante el fracaso
de la Nueva Izquierda en las sociedades democráticas desarrolladas (particularmente en Italia, Alemania
occidental y Japón, como se verá más adelante). Curiosamente, no obstante la oposición de Marx
al terrorismo, la ideología marxista tuvo un impacto no despreciable en estos tres tipos de grupos
terroristas incluyendo los movimientos de inspiración nacionalista o religiosa. La Unión Soviética
trató de aprovechar y promover esta tendencia.
Conforme avanzaba el tiempo, algunos de estos movimientos terroristas fueron desapareciendo, ya
sea porque el triunfo del movimiento de descolonización los dejó sin banderas, por su incapacidad de
ganar apoyo popular para su causa, por la acción represiva del Estado o por una combinación de estos
factores. Así llegamos a un tercer periodo en el cual, con excepción de algunos movimientos separatistas
de carácter predominantemente local, aunque no por ello marginados de las redes de cooperación
terrorista internacional, para mediados de los ochentas eran dos los principales responsables de la
actividad terrorista internacional: primero, el conflicto de Medio Oriente que siguió desarrollándose
conforme se acendraban los odios y se extendían a otros escenarios y a otros actores; segundo, el celo
expansionista de la ideología marxista, promovida por la Unión Soviética pero también por China,
Cuba y otros países con gobiernos de régimen comunista, que encontró un terreno fértil en los movimientos
de lucha contra las condiciones de pobreza y miseria prevalecientes en los países en desarrollo
así como las graves diferencias en los niveles de vida entre el llamado tercer mundo y las naciones
industrializadas.
Finalmente, con la disolución del bloque socialista, y sin minimizar la importancia del que practican
algunos movimientos separatistas, en un cuarto periodo el terrorismo de Medio Oriente, que a la
fecha sigue sin encontrar una solución satisfactoria, es el que ha cobrado mayor vigor y parece haber
evolucionado hacia una confrontación mucho más amplia que opondría al Islam con Estados Unidos
y otras potencias de Occidente. Antes de seguir adelante conviene analizar las principales manifestaciones
del terrorismo que se han presentado en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, así
como sus principales características.
106
Cfr. ibid., p. 213.
Gaceta 167
junio/2004
97