Gaceta N° 167 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

Gaceta de la CNDH
Me refiero a esta encuesta porque es la prueba más reciente y a nuestro alcance de lo mucho que falta
para lograr una comprensión social más cabal de lo que son los Derechos Humanos.
Ahora que vamos a emprender juntos nuevos esfuerzos de difusión, reitero que la CNDH también
se asume como una institución que pretende educar y que otorga enorme valor y respeto al conocimiento.
Con este convenio, la UNAM y la CNDH renovamos simbólicamente nuestro compromiso
institucional para combatir la ignorancia como fuente de desigualdades e injusticias sociales.
No debemos olvidar que en nuestro país son muchas las personas que todavía desconocen que son
sujetos de derechos. De ahí que debamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para superar las
barreras abismales que dividen las posibilidades de bienestar de los mexicanos.
Los derechos esenciales —exigibles y entendidos como tales— deberán ser alguna vez práctica
cotidiana en el espacio de nuestras libertades. México necesita ampliar y fortalecer los fines del Estado
democrático y social de Derecho tanto como el hacer un compromiso general de respeto y de
confianza en el cumplimiento de la ley, un compromiso en el que sean los propios gobernantes y
servidores públicos los primeros en dar el ejemplo y en obligarse a actuar siempre dentro del marco de
la legalidad y del derecho.
La sola existencia de la ley no basta para hacer efectiva la vigencia de los Derechos Humanos. Sin
ciudadanos conscientes, exigentes y dispuestos a reclamar que las leyes se apliquen y sin autoridades
dispuestas a servir y asumir responsabilidades, los Derechos Humanos se desdibujan, se pierden y se
vuelven teoría o mera abstracción.
El convenio que hoy suscribimos —señor Rector, señoras y señores Consejeros de la CNDH—
propone que realicemos proyectos de estudio e investigación, campañas de difusión de los Derechos
Humanos y programas de servicio social enfocados al reconocimiento del principio de equidad y de
dignidad esencial de las personas, a su condición como sujetos de derechos y obligaciones, y a la
observancia de la ley como única fórmula civilizada para la convivencia general.
Como Ombudsman y como universitario, me complace que este convenio pueda ser suscrito con
una universidad que sigue siendo sinónimo de responsabilidad social y de fomento a los valores universales
del conocimiento, la justicia, la igualdad, la tolerancia, la multiculturalidad y la diversidad de
pensamiento. Si una institución nos señala que aún hay espacios para la solidaridad, la generosidad y
la grandeza de espíritu, esa institución es la UNAM, a la que tantos mexicanos le debemos tanto.
Hago votos porque la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Universidad Nacional
Autónoma de México siempre compartan objetivos en el campo de la educación, la investigación, la
difusión y el intercambio de información académica en materia de derechos fundamentales y en el de
su salvaguarda.
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Gaceta 167
junio/2004