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RAQUEL TIBOL
“La isla de Pascua”
Sus “collages”, en el Munal:
¿Quién fue
Max Ernst
En entrega de la semana anterior, Raquel Tibol acotó
los lineamientos fundamentales del movimiento
surrealista, y ahora se centra en la intensa y valiosa
producción del artista alemán Max Ernst, creador
del frottage y del grottage. Están a la vista sus collages
en el Museo Nacional de Arte desde el jueves
12, bajo el nombre de Una semana de bondad.
Max Ernst nació en
Brühl, cerca de Colonia,
el 2 de abril de
1891. Entregó al arte
del siglo XX una notable
obra gráfica y magníficos
libros ilustrados. En la Alemania de
principios de ese siglo la joven generación se
aglutinó en torno a publicaciones: catálogos,
revistas, manifiestos. Las revistas, sobre todo,
dieron piso a nuevas tendencias literarias
y artísticas. Entre 1910 y 1921 en Alemania
apareció un centenar de revistas culturales de
diverso contenido. Entre los 2,500 autores
que en ellas pudieron expresarse o darse a conocer,
700 eran artistas: pintores y músicos.
Se publicaban ilustraciones, grabados, dibujos
y retratos. El verdadero ascenso se produjo
entre 1914 y 1919, periodo de grandes inquietudes
sociales. El descenso comenzó en
1920, y ya para 1922 sólo se editaban ocho
revistas. La más célebre de estas revistas,
fundada por Herwartj Walden en 1919, fue
Der Sturm, donde se dio la alianza de pintores
de vanguardia y jóvenes escritores.
En 1910 Max Ernst inició sus actividades
como ilustrador con 25 dibujos para el
Bierzeitung, a la vez que se matriculaba en
la Universidad de Bonn para hacer estudios
de Filosofía Clásica. Entonces desarrolló
amistad con el expresionista August Macke.
Si fue directa o por carta es secundario. Lo
que importa es subrayar que Macke, cuatro
años mayor que Ernst, exaltaba entonces el
primitivismo y el retorno a los orígenes. A
Macke le extrañaba que las obras de los pueblos
llamados primitivos se hubieran visto
relegadas en Europa a un nivel etnológico o
de artes decorativas. También por ese tiempo,
junto con Franz Marc, Kandinsky y Paul
Klee, Macke se oponía a las ideas patrioteras
que rechazaban las influencias extranjeras,
sobre todo del arte francés. El grupo proclamaba
que el arte moderno es internacional.
Y así también opinaban las nuevas
amistades que hizo Ernst entre 1913 y
1914: Apollinaire, Delaunay, Hans Arp.
Todos ellos propagaban el conocimiento
de los movimientos artísticos existentes, a
la vez que proponían diversas concepciones
teóricas y propiciaban, como algo totalmente
correcto, asomarse al extranjero.
Dentro de este espíritu hay que interpretar
el primer viaje de Ernst, de cinco semanas
en 1913 a París. Tanto en Alemania como
en Francia y otros países es evidente entonces
la alianza de pintores y poetas en diversas
publicaciones. Los pintores hacen poesía
y los poetas se atreven a incursionar en
la ilustración. No sólo intercambian sus
obras, se visitan, los unos son huéspedes de
los otros, hasta que la guerra de 1914-1918
vendrá a separarlos artificialmente. Citar
en Francia favorablemente algo que hayan
64 1763 / 15 DE AGOSTO DE 2010