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Homenaje
plástico de Suman al chicano Luis Leal
NIZA RIVERA
Un total de 30 piezas (grabados en
metal, madera y acrílico, así como
pinturas acrílicas en tela) integran
la exposición Mitos y leyendas de
México de Álvaro Ángeles Suman, que permanecerá
abierta durante todo este mes en
la Casa de Cultura Jaime Sabines.
El nombre fue tomado del libro de cuentos
y narraciones del escritor chicano Luis
Leal que ilustró Suman y que retoma como
homenaje ahora, pues Leal falleció en enero
de este año a la edad de 102 años.
Se incluye la serie gráfica Ensueño realizada
por el artista en 2000 y que acompañó
la poesía de Leal, quien fuera su amigo
entrañable.
Álvaro Ángeles Suman estudió artes plásticas
en el Instituto Nacional de Bellas Artes
y en la Academia de San Carlos (es también
ceramista y escultor), pero desde hace 30
años radica en Estados Unidos. Su trayectoria
abarca más de 70 exposiciones entre
México, Estados Unidos, Canadá y España.
“Nunca pensé vivir en Estados Unidos,
mi idea de salir al extranjero era ir a Europa,
pero llegué a California, conocí a mi esposa
y eso cambió mi vida,
me quedé ahí”, señala
a este semanario.
Y define así las
obras de Mitos y leyendas
de México:
“Hay algunas que
me gustan más que
otras, pero no creo
que exista una pieza
especial, no todas
fueron especiales en
el momento que las desarrollé, todas tienen
en su contenido algo especial. Cuando creas
una pieza al final todas son diferentes por algún
motivo...”
Sin embargo, comenta que hubo una
que le dio mucho gusto realizar, la que
acompaña el cuento de Leal El pájaro Cu:
“Era un ave muy fea que trataba de sobresalir
entre todas las demás, águilas, pericos,
búhos y demás, y cada una de ellas,
para hacerlo destacar, le donaron una pluma,
y eso lo hizo hermoso, tan hermoso que
ya no le importaba reunirse con las demás
aves, las cuales pelearon por eso. Pero un
dios, al darse cuenta de esa situación y para
evitar peleas, les quito el don del habla a
todas, y volvió arcoiris al pájaro Cu.”
El libro estará a la venta durante la exhibición
y contiene 20 cuentos, enfocados a
tres épocas de la historia de México: la prehispánica,
la colonial y la revolución.
Previa a la muestra, Suman presentó
Realidad separada en el Centro
Multicultural de la Universidad de
Santa Bárbara (UCSB), en enero de
este año, que tuvo como tema central
el fuego, a raíz de un incendio
que vivió en la comunidad de Tea,
California, en 2008, y que destruyó la
galería de trabajo del artista.
“Trabajé durante 30 años para
acumular todo lo que tenía, había
herramientas de trabajo, piezas terminadas
y algunas en las que trabajaba,
pero una noche de repente
el incendio provocado en el bosque
destrozó no sólo ese lugar, sino casas, gente,
animales, arrasó con todo lo que había,
y fue increíble ver cómo todo lo que me
había costado tanto trabajo desapareció en
cuatro horas.
“Después de eso empecé a pintar, fue
una terapia, un desahogo, pinté muchas
cosas que tenía que ver con fuego y de ahí
surgió la muestra. Fue algo doloroso, pero
me ayudó a manifestar mis emociones a
través del arte.”
La exhibición se abrió el jueves 12 en
la Casa de Cultura Jaime Sabines de avenida
Revolución 1747, San Ángel.
Miguel Dimayuga
Arte
SAPS: el derrumbe
de una fachada
BLANCA GONZÁLEZ ROSAS
En lo que respecta a la
administración gubernamental
de las artes
visuales, el Instituto Nacional
de Bellas Artes (INBA) se ha
convertido en una institución
inútil: no tiene presencia nacional,
no es una alternativa
ante el mercado y no cuenta
con programas que sirvan para
posicionar la diversidad artística
de México. Carente de políticas
culturales que supervisen
las acciones de sus directivos,
el INBA se caracteriza por una
gestión basada en la discrecionalidad
y arbitrariedad.
Un ejemplo de esta circunstancia
se encuentra en la
Sala de Arte Público Siqueiros
(SAPS) –Tres Picos número 29,
Polanco, Ciudad de México–.
Dirigido desde el 25 de mayo
La sala. Derrumbe
de 2009 por la curadora cubana
Taiyana Pimentel, el recinto,
después de sustituir su fachada
original por un muro de vidrio,
fue abierto al público el pasado
28 de julio. Intervenida por el
despacho Arquitectura 911 de
José Castillo y Saidee Springall
con la colaboración del diseñador
Héctor Esrawe, la SAPS se
deshizo de su identidad de casa
habitación para convertirse en
una emulación de las tiendas de
muebles que existen en la zona.
Legada al pueblo de México
por el afamado muralista David
Alfaro Siqueiros junto con un
acervo de su autoría de 47 pinturas,
75 grabados, 64 dibujos,
trazos en salas y cuatro bocetos
para murales –entre otros
materiales (Reforma, 31 octubre
2001)–, la casa se convirtió en
1973 en un museo administrado
por el INBA. Reabierta con
dos muestras temporales que
corresponden a dos bocetos
murales de Siqueiros y dos videoinstalaciones
de la artista
suiza Pipilotti Rist –de las cuales
una pertenece a la colección
particular de los propietarios de
la galería OMR–, la SAPS fortalece
la preferencia que tiene el
INBA tanto por ocupar sus museos
dedicados al arte contemporáneo
con obras vinculadas
o provenientes del ámbito mercantil,
como por despreciar sus
colecciones permanentes.
Ante el desempeño de la titular
de la SAPS, la directora del
INBA, Teresa Vicencio, tiene que
aclarar cuatro aspectos esenciales:
los argumentos que permitieron
destruir la fachada y, con
ella, la memoria pública-visual
de la casa; las especificaciones
de la licitación para la remodelación;
las causas por la que la
obra no se otorgó en concurso
abierto; y los criterios profesionales
que sustentaron la contratación
de Taiyana Pimentel. En
espera de estas aclaraciones, es
evidente que el derrumbe de la
66 1763 / 15 DE AGOSTO DE 2010