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la culpa porque se haya demasiado
ocupado en aprender,
primero en esconder la navaja
en la boca, sangrando de la
lengua y las encías; luego en su
instrucción, leer y estudiar; posteriormente,
en saber ejercer el
poder. En el espacio claustrofóbico
y el tiempo repetitivo de la
prisión, se expande la conciencia
de este pobre profeta.
Un profeta no es una cinta
realista, el arte de Jaques Audiard,
formado en literatura y filosofía,
consiste en hacer sentir
que su historia es real. Malik es
un héroe del siglo XXI; si Rastignac,
el personaje de Balzac
del cual es heredero, aspiraba a
formar parte de los círculos de
la nobleza aliada a los banqueros,
las pretensiones de Malik
son más elementales: vivir,
defenderse, tener una familia,
ser aceptado. Pero el precio es
demasiado alto.
Televisión
Periodismo televisivo
acosado
ALMA ROSA ALVA DE LA SELVA
Muchas y justificadas
preocupaciones ha
continuado suscitando
el grave hecho del secuestro
de cuatro periodistas, episodio
reciente ocurrido en el contexto
de la “guerra contra el narcotráfico”
cuyo desenlace por
fortuna no tuvo como
saldo el de la pérdida de
vidas, pero que refrenda
el poco honroso estatuto
de México como el país
donde ejercer el periodismo
se ha convertido
en la actividad de mayor
riesgo.
El caso del plagio
terminó; sin embargo,
los ataques y agresiones
a medios y periodistas
constituyen un
serio problema que no
ha concluido con el aparente
fin de un acontecimiento
que, en realidad,
es eslabón de una larga
cadena de atentados a
profesionales de la información,
sobre todo de medios impresos,
en diferentes latitudes del país.
Bien se sabe que en la República
los agravios a los profesionales
de los medios y a
la libertad de prensa no son
un problema nuevo. Tanto es
así que desde hace años varias
organizaciones –entre ellas
Cencos, Reporteros sin Fronteras,
Artículo XXI y la Fundación
Manuel Buendía, entre otras–
han venido documentando con
informes puntuales, además de
las agresiones, desapariciones
forzadas e incluso homicidios.
Las implicaciones del secuestro
de los periodistas, en
esta ocasión como en tantas
otras que han afectado a comunicadores,
son por demás
condenables y ameritan la indignación
y repudio de la sociedad
toda. Sin embargo, en los hechos
recién ocurridos en Gómez
Palacio, Durango, una situación
con varias aristas, se ha presentado
una peculiar circunstancia:
la de impacto de una acción del
crimen organizado, ahora en el
periodismo televisivo.
Si se considera que son
escasos en la TV mexicana los
espacios periodísticos empeñados
en registrar con rigor y
honestidad profesional la difícil
situación del país, y más los
que en lugar de ello se inclinan
por las versiones oficiales, verdades
a medias o que incluso
excluyen de su agenda informativa
hechos relevantes, es significativo
que ahora dichos espacios
se vieran alcanzados por
las duras realidades nacionales.
En ese sentido resulta paradójico
que en uno de los programas
de las televisoras, entre
cuyos colaboradores se encontraba
uno de los periodistas
agraviados, se haya anunciado
“no estar dispuesto esta noche
a fingir que no está pasando
nada”, pues “sí está pasando”.
Si bien desde hace tiempo
atrás las televisoras han sido objeto
de ataques (uno de los más
recientes, con disparos y granadas,
ocurrió en mayo pasado), el
secuestro de periodistas de sus
filas debe acrecentar la exigencia
a las autoridades correspondientes
de garantías para dichos profesionales
en el desempeño de
su importante tarea. Pero el suceso
también obliga a la propia
televisión a buscar otro rescate,
el del derecho a la información, y
ante lo que vive el país ponerse
a la altura de las circunstancias,
ésas que ahora, lejos de los escenarios
distractores en los que
frecuentemente se adentra la
pantalla casera, le han mostrado
con crudeza de qué está hecha
la realidad.
Libros
Avances del libro digital
JORGE MUNGUÍA ESPITIA
La revolución cibernética
desde hace varios años
afecta a la industria editorial.
En la producción incorpora
programas, computadoras, impresoras
digitales, escáneres,…
para la elaboración tanto física
como digital de libros. De igual
manera altera la distribución
con la fundación de librerías
virtuales que ofrecen y entregan
textos a domicilio o envían a
través de la red las versiones
electrónicas. Los cambios han
incrementado el consumo porque
disminuyen los costos de
producción y bajan los precios.
Igualmente modifican las prácticas
de lectura.
Un caso destacado en esta
industria es la empresa Amazon,
fundada en 1994, que se ha colocado
como la principal vendedora
de libros en línea. Tiene una
oferta de más de 900 mil títulos
físicos y 620 mil descargables.
Además ha creado un lector de
libros llamado Kindle, que permite
almacenar y leer libros, así como
emular las características del libro
tradicional. Amazon brinda a sus
compradores la descarga inmediata
de la obra adquirida a esa
pantalla portátil, a la computadora
o al iPhone.
El uso extensivo de dispositivos
electrónicos suponía que
en un futuro la venta de libros
digitales sería mayor. Sin embargo,
en la pasada Navidad
fue la primera vez que se compraron
más libros digitales que
tradicionales, y este 19 de julio
Amazon informó que en los últimos
tres meses, por cada 100
libros de tapa dura, se habían
vendido 143 electrónicos.
La razón del incremento, según
la empresa, se debe a que
bajó el precio de su lector Kindle
de 259 a 189 dólares, lo que elevó
la demanda de textos. También a
que este dispositivo permite, presionando
diversos botones, comprar
uno o varios libros. Los cambios
posibilitan traer, en un dispositivo
del tamaño de un libro de
bolsillo, desde mil 500 hasta 3 mil
500 ejemplares distintos, según la
capacidad del lector que se adquiera.
El tipo de oferta que presenta
Amazon hace posible que
los estudiosos puedan conseguir
obras raras, descatalogadas, antiguas…
que son las bases para
los trabajos de investigación.
Asimismo, la facilidad de leer
en cualquier lugar desde libros
clásicos hasta novedades incrementará
los índices sociales e
individuales de lectura. No sólo
por la amplia gama de obras
que pueden ser disfrutadas, sino
debido al bajo precio (30% menos
que el libro tradicional por el
ahorro en la impresión y distribución).
Los últimos hechos indican
que el libro digital está impactando
al mercado y afecta la vigencia
del texto en papel.
Así, la idea de un mundo
posmoderno en el que los hombres
le darían un mayor lugar
a la imagen y al sonido, se derrumba
frente a un panorama en
el cual la lectura y la escritura
serán medios dominantes para
crear, guiar y comunicar.
1763 / 15 DE AGOSTO DE 2010 69