10.07.2015 Views

ESCRITOS REUNIDOS - Salta

ESCRITOS REUNIDOS - Salta

ESCRITOS REUNIDOS - Salta

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

26enfermedad del sueño, la desnutrición, los problemas obstétricos y la cirugía de urgencia,alojando a centenares de enfermos en chozas de bambú en las cercanías del hospital en plenajungla.Cada choza albergaba a dos enfermos y disponía de una cocina independiente en la que lospropios enfermos preparaban sus comidas.Albert Schweitzer fue un apóstol alsaciano que no sólo se propuso curar a los enfermos en sucalidad de médico, sino también dar bienestar, alegría, voluntad y armas para vivir, y por sobretodo “respetar la vida” en una forma de humanismo en acción concreta; un sanitarismo en acto.A los 18 años ingresó en Teología en la Universidad de Estrasburgo. Estudió órgano. A los 24años se graduó en Filosofía en la Sorbona. Fue predicador y catedrático de teología enEstrasburgo. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953 y el Premio Sonning en 1959. EnLambarene en 1931, entre muchas otras cosas, Schweitzer decía: “Las colectividadesorganizadas, políticas, sociales y religiosas de nuestro tiempo se esfuerzan por llevar alindividuo a no forjar él mismo sus convicciones, sino a asimilar tan sólo aquellas que tienen yapreparadas para él. El hombre que piensa por sí en el plano espiritual, les resulta incómodo ymisterioso. No ofrece garantías de que se fundirá a su antojo en la organización.El espíritu de nuestro tiempo no permite al individuo un retorno sobre sí mismo; constriñe puesal hombre a dudar de su propio pensamiento, con el fin de llevarlo a recibir sus verdades desdeafuera. Ya no es capaz de comprender ni de asimilar los nuevos descubrimientos. Le es forzosoaceptarlos como algo incomprendido. La semilla del escepticismo ha germinado. En realidad, elhombre moderno no tiene ya confianza en sí. Bajo una actitud llena de seguridad, oculta unainquietud espiritual a despecho de su capacidad técnica y de su poder material. ¿Tenemosderecho, nosotros los blancos, de imponer nuestra dominación a los pueblos primitivos osemiprimitivos? No, no tenemos derecho. Todavía hoy, los perjuicios que les causamos a losindígenas no deben ser silenciados ni disfrazados. Es inconcebible que nosotros, puebloscivilizados, nos reservemos solamente el tesoro de los remedios contra la enfermedad, el dolor yla muerte, que nos ha dado la ciencia. El menor sentido moral nos obliga a prestar servicio aaquellos que, lejos, son víctimas de una miseria física mayor que la nuestra...”Publicado en el Diario El Tribuno; pág.2; <strong>Salta</strong>, 27 de enero; 2007.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!