Boletín Sociedad <strong>de</strong> Psiquiatría y Neurología <strong>de</strong> <strong>la</strong> Infancia y Adolescencia Año 15, Nº 1, Septiembre 2004De los pacientes que presentaron alteracionesen el examen neurológico (19,7%), <strong>de</strong>staca quecasi <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> ellos presentó retraso <strong>de</strong>l DSMy <strong>de</strong>l lenguaje, y que el resto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s alteracionesfueron mucho menos frecuentes. En <strong>la</strong>pob<strong>la</strong>ción esco<strong>la</strong>r <strong>de</strong> USA, un 1,7 % recibeneducación especial para retardo mental, enSuecia un 0,4% tiene un retardo mental grave(13,18), lo que <strong>de</strong>nota el RDSM una complicaciónespecífica, <strong>de</strong>bido al compromisoencefálico difuso en <strong>la</strong>s meningitis.Dentro <strong>de</strong> los trastornos <strong>de</strong>l DSM el área másafectada fue el lenguaje expresivo, lo que nosmotiva a p<strong>la</strong>ntear <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> evaluar esteparámetro en forma más específica, dado losmúltiples factores que podrían favorecer estaalteración, tales como aquellos <strong>de</strong> tipo sociales,período <strong>de</strong> convalecencia y falta <strong>de</strong> estímulo,hipoacusia o un RDSM global secundario a estaenfermedad. Con respecto a <strong>la</strong> dis<strong>la</strong>lia comotrastorno <strong>de</strong>l lenguaje, se vio que estabapresente en ambos grupos, siendo másprevalente en el grupo con secue<strong>la</strong>s. Creemosque este hal<strong>la</strong>zgo se pue<strong>de</strong> explicar en partepor <strong>la</strong> alta inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> hipoacusia o tal vezpor <strong>la</strong> alteración concomitante <strong>de</strong>l lenguajeexpresivo en estos pacientes.Con re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> totalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s secue<strong>la</strong>sneurológicas, <strong>la</strong> hipoacusia fue <strong>la</strong> másfrecuente, correspondiendo al 51,8% (n=14) <strong>de</strong>el<strong>la</strong>s. En un porcentaje discretamente menor seencontró RDSM (44,4%, n=12) y un sólopaciente presentó ambas alteraciones. Esto es<strong>de</strong> especial interés, ya que se podría pensarque el RDSM podría ser explicado en parte porel compromiso auditivo, sin embargo se<strong>de</strong>mostró <strong>la</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> ambos eventos.Los otros déficits pesquisados tales comoconvulsiones, paresia e hipotonía, fueronsignificativamente menos frecuentes, lo cualcoinci<strong>de</strong> con lo publicado. Cabe <strong>de</strong>stacar que<strong>la</strong> hipoacusia, a pesar <strong>de</strong> ser menos frecuenteen re<strong>la</strong>ción con otros patógenos, es <strong>la</strong> <strong>de</strong> mayorinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s secue<strong>la</strong>s <strong>de</strong> nuestraserie. Mayatapek y cols. han comunicado que<strong>la</strong> sor<strong>de</strong>ra es más común en los pacientes coninfección meningocócica <strong>de</strong>l serogrupo Y, queen los pacientes <strong>de</strong>l serogrupo B, que es e<strong>la</strong>gente etiolgico más frecuente en <strong>la</strong> mayor parte<strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos (17).El porcentaje <strong>de</strong> hipoacusia en <strong>la</strong> evaluaciónotorrinológica fue <strong>de</strong> 10,6%, lo cual es concordantecon lo <strong>de</strong>scrito en <strong>la</strong> literatura (8, 12, 15,20), y coinci<strong>de</strong> en que es <strong>de</strong> predominiouni<strong>la</strong>teral. Hay que <strong>de</strong>stacar que el examenclínico neurológico sólo <strong>de</strong>tectó un 4,3% <strong>de</strong>compromiso auditivo (6/137), <strong>de</strong> los cuales ensólo 1 caso se confirmó hipoacusia en formaobjetiva. Se sabe que <strong>la</strong>s pruebas auditivascorrientes so<strong>la</strong>mente valoran un rango muyestrecho <strong>de</strong> frecuencias y pue<strong>de</strong>n no sersuficientemente sensibles para captar grados<strong>de</strong> <strong>de</strong>ficiencia auditivos pequeños peroimportantes, especialmente en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>sfrecuencias superiores a 8 kHz.(22). Es por lotanto imperativo realizar una evaluación formal,ya que <strong>la</strong> audición es vital para <strong>la</strong> adquisición<strong>de</strong>l lenguaje, educación y <strong>de</strong>sarrollo social, ycuenta con buena rehabilitación mientras serealice el diagnóstico en forma precoz.De los pacientes que se reevaluaron otorrinológicamente(9/13), sólo 4 persistieron con algúndéficit auditivo y <strong>de</strong> ellos 3 tenían compromisobi<strong>la</strong>teral, a diferencia <strong>de</strong> lo visto previamente.Esto es <strong>de</strong> especial interés, ya que podríapostu<strong>la</strong>rse que aquellos pacientes concompromiso uni<strong>la</strong>teral tendrían mejor pronósticoauditivo <strong>de</strong>bido a una mayor reversibilidad <strong>de</strong>su trastorno en el tiempo.Se pudo reevaluar a sólo el 70,4% <strong>de</strong> lospacientes al cabo <strong>de</strong> 6 años, lo que se <strong>de</strong>bióprincipalmente a pérdida <strong>de</strong>l seguimientoclínico. En cuanto a <strong>la</strong> evolución <strong>de</strong> los pacientescon convulsiones post-meningitis, se observóque hubo tanto recuperación, como mantencióny aparición tardía <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, lo que es esperabley por otra parte pudiese estar explicado por eltamaño muestral. De un 4% a 8% <strong>de</strong> lossobrevivientes a meningitis bacteriana, quedancon un síndrome convulsivo (3). El único factorpredictivo para <strong>la</strong> epilepsia es <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong>una insuficiencia neurológica persistente<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> meningitis, indicando una lesióncerebral (3).Las secue<strong>la</strong>s motoras tuvieron un comportamientosimi<strong>la</strong>r, con recuperación en un caso, yaparición tardía <strong>de</strong> un síndrome piramidal enotro paciente.10
Epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> meningitis meningocócica en el año 1993Tomás Mesa et al.La evaluación psicométrica <strong>de</strong>mostró compromisosignificativo <strong>de</strong>l CI en un 29.1% <strong>de</strong> lospacientes, lo que coinci<strong>de</strong> con otros países en<strong>de</strong>sarrollo, cuando evalúan estos aspectos en<strong>la</strong>s meningitis en general. Salih y cols., <strong>de</strong>scribióen Sudán, que un 33% <strong>de</strong> los pacientes <strong>de</strong> suserie quedaban con secue<strong>la</strong>s neuropsicológicas(23). Consi<strong>de</strong>rado como grupo, los niños quehan pa<strong>de</strong>cido meningitis puntúan por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>los niños controles en lo referente a <strong>la</strong>s áreasprincipales <strong>de</strong> <strong>la</strong>s funciones neuropsicológicas(12). El rendimiento verbal y <strong>la</strong>s pruebas <strong>de</strong>lcociente intelectual muestran valores inferioresa los controles, aunque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong><strong>la</strong> normalidad. La capacidad <strong>de</strong> lectura estádisminuida y pue<strong>de</strong>n haber sutiles diferenciasen <strong>la</strong> coordinación visomotriz, memoria y habilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ejecución. Los pacientes tendríanproblemas <strong>de</strong> integración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s informacionesauditivas verbales y visuales, ya sean espacialeso motrices, que provocan dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>aprendizaje y <strong>de</strong> comportamiento. Esto es másgrave aún en los estratos socioeconómicosbajos (12).ConclusionesEl hecho <strong>de</strong> que se tratase <strong>de</strong> una epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong>meningitis por meningococo grupo B clonal, nospermitió realizar una evaluación neurológicaprospectiva exclusiva a este patógeno. Seobservó que tanto <strong>la</strong>s características generales<strong>de</strong> nuestro universo, como <strong>la</strong> letalidad y <strong>la</strong>secue<strong>la</strong> <strong>de</strong> hipoacusia, coincidían con cifras <strong>de</strong>países <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos. Las secue<strong>la</strong>s fueronsimi<strong>la</strong>res a lo <strong>de</strong>scrito en otras pob<strong>la</strong>ciones,in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> etiología bacteriana, peroacercándonos más a los países en vía <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo en lo que respecta a <strong>la</strong>s pruebaspsicométricas, que mi<strong>de</strong>n intelecto y funcionesneuropsicológicas.Finalmente, concluimos que se <strong>de</strong>be enfatizar<strong>la</strong> importancia <strong>de</strong>l seguimiento y controlneurológico <strong>de</strong> los pacientes en el tiempo, yaque no sólo hay reversibilidad <strong>de</strong> los trastornos,sino a<strong>de</strong>más aparición <strong>de</strong> nuevas alteraciones.Entre estas últimas hay que consi<strong>de</strong>rar parafuturos estudios, trastornos <strong>de</strong>l aprendizaje,trastornos <strong>de</strong> conducta y <strong>la</strong> estrecha re<strong>la</strong>ciónentre los eventos durante el cuadro agudo y elpronóstico a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo.En forma concomitante, se hace imperativo el<strong>de</strong>scartar el compromiso auditivo mediante <strong>la</strong>evaluación otológica por especialista y exámenesespecíficos que certifiquen su ausencia.Bibliografía1. Ashwal S. Bacterial Meningitis in children:Pathophysiology and treatment. Neurology.1992; 42:739-48.2. Aust G. Early and <strong>la</strong>te damage to theauditory and vestibu<strong>la</strong>r area after meningitisin childhood and adolescence. HNO 1994;42: 14-21.3. Baraff LJ, Lee SI, et al. Outcomes ofbacterial meningitis in children: a metaanalysis.Pediatr Infect Dis J 1993; 12: 389-94.4. Berg S, Trollfors B, et al. Long term followupof children with bacterial meningitis withemphasis on behavioural characteristics.Eur J Pediatr 2002; 161: 330-336.5. Carter PE, Barc<strong>la</strong>y SM, et al. Changes inbacterial meningitis. Arch Dis Child 1990;65: 495-4986. Dagan R, Isaachson M, et al. Epi<strong>de</strong>miologyof Pediatric meningitis caused by Hemophilusinfluenzae Type b, Streptococcuspneumoniae, and Neisseria meningitidis inIsrael: A 3-Year Nationwi<strong>de</strong> ProspectiveStudy. J Infect Dis 1994; 169: 912-6.7. Dawson JA, Wardle R. Detection andprevalence of hearing loss in a cohort ofchildren following serogroup B, meningococcalinfection 1983 - 1987. Public Health1990; 104: 99- 102.8. Dodge PR, Davis H, et al. Prospectiveevaluation of hearing impairment as seque<strong>la</strong>eof acute bacterial meningitis. N Engl JMed 1984; 311: 869-74.9. Duc<strong>la</strong>ux R, Sevin F, et al. Brainstem auditoryevoked potentials following meningitis inchildren. Brain Dev 1993; 15: 340-5.10. Fortnum H, Davis A. Hearing impairment inchildren after bacterial meningitis: inci<strong>de</strong>nceand resource implications. Br J Audiol 1993;27: 43- 2.11. Goldacre MJ. Acute bacterial meningitis inchildhood: inci<strong>de</strong>nce and mortality in a<strong>de</strong>fined popu<strong>la</strong>tion. Lancet 1976; 1: 28-31.12. Grimwood K, An<strong>de</strong>rson V, et al. AdverseOutcome of Bacterial Menigitis in School-11