JUAN PABLO <strong>II</strong>AUDIENCIA GENERALMiércoles 12 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1993El culto eucarístico, principal misión <strong>de</strong> los presbíteros1. Para <strong>com</strong>pren<strong>de</strong>r la dimensión <strong>com</strong>pleta <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong>l presbítero con respecto a laEucaristía, es preciso tener presente que este sacramento es, ante todo, la renovación,<strong>sobre</strong> <strong>el</strong> altar, <strong>de</strong>l sacrificio <strong>de</strong> la cruz, momento central en la obra <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción. Cristosacerdote y hostia es, <strong>com</strong>o tal, <strong>el</strong> artífice <strong>de</strong> la salvación universal, en obediencia alPadre. Él es <strong>el</strong> único sumo sacerdote <strong>de</strong> la Alianza nueva y eterna que, realizando nuestrasalvación, da al Padre <strong>el</strong> culto perfecto, <strong>de</strong>l que las antiguas c<strong>el</strong>ebracionesveterotestamentarias no eran más que una prefiguración. Con <strong>el</strong> sacrificio <strong>de</strong> su sangre enla cruz, Cristo «penetró en <strong>el</strong> santuario una vez para siempre..., consiguiendo unare<strong>de</strong>nción eterna» (Hb 9, 12). Así abolió todos los sacrificios antiguos para establecer unonuevo con la oblación <strong>de</strong> sí mismo a la voluntad <strong>de</strong>l Padre (cf. Sal 40, 9). «Y en virtud <strong>de</strong>esta voluntad somos santificados, merced a la oblación <strong>de</strong> una vez para siempre <strong>de</strong>lcuerpo <strong>de</strong> Jesucristo... En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfecciónpara siempre a los santificados» (Hb 10, 10.14).Al renovar sacramentalmente <strong>el</strong> sacrificio <strong>de</strong> la cruz, <strong>el</strong> presbítero abre nuevamente esafuente <strong>de</strong> salvación en la Iglesia y en <strong>el</strong> mundo entero (cf. Catecismo <strong>de</strong> la Iglesiacatólica, nn. 1362.1372).La constitución dogmática <strong>sobre</strong> la Iglesia reafirma que los presbíteros «su oficio sagradolo ejercen, <strong>sobre</strong> todo, en <strong>el</strong> culto o asamblea eucarística, don<strong>de</strong>, obrando en nombre <strong>de</strong>Cristo y proclamando su misterio, unen las oraciones <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es al sacrificio <strong>de</strong> suCabeza y representan y aplican en <strong>el</strong> sacrificio <strong>de</strong> la misa, hasta la venida <strong>de</strong>l Señor, <strong>el</strong>único sacrificio <strong>de</strong>l Nuevo Testamento a saber: <strong>el</strong> <strong>de</strong> Cristo, que se ofrece a sí mismo alPadre una vez por todas, <strong>com</strong>o hostia inmaculada» (Lumen Gentium, 28; Catecismo <strong>de</strong> laIglesia católica, n. 1566).Al respecto, <strong>el</strong> <strong>de</strong>creto Presbyterorum ordinis presenta dos afirmaciones fundamentales:a) la <strong>com</strong>unidad es congregada, por medio <strong>de</strong>l anuncio <strong>de</strong>l Evang<strong>el</strong>io, para que todospuedan hacer la oblación espiritual <strong>de</strong> sí mismos; y b) <strong>el</strong> sacrificio espiritual <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>esse vu<strong>el</strong>ve perfecto mediante la unión con <strong>el</strong> sacrificio <strong>de</strong> Cristo, ofrecido <strong>de</strong> modoincruento y sacramental por medio <strong>de</strong> los presbíteros. Todo su ministerio sacerdotal sacasu fuerza <strong>de</strong> ese único sacrificio (cf. Presbyterorum ordinis, 2; Catecismo <strong>de</strong> la Iglesiacatólica, n. 1566).Así, aparece <strong>el</strong> nexo entre <strong>el</strong> <strong>sacerdocio</strong> ministerial y <strong>el</strong> <strong>sacerdocio</strong> <strong>com</strong>ún <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es. Yse manifiesta también <strong>el</strong> hecho <strong>de</strong> que, entre todos los fi<strong>el</strong>es, <strong>el</strong> presbítero está llamado <strong>de</strong>12
modo especial a i<strong>de</strong>ntificarse mística y sacramentalmente con Cristo, para ser también él,<strong>de</strong> algún modo, sacerdos et hostia, según la hermosa expresión <strong>de</strong> santo Tomás <strong>de</strong>Aquino (cf. Summa TheoL, <strong>II</strong>I, q. 83, a. 1, ad 3).3. El presbítero alcanza en la Eucaristía <strong>el</strong> punto culminante <strong>de</strong> su ministerio cuandopronuncia las palabras <strong>de</strong> Jesús: «Esto es mi cuerpo... este es <strong>el</strong> cáliz <strong>de</strong> mi sangre...». Enesas palabras se hace realidad <strong>el</strong> máximo ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que capacita al sacerdotepara hacer presente la oblación <strong>de</strong> Cristo. Entonces se obtiene <strong>de</strong> verdad por víasacramental y, por tanto, con eficacia divina. la edificación y <strong>el</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<strong>com</strong>unidad. En efecto, la Eucaristía es <strong>el</strong> sacramento <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unión y <strong>de</strong> la unidad,<strong>com</strong>o lo reafirmó <strong>el</strong> Sínodo <strong>de</strong> los obispos <strong>de</strong> 1971 y, más recientemente, la carta <strong>de</strong> laCongregación para la doctrina <strong>de</strong> la fe <strong>sobre</strong> algunos aspectos <strong>de</strong> la Iglesia entendida<strong>com</strong>o <strong>com</strong>unión (cf. Communionis notio, 11).Se explica, por consiguiente, la piedad y <strong>el</strong> fervor con que los sacerdotes santos <strong>de</strong> losque habla en abundancia la hagiografía. han c<strong>el</strong>ebrado siempre la misa, realizando unapreparación a<strong>de</strong>cuada y añadiendo al final <strong>de</strong> la misma los oportunos actos <strong>de</strong> acción <strong>de</strong>gracias. Para ayudar en <strong>el</strong> ejercicio <strong>de</strong> estos actos, <strong>el</strong> misal ofrece oraciones a<strong>de</strong>cuadas,expuestas a veces en hojas enmarcadas en las sacristías. Sabemos también que variasobras <strong>de</strong> espiritualidad sacerdotal, siempre re<strong>com</strong>endables para los presbíteros, hantratado acerca <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong>l sacerdos et hostia.4. Otro punto fundamental <strong>de</strong> la teología eucarístico sacerdotal, objeto <strong>de</strong> nuestracatequesis, es <strong>el</strong> siguiente: todo <strong>el</strong> ministerio y todos los sacramentos están orientadoshacia la Eucaristía, en la que «se contiene todo <strong>el</strong> bien espiritual <strong>de</strong> la Iglesia (cf. santoTomás <strong>de</strong> Aquino, Summa Theol., <strong>II</strong>I, q. 65, a. 3, ad 1; q. 79, a. 1), a saber, Cristo mismo,nuestra Pascua y Pan vivo por su carne, que da la vida a los hombres, vivificada yvivificante por <strong>el</strong> Espíritu Santo. Así son <strong>el</strong>los invitados y conducidos a ofrecerse a símismos, sus trabajos y todas sus cosas en unión con él mismo» (Presbyterorum ordinis,5).En la c<strong>el</strong>ebración <strong>de</strong> la Eucaristía se realiza, por tanto, la máxima participación en <strong>el</strong> cultoque <strong>el</strong> sumo sacerdote Cristo brinda al Padre, en representación y expresión <strong>de</strong> toda lacreación. El presbítero, que ve y reconoce su vida tan profundamente vinculada a laEucaristía, por una parte siente ensancharse los horizontes <strong>de</strong> su espíritu hasta abarcar <strong>el</strong>mundo entero, más aún, la tierra y <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, y por otra siente que aumenta la necesidad y laresponsabilidad <strong>de</strong> hacer partícipe <strong>de</strong> este tesoro . «todo <strong>el</strong> bien espiritual <strong>de</strong> la Iglesia». ala <strong>com</strong>unidad.5. Por ese motivo, en sus propósitos y programas <strong>de</strong> ministerio pastoral, teniendopresente que la vida sacramental <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es está or<strong>de</strong>nada a la Eucaristía (cf. ib.),procurará que la formación cristiana promueva la participación activa y consciente <strong>de</strong> losfi<strong>el</strong>es en la c<strong>el</strong>ebración eucarística.Hoy es necesario volver a <strong>de</strong>scubrir <strong>el</strong> carácter central <strong>de</strong> esa c<strong>el</strong>ebración en la vidacristiana y, por tanto, en <strong>el</strong> apostolado. Los datos acerca <strong>de</strong> la participación <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es13
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