JUAN PABLO <strong>II</strong>AUDIENCIA GENERALMiércoles 19 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1993El presbítero, pastor <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unidad(Lectura:evang<strong>el</strong>io <strong>de</strong> san <strong>Juan</strong>, capítulo 10, versículos 1-4)1. En las catequesis anteriores hemos explicado la función <strong>de</strong> los presbíteros <strong>com</strong>ocooperadores <strong>de</strong> los obispos en <strong>el</strong> campo <strong>de</strong>l magisterio (enseñar) y <strong>de</strong>l ministeriosacramental (santificar). Hoy hablaremos <strong>de</strong> su cooperación en <strong>el</strong> gobierno pastoral <strong>de</strong> la<strong>com</strong>unidad. Para los presbíteros, al igual que para los obispos, se trata <strong>de</strong> unaparticipación en <strong>el</strong> tercer aspecto <strong>de</strong>l triple munus <strong>de</strong> Cristo (profético, sacerdotal y real):un reflejo <strong>de</strong>l sumo <strong>sacerdocio</strong> <strong>de</strong> Cristo, único mediador entre los hombres y Dios, úni<strong>com</strong>aestro y único pastor. En una perspectiva eclesial, la función pastoral consisteprincipalmente en <strong>el</strong> servicio a la unidad, es <strong>de</strong>cir, en asegurar la unión <strong>de</strong> todos en <strong>el</strong>cuerpo <strong>de</strong> Cristo, que es la Iglesia (cf. Pastores dabo vobis, 16).2. En esta perspectiva, <strong>el</strong> Concilio dice que «los presbíteros, que ejercen <strong>el</strong> oficio <strong>de</strong>Cristo, cabeza y pastor, según su parte <strong>de</strong> autoridad, reúnen, en nombre <strong>de</strong>l obispo, lafamilia <strong>de</strong> Dios, <strong>com</strong>o una fraternidad <strong>de</strong> un solo ánimo, y por Cristo, en <strong>el</strong> Espíritu, laconducen a Dios Padre» (Presbyterorum ordinis, 6). éste es <strong>el</strong> objetivo esencial <strong>de</strong> suacción <strong>de</strong> pastores y <strong>de</strong> la autoridad que se les confiere para que la ejerza en su niv<strong>el</strong> <strong>de</strong>responsabilidad: conducir a la <strong>com</strong>unidad, que se les ha confiado a su pleno <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>vida espiritual y eclesial. El presbítero pastor <strong>de</strong>be ejercer esta autoridad según <strong>el</strong> mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> Cristo, buen pastor, que no quiso imponerla mediante la coacción exterior, sinoformando la <strong>com</strong>unidad mediante la acción interior <strong>de</strong> su Espíritu. Cristo trató <strong>de</strong>transmitir su amor ardiente al grupo <strong>de</strong> los discípulos y a todos los que acogían sumensaje, para dar origen a una <strong>com</strong>unidad <strong>de</strong> amor que, a su <strong>de</strong>bido tiempo, constituyótambién visiblemente <strong>com</strong>o Iglesia. En calidad <strong>de</strong> cooperadores <strong>de</strong> los obispos, sucesores<strong>de</strong> los Apóstoles, también los presbíteros cumplen su misión en la <strong>com</strong>unidad visibleanimándola con la caridad, para que viva <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Cristo.3. Es una exigencia intrínseca a la misión pastoral, según la cual la animación no seregula por los <strong>de</strong>seos y opiniones personales <strong>de</strong>l presbítero, sino por la doctrina <strong>de</strong>lEvang<strong>el</strong>io, <strong>com</strong>o dice <strong>el</strong> Concilio: «Deben portarse con <strong>el</strong>los no <strong>de</strong> acuerdo con losprincipios <strong>de</strong> los hombres, sino conforme las exigencias <strong>de</strong> la doctrina y vida cristianas»(ib.).El presbítero tiene la responsabilidad <strong>de</strong>l funcionamiento orgánico <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unidad, ypara cumplir esa tarea recibe <strong>de</strong>l obispo la oportuna participación en su autoridad. Al16
presbítero correspon<strong>de</strong> asegurar <strong>el</strong> <strong>de</strong>sarrollo armonioso <strong>de</strong> los diversos serviciosindispensables para <strong>el</strong> bien <strong>de</strong> todos encontrar las personas que colaboren en la liturgia, lacatequesis y la ayuda espiritual a los cónyuges; favorecer <strong>el</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> diversasasociaciones o movimientos espiritual, y apostólicos con armonía y colaboración;organizar la asistencia caritativa a los necesitados, a los enfermos y a los inmigrantes. Almismo tiempo, <strong>de</strong>be asegurar y promover la unión <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unidad con <strong>el</strong> obispo y con <strong>el</strong>Papa.4. Ahora bien, la dimensión <strong>com</strong>unitaria <strong>de</strong> la tarea pastoral no pue<strong>de</strong> pasar por alto lasnecesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es. Como leemos en <strong>el</strong> Concilio, «a los sacerdotes, encuanto educadores en la fe, atañe procurar, por sí mismos o por otros, que cada uno <strong>de</strong> losfi<strong>el</strong>es sea llevado, en <strong>el</strong> Espíritu Santo, a cultivar su propia vocación <strong>de</strong> conformidad con<strong>el</strong> Evang<strong>el</strong>io, a una caridad sincera y activa y a la libertad con que Cristo nos libertó»(ib.). El Concilio subraya la necesidad <strong>de</strong> ayudar a cada uno <strong>de</strong> los fi<strong>el</strong>es a <strong>de</strong>scubrir suvocación específica, <strong>com</strong>o tarea propia y característica <strong>de</strong>l pastor que quiere respetar ypromover la personalidad <strong>de</strong> cada uno. Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Jesús mismo, <strong>el</strong> buen pastor«que llama a sus ovejas una por una» con una voz que <strong>el</strong>las conocen muy bien (cf. Jn 10,3.4), ha establecido con su ejemplo <strong>el</strong> primer canon <strong>de</strong> la pastoral individual: <strong>el</strong>conocimiento y la r<strong>el</strong>ación <strong>de</strong> amistad con las personas. Al presbítero correspon<strong>de</strong> ayudara cada uno a usar bien su don y también a ejercitar rectamente la libertad que brota <strong>de</strong> lasalvación <strong>de</strong> Cristo, <strong>com</strong>o re<strong>com</strong>ienda san <strong>Pablo</strong> (cf. Ga 4, 3; 5, 1. 13; cf. también Jn 8,36).Todo <strong>de</strong>be orientarse a la práctica <strong>de</strong> una caridad sincera y activa. Esto significa que «seinstruya bien a los fi<strong>el</strong>es para que no vivan solamente para sí mismos, sino que, <strong>de</strong>acuerdo con las exigencias <strong>de</strong> la ley nueva <strong>de</strong> la caridad, cada uno, cual recibió la gracia,adminístr<strong>el</strong>a en favor <strong>de</strong> su prójimo, y así cumplan todos cristianamente sus <strong>de</strong>beres en la<strong>com</strong>unidad <strong>de</strong> los hombres» (Presbyterorum ordinis, 6). Por eso, forma parte <strong>de</strong> la misión<strong>de</strong> los presbíteros recordar las obligaciones <strong>de</strong> la caridad; mostrar las aplicaciones <strong>de</strong> lacaridad a la vida social; favorecer un clima <strong>de</strong> unidad, respetando las diferencias;estimular iniciativas y obras <strong>de</strong> caridad, para las que se abren a todos los fi<strong>el</strong>es gran<strong>de</strong>sposibilida<strong>de</strong>s, especialmente con <strong>el</strong> nuevo impulso dado al voluntariado, practicadoconscientemente <strong>com</strong>o buen empleo <strong>de</strong>l tiempo libre y, en muchos casos, <strong>com</strong>o opción <strong>de</strong>vida.5. El presbítero está llamado a <strong>com</strong>prometerse también personalmente en las obras <strong>de</strong>caridad, a veces incluso mediante formas extraordinarias, <strong>com</strong>o ha acaecido en la historiaacaece también hoy. Aquí <strong>de</strong>seo subrayar, <strong>sobre</strong> todo, la caridad sencilla, habitual, casioculta, pero constante y generosa, que se manifiesta no tanto en obras llamativas —paralas que no todos tienen los talentos y la vocación— sino en ejercicio diario <strong>de</strong> la bondadque ayuda, sostiene y consu<strong>el</strong>a en la medida que cada uno pue<strong>de</strong> hacerlo. Es evi<strong>de</strong>nte quese <strong>de</strong>be prestar atención principal .podríamos <strong>de</strong>cir preferencia., «a los pobres y los másdébiles... cuya evang<strong>el</strong>ización se da <strong>com</strong>o signo <strong>de</strong> la obra mesiánica» (ib.); «a losenfermos y moribundos» por quienes los presbíteros <strong>de</strong>ben tener particular solicitud,«visitándolos y confortándolos en <strong>el</strong> Señor» (ib.); «los jóvenes, a quienes han <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicartambién particular diligencia» ; así <strong>com</strong>o a los «cónyuges y padres <strong>de</strong> familia» . A losjóvenes, en especial, que son la esperanza <strong>de</strong> la <strong>com</strong>unidad, <strong>el</strong> presbítero <strong>de</strong>be <strong>de</strong>dicar su17
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